Las mujeres están condicionadas social y evolutivamente para animarse con la emoción de tener a sus parejas potenciales, buscándolas y yéndoles detrás. Si no detectan este interés, sus neurotransmisores de la excitación, la epinefrina y la norepinefrina, se vuelven perezosos y no les dan el subidón que activa la libido.
1: Ojos. Cuando las mujeres no se encuentran cómodas (dentro o fuera de la cama), reducen al mínimo el contacto visual. Ponla a prueba echándole un piropo (por ejemplo, “me encanta cómo huele tu piel”) y mírala a los ojos. Si te devuelve la mirada y sientes que se calienta, vas por buen camino.
2: Cuello. Un nudo de terminaciones nerviosas hacen de esta parte una de las más sensibles de todo su cuerpo. Exhala mientras la besas suavemente por la línea del pelo. Sujeta su nuca con cuidado; esto le proporcionará una sensación de confianza y seguridad, esencial para su excitación.
3: Espalda. ¿Conoces esa pequeña curva en la base de su columna, justo encima del trasero? Pues se trata de una zona muy agradecida con las atenciones. Masajéala con movimientos suaves y circulares. Hazle un masaje profesional, en el que relajes su espalda, su cuello, sus piernas... Dile que quieres que se sienta bien y ella encontrará, después, la forma de agradecértelo.
4: Barriga. Desliza la palma de tu mano y masajea con suavidad con los nudillos por la zona inferior de su abdomen y las caderas. La piel de estas áreas es muy sensible, así que ella terminará pidiéndote que vayas un poco más hacia el sur…
5: Rodillas. Casi nadie piensa en esta zona pero, así que puedes sorprenderla besándola con suavidad o incluso haciéndole un poco de cosquillas. Incluye la parte de los gemelos, pero asegúrate de que esté echada.
6: Muslos. Justo donde las nalgas se encuentran con el muslo existe un área con múltiples terminaciones nerviosas. Desliza lentamente tu lengua por cada uno de ellos, en línea recta, y contempla cómo se retuerce de placer.
7: Pies. “Puede sentir cosquillas al principio, pero luego de un rato la volverá loca”, dice Ian Kerner, Ph.D., autor de She Comes First. Comienza masajeando el pie entero, usando solo tus manos (80% del tiempo), luego acerca tus labios a sus pies (20% del tiempo). De esta manera, no le resultará extraño.
8: Cabello. Ellas aman que juegues con su cabello. Para estimular las terminaciones nerviosas de su cuero cabelludo, tira suavemente un mechón de cabello (sentirá una sensación deliciosa que corre por su espalda), aconseja Kerner. Comienza suavemente, y cuando las cosas vayan calentando, puedes aumentar la intensidad.
9: Piel. Enfócate en zonas que tenga la piel más fina, tienen más terminaciones nerviosas. Acaricia estas regiones de manera gentil. Para hacer las cosas irresistibles, acaricia su piel con tu pene (no solo uses tus manos). Sentir tu erección en su entrepierna, estomago o cuello la volverán loca.
10: Su cerebro. Un estudio ha demostrado que las mujeres disponen de más materia gris dedicada al lenguaje que los hombres. Así que estimula su cerebro con palabras. Dile cómo su cuerpo te hace sentir a medida que la acaricias. La combinación de la estimulación física y mental la llevará al extasis.
EL OTRO SEXO ORAL
Susúrrale algo ‘hot’ en el momento oportuno y la tendrás a tus pies.
Ve poco a poco. Prueba con algo apasionado tipo: “Te sienta muy bien este vestido, pero te lo arrancaría ahorita” y pégale un mordisquito en el cuello. Si se estremece, sube el nivel.
Omite los eufemismos… suenan asquerosos o infantiles. Y no excitan. Puedes decir cosas como “me encanta estar dentro tuyo”. Y también puedes llamar a las cosas por su nombre.
Despierta su lado oscuro. Muchas chicas se cortan a la hora de hablar sucio. Indúcela a hacerlo. Cuando esté muy excitada, por ejemplo, y estés a punto de hacerle algo que le guste, dile que quieres que te lo pida. Otra forma de hacerlo es proponiéndole que te dé órdenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario