“Chicas, manténganlo completamente vestido”. Con éstas palabras Cameron Díaz comenzó su cruzada pública a favor del vello púbico. En su libro, Body Book, una biblia de cuidados femeninos, donde encontramos un capítulo entero dedicado al asunto titulado “In Praise of pubes (exaltación de los pubis), la actriz ataca (sin pelos en la lengua) la depilación brasileña, tan glorificada por la pornografía, comenzando así una guerra a las ingles brasileñas.
El manifiesto de Cameron
“Personalmente, la idea de la depilación permanente con láser me parece una estupidez”. Luego de aclarar firmemente su punto de vista, Cameron defiende los beneficios de “ser natural”, entre ellos, asegura que es perfecto para camuflar el paso del tiempo. “Seamos honestos: como cualquier otra parte del cuerpo, tu labio mayor no es inmune a la gravedad. ¿Realmente quieres una vagina sin pelo para el resto de tu vida?”, pregunta Diaz, asegurando de manera rotunda que el vello púbico es “misterioso y seductor, es sexy”.
Otra de las arduas defensoras de un look “all natural” es la agencia de publicidad Mother London y su Proyecto Bush (#projectbush): un llamamiento a que las mujeres dejen que la fotógrafa Alisa Connan inmortalice su Monte de Venus en estado salvaje. El objetivo es mostrar a las generaciones más jóvenes que aquello es natural, que hay variedad y que no es necesario depilarlo sí o sí. Otros que se unieron al clamor a favor del vello es la marca American Apparel, que colocó en el escaparate de su tienda del Lower East Side de Nueva York a unas maniquíes luciendo una generosa mata de vello púbico que la ropa interior transparente permitía apreciar.
Consejo de ginecólogos
Muy aparte de la actual tendencia y los gustos personales, o de lo que las famosas hacen o no hacen con su zona íntima, los ginecólogos recuerdan que el vello vaginal está ahí para proteger la zona de roces e infecciones.
Desde la última moda de depilación púbica en ambos sexos, los dermatólogos han visto un aumento alarmante de las enfermedades de transmisión sexual. Y es que el vello púbico tiene una función protectora contra el roce inevitable durante las relaciones sexuales. Si los dos tienen un pubis sin pelo, cualquier infección de la piel que se encuentre encima de la piel pasará al compañero sexual.
Otros, como Emily Gibson, directora del centro de salud de la Western University del Estado de Washington, dan razones algo más científicas que apoyen sus teorías: “La eliminación del vello púbico irrita e inflama naturalmente los folículos pilosos, dejando heridas abiertas microscópicas. Para tener la piel suave es necesario depilarse con frecuencia, causando irritación crónica en la zona. Combinado esto con el calor, el ambiente húmedo de los genitales se convierte en un buen lugar de cultivo de los peores patógenos bacteriales”, comenta.
El preservativo protege de una pequeña parte de las enfermedades de transmisión sexual pero no protege la zona púbica. Si te depilaste el día anterior la piel aún esta irritada y esto favorece la transmisión de las infecciones. Si el pelo ha sido afeitado hace dos o tres, éstos rascarán y herirán la piel del compañero sexual.
Las pequeñas heridas que se producen encima de la piel púbica permiten a los microorganismos penetrar y crear una infección, condilomas (verrugas, papilomas), herpes (fiebres), emepeines (hongos, tiñas) e impétigos (infecciones bacterianas estafilocócicas o estreptocócicas).
Y no olvidemos los tan buscados y odiados “pelitos incrustados”, muy frecuentes en pubis depilados. Estos pueden irritarse e infectarse, y más aun si estas tratando de sacarlo con tu pinza (¿no lo hacemos todas?)
Quizás el punto medio es “cambiar de vez en cuando de peinado” y si decides hacerte una depilación tomar las precauciones necesarias. Al final, la mujer decide qué hacer con el “estilo” de su zona intima de la misma forma que decide si hacerse mechas o ponerse tacones, ya sea mantener su “jardín” libre de vellos o totalmente poblado (o solo podado).
Lo que ellos prefieren
Si de gustos masculinos hablamos, no es como pensamos. Un estudio comisionado por una compañía de depilación encuestó a mil hombres y encontró que ellos prefieren un look mas “recortado y tidy” que el brasilero. En otras palabras: un “jardín femenino” bien mantenido.
La encuesta reveló que 43% de los hombres prefiere la zona “v” con vello natural en forma de un “triangulo de bermuda” (muy bien recortado y depilado a los costados); 17% asegura que prefiere una “línea de vello fina” y 15% prefiere el vello en forma de corazón. Solo un 12% prefiere una completa depilación brasilera (sin ni un vello). Lo que indica que un poco de vello es más sexy que ni uno solo.
Defensores del monte de Venus
De acuerdo al escritor y periodista Rodrigo Maya Blandón, en su columna titulada Defensores del Monte de Venus (elmalpensante.com), la depilación es una “práctica aberrante, que atenta contra la estética, el erotismo y la sensualidad” que llevó a un grupo de varones a constituir una organización no gubernamental (ONG) que denominaron “Defensores del Monte de Venus”, cuyo objetivo fundamental es “evitar la tala despiadada de esa zona”.
El escritor apoda a las mujeres que nos depilamos (o afeitamos) la zona, “taladoras del Monte de Venus” y asegura que convertimos “el monte de Venus, inspiración de poetas y cantores, en desérticas dunas”. Para el autor, y seguro muchos hombres, “un monte de Venus talado comienza a sufrir una metamorfosis que todos los días atenta contra la estética y el erotismo”, ya que desde el momento de la depilación, sufre una transformación nada agradable, que comienza (el primer día de la depilación) con una “apariencia rosada” que los Defensores del Monte de Venus la clasificaron como “Cucas Barbies, por plásticas e insípidas”, pasando a (tres días después “de la catástrofe ecológica”) un Monte de Venus que adquiere la apariencia de “un cachete de trompetista sin afeitar, con el agravante de que los folículos de los vellos están enrojecidos como volcanes a punto de eructar”, con un “color rojizo que no provoca ni la vista ni el roce de la mano”, describe Rodrigo. Y posteriormente, va configurándose en lo que denominan “Cuca Erizo, porque sus púas convierten cualquier tipo de acceso carnal en una sesión de tortura”. Y así, los Defensores del Monte de Venus iniciaron una cruzada mundial “contra esta práctica aberrante”, como las llaman ellos.
QUICKIE
Una de las funciones del vello en esta zona es que participa en la retención del aroma de las feromonas, que sirven para estimular los sentidos y la libido del compañero sexual.
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