Seamos sinceras, hablar abiertamente sobre sexo anal nunca ha sido fácil por los prejuicios y mitos en torno al tema. Pero aún hay muchos misterios sobre practicar sexo por la puerta de atrás que hay que resolver. Como, por ejemplo, saber lo que hay que hacer después para asegurarse que ello no afecte tu salud.
LOS 5 MITOS MÁS COMUNES
Es doloroso
¡No tiene por qué! Lubrica bien la zona, tómatelo con calma y relájate. Son los ingredientes secretos para que el sexo anal no duela y no acabes sufriendo de hemorroides. Y es que esta práctica tiene que ser divertida y sin dolor. Si el problema han sido las malas experiencias del pasado, quizás fue porque no preparaste bien la zona.
Como las mujeres no tienen próstata, no sienten lo mismo
Falso. El placer del sexo anal reside, entre otras cosas, en la cantidad de vasos sanguíneos y nervios que hace que sea una zona sensible. De hecho, un estudio publicado por The Journal of Sexual Medicine asegura que el 94% de las mujeres que practicaron sexo anal aseguran haber tenido un orgasmo.
No se necesita condón
El hecho de no poder quedarte embarazada con el sexo anal hace que sea más placentero. Pero no te olvides de que sin protección, hay un elevado riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual. Pero el uso de preservativo no sólo es necesario por una cuestión de salud sino que, además, puede ayudar a tener una entrada suave. Recuerda cambiarlo si sigues con el sexo vaginal.
Pueden aparecer heces fecales
El miedo de las heces durante el sexo anal siempre está ahí. Pero es tan fácil como lavarse bien el ano antes de tener relaciones (usa un enema si hace falta), procura ir al baño durante el día y evita alimentos picantes o que provoquen gases. Además, es poco probable que el pene llegue hasta el punto en el que está la mayoría de residuos. Tranquilízate.
A los hombres heterosexuales no les gusta la estimulación anal
Falso. A muchos hombres les gusta la estimulación anal porque la glándula de la próstata se sitúa en esta zona, entre el ano, los testículos y los controles de eyaculación y esto puede hacer que precisamente, con la estimulación, la eyaculación sea más intensa y agradable. Ve despacio y no olvides el lubricante, será tu mejor aliado.
5 COSAS QUE SIEMPRE DEBES HACER DESPUÉS
“Hay varios vasos capilares en el área del recto, y las capas de tejido son relativamente finas”, explica Afriye Amerson, doctora especializada en Ginecología y Obstetrícia de Nueva Jersey (Estados Unidos), quien añade: “Mientras que la vagina está protegida por su pH y las bacterias, la única protección de la región anorrectal es su abertura cerrada”.
Debido a que los hábitos de higiene y salud post sexo anal no son tan conocidos como los de la vagina, algunos expertos explican todo lo que tienes que saber para no cometer errores después del sexo anal.
No utilices el mismo preservativo
Si planeas una noche loca en la que practiques tanto sexo anal como vaginal. Tómate tu tiempo para cambiar de condón antes de la penetración y lavarte las manos. Sí, corres el riesgo de cortar el rollo y que entre un bajón pero es mejor hacerlo porque se reduce el riesgo de enfermedades de transmisión sexual y te protege de bacterias como la E.Coli, que puede causar infecciones urinarias.
Limpia a conciencia
Los lubricantes de silicona son los más recomendados para el sexo anal, ya que duran y duran y duran... Sin embargo, estos lubricantes también son más difíciles de limpiar que los fabricados a base de agua. Por ello, es posible que tengas que tomar medidas adicionales a la hora de la puesta a punto de tu recto tras practicar sexo anal. La terapeuta sexual Vanessa Marin, de San Francisco (Estados Unidos), propone utilizar toallitas (sí, como las de los bebés) o directamente darte una ducha. Y la regla de oro: Nunca limpies de atrás hacia delante.
Presta atención cuando vayas al baño
Debido a que tu recto no está construido para la penetración, las fibras musculares pueden dañarse fácilmente, igual que los vasos sanguíneos y capas de tejido. En este sentido, no te asustes si te percatas de un poco de sangrado ya que puede ser normal después del sexo anal. Pero si el sangrado se prolonga o notas llamas alrededor del ano o dificultades para ir al baño, consulta con tu médica para asegurarte de que todo anda bien.
No te asustes por las flatulencias
Después del sexo anal puede que te sientas en las nubes por lo mucho que te ha gustado. Pero...es probable que sientas (y oigas) más flatulencias de lo habitual, así que no te asustes porque es normal y tiene una explicación. Después del sexo por detrás, es posible que los músculos del esfínter estén un poco sueltos y no puedas controlar las “ráfagas de viento”.
Técnicamente, no estás hinchada, simplemente es la forma que tu cuerpo expulsa el aire acumulado durante la penetración. Así que, tómatelo con calma y deja que tus gases sean libres.
Ejercicios de Kegel para fortalecer
Practicar sexo anal de forma asidua puede provocar el debilitamiento del esfínter anal, aumentando el riesgo de incontinencia fecal. Pero no sufras, no tienes que renunciar a hacerlo, simplemente, ponte manos a la obra con los ejercicios de Kegel. Estos están diseñados para fortalecer los músculos del suelo pélvico y también los que hay alrededor del esfínter anal.
Recuerda que el sexo debe ser siempre consentido y la idea es que tú y tu pareja disfruten. No te obligues a experimentar cosas que no quieres simplemente por satisfacer al otro.
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