Al llegar la edad de la adolescencia, los padres se llenan de temor porque dan por hecho que sus hijos se volverán rebeldes, difíciles de manejar e indisciplinados. Además no comprenden que dejaron la niñez y continúan imponiendo sus criterios frente a las decisiones de sus hijos.
La adolescencia no tiene por qué ser conflictiva. Una actitud de imposición de los adultos que rodean al adolescente propicia ciertas reacciones “turbulentas” y rebeldes; pero también influye si los papás no resolvieron sus conflictos emocionales o la familia es inestable, asevera el psicólogo de constelaciones familiares y pensamiento sistémico Daniel MacLean.
“Nada afecta tanto la vida psíquica de los hijos como la vida no resuelta de los padres. Los principales problemas de la adolescencia tienen que ver con la familia y los conflictos no resueltos de ésta”, afirma MacLean.
La adolescencia no es un problema, se la puede entender y aliviar el proceso de transición de la niñez a la juventud otorgando libertad, autonomía y mayor responsabilidad.
Si los padres están bien con sus propias vidas sus hijos también lo estarán, y la etapa de la adolescencia será tranquila, con los cambios físicos y emocionales que conlleva.
“Las dificultades entre los progenitores y los propios son la influencia negativa más grande para el adolescente”, agrega el psicólogo terapeuta.
MacLean ejemplifica, “los niños-jóvenes son como leones enjaulados que necesitan ir a cazar para sobrevivir, pero los padres no los dejan”.
A decir del terapeuta, vivimos en una cultura “infantilizante”, la escuela y el colegio los educa como niños y dependientes en todo sentido, no promueve la madurez como en algunos países.
Por otro lado, en la adolescencia acrecenta la curiosidad, el desafío y el sentimiento de aventura, son parte de las expresiones del ser humano.
Dice MacLean que estas expresiones deben estar acompañadas de responsabilidad y orientación de los padres que está ligada a la educación y tranquilidad de la familia, pero también al acuerdo de las decisiones, aunque estén separados. Incluso influyen las opiniones de los abuelos.
1 ritual para pasar de niño a joven
MacLean afirma que los rituales marcan la transición de la niñez a la juventud. “Un animal sale a cazar por primera vez, el cuartel es un ritual en el varón, la menstruación en la mujer.
En países europeos y del norte, el bachillerato marca esa etapa, los jóvenes se vuelven responsables de su vida”, pero la mayoría de las veces, el ritual no llega hasta los treinta años o más, porque el joven sigue dependiendo de los padres bajo el esquema de la familia.
La adolescencia, una etapa normal
Los adolescentes atraviesan por una serie de cambios tanto físicos como emocionales lo que les hace cambiar de estado de ánimo con frecuencia. Frente al temor los padres recurren a imposiciones, prohibiciones, regaños y sobreprotección, lo que puede crear en los jóvenes una actitud de desafío, por ello lo mejor es darles argumentos de las decisiones que se tomen en casa.
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