A la hora del sexo, solemos decir que los hombres siempre están dispuestos a dar batalla. ¿De dónde proviene esta idea sobre la supremacía del deseo masculino? ¿Es realmente así? Veamos.
Generalmente los hombres se animan a reclamar por la falta de deseo más que las mujeres.
Muchas mujeres asumen que la falta de deseo de los hombres se debe a que ellas no les atraen lo suficiente, mientras que ellos suelen pensar que la ausencia de deseo en ellas es un problema femenino.
La mayoría de los consumidores de pornografía son hombres, fenómeno que se repite con la prostitución.
Ellos sienten las exigencias de mostrarse muy viriles y machos, lo que hace más difícil que un hombre admita que no tiene deseo.
Los prejuicios sociales hacen que la mujer exteriorice menos su deseo. Está bien visto que un hombre se masturbe o vea pornografía, pero no sucede lo mismo en el caso de las mujeres.
También se han hecho estudios para medir la importancia de la testosterona en el deseo sexual. El médico y psiquiatra John Bancroft publicó un artículo en el que concluye que la testosterona influye en hombres y mujeres, pero no de manera exponencial, es decir que no significa que a más testosterona haya más deseo.
Todo hace pensar que la actividad sexual y el deseo están más relacionados con factores psicológicos que hormonales. Así que no podemos afirmar que los hombres tienen más ganas que las mujeres. Y como dato adicional, les contamos los resultados de una investigación publicada por el British Medical Journal. Este estudio destaca que se han determinado diferencias en la actividad sexual, pero a medida que se avanza la edad.
Por ejemplo, entre los 75 y 85 años, cuatro de cada diez hombres son sexualmente activos, frente a menos de dos mujeres por cada diez. Además, se detectó que la esperanza de vida sexualmente activa para los hombres es sólo diez años menor que el tiempo de vida que se espera de ellos, mientras que en las mujeres ese período termina veinte años antes de su muerte.
¿Por qué los hombres adultos son más activos sexualmente que las mujeres? Seguramente, los científicos tienen algunas explicaciones para ello. Pero nosotros pensamos que muchas mujeres por prejuicios sociales y temas de imagen corporal deciden abandonar el placer mucho tiempo antes.
Por otra parte, los estudios indican que el deseo sexual de las mujeres es menos directo y más difícil de identificar. En el terreno del deseo, “ellos” funcionan de manera diferente; su apetito sexual es más directo y se dispara con mayor facilidad; los hombres tienen un deseo más insistente, y es independiente del lugar donde se encuentren y de la calidad de la relación. El deseo masculino tiende a ser impulsivo, y responde a una necesidad inmediata; en cambio, en las mujeres, el deseo sexual puede ser ignorado o suprimido si no se sienten cómodas con la relación o con el ambiente; el deseo femenino es más bien provocado por un entorno favorable, una situación de relajación que facilite la relación sexual. Se ha comprobado que los hombres se excitan más espontáneamente y tienen muchas más fantasías sexuales que las mujeres.
Cuando hablamos del deseo sexual o libido, no podemos generalizar, ya que los hombres y las mujeres lo experimentan de diferentes maneras.
Las mujeres quieren sentirse deseadas, pero también quieren un hombre que las escuche y les demuestre intimidad; las mujeres necesitan hablar, conectarse, y luego, tener sexo para lograr la intimidad; mientras que los hombres, buscan la proximidad a través del sexo, de una manera directa, lo que en ocasiones, crea diferencias en la pareja. Pongamos un ejemplo frecuente: él llega cansado después de un arduo día de trabajo y quiere tener relaciones para relajarse, ella necesita alguien a quién contarle cómo estuvo su día en la oficina, conectarse emocionalmente.
Esa enorme diferencia ocasiona con frecuencia un inmenso problema. El deseo sexual está influido por factores físicos (salud y hormonas) y factores emocionales (estado de ánimo y calidad de la relación), así como también por los pensamientos y fantasías sexuales.
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