H ay muchos factores dentro de un matrimonio que pueden predisponer tanto a hombres como a mujeres a ser infieles. Estos factores, por mencionar algunos de los que se han investigado, pueden estar asociados a la insatisfacción sexual, al estrés y oportunidad, a la cultura y a la venganza.
Cuando no existe satisfacción sexual hay más probabilidad de que uno de los miembros de la pareja busque un compañero que le provea de ello. La satisfacción sexual está asociada a su vez con el grado de intimidad que existe en la pareja (comunicación, confianza, seguridad) y con la estimulación visual, auditiva, táctil (deseo), que hacen que ambas personas se "busquen y se sientan bien” el uno con el otro, hallen tal entendimiento a nivel sexual que les provoque seguir deseando los encuentros sexuales con la misma persona.
Ese "sentirse bien” engloba no sólo la parte sexual sino también el amor, la comprensión, intimidad, seguridad y confianza.
Por otro lado, el estrés, la insatisfacción sexual, asociados al factor oportunidad, son excelentes predictores de infidelidad. El factor oportunidad tiene que ver con la proximidad. Por ejemplo, si en el trabajo hay mucha proximidad entre un hombre y una mujer, y además está el hecho de que ambos deben realizar trabajos juntos hasta altas horas de la noche, hay más probabilidades de que tengan encuentros sexuales y/o emocionales, porque la oportunidad esta ahí.
Evidentemente la oportunidad puede ser o no tomada por estas personas, pero eso dependerá del valor que ellas le den a la familia, a los hijos, al matrimonio. Dependerá del grado de satisfacción marital y de compromiso con su pareja.
Todos estos indicadores pueden hacer que se rechace esa oportunidad por más que la tengan en frente. Lo contrario sucedería si, por ejemplo, existe estrés, se tiene una relación deteriorada y además se le presenta la oportunidad. En circunstancias así es más probable que la persona tome la oportunidad y sea infiel.
El factor cultural tiene que ver con lo que una sociedad considera normal cierta conducta. En muchas sociedades es normal que un hombre sea infiel, y esto funciona además como una regla, una norma para demostrar hombría. Posiblemente en el caso de la mujer, la infidelidad seria considerada como impropia y denigrante.
La infidelidad como una forma de venganza está muy relacionada con el deterioro emocional de la pareja. Esto hace que se diga por ejemplo "como él no me hace caso, me busco otro” "como ella fue infiel, yo también lo seré”.
Estas parejas no se dan cuenta que al obrar así están terminando por hundir la relación, siendo lo aconsejable que, si de verdad se quiere seguir con su relación, ambos busquen ayuda para resolver sus resentimientos y de esta manera salvar su matrimonio.
Por lo tanto, para minimizar la posibilidad de infidelidad, primero está el hecho de que haya un compromiso mutuo de que su relación de pareja está antes que todo. El compromiso se logra cuando los valores en la relación de pareja son compartidos y existen metas comunes. Cuando ambos cónyuges se preocupan el uno por el otro, se escuchan, se acompañan, se apoyan y además han acumulado vivencias que pesan más que una relación momentánea.
También es muy importante cuidar la vida sexual en la pareja; para esto es imprescindible abrir caminos de diálogo y escuchar lo que quiere el otro; sin embargo, esto no significa aceptarlo todo aun en contra de la propia voluntad, sino más bien llegar a acuerdos con los que ambos salgan ganando. Saber ser amantes y además saber ser esposos, sin duda disminuye la posibilidad de que la pareja sea infiel.
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