Según la RAE se llaman amigovio. Según la Real Academia de la Vida, follamigos. Son aquellas personas que, de "forma pura y desinteresada", como la amistad, se encuentran de vez en cuando para desnudarse y pasárselo bien. Sin cenas románticas ni paseos de la mano ni (re)presentaciones forzosas a la familia política (Nota: La que no es verdadera: Nota 2: Los políticos son falsos. Nota 3: Los políticos no tienen follamigos, tienen amantes en Canarias).
Malas noticias. Los follamigos, por mucho que usted los haya idealizado, suelen terminar mal. Lo dice la Sociedad para el Estudio Científico de la Sexualidad, un grupo de señores americanos que lleva desde los años 60 investigando sobre el sexo (hay un montón de trabajos divertidos ahí fuera). En EEUU, por cierto, se les llama "friends with benefits" y en Chile, "amigos con ventaja". En resumen, amigos con derecho a roce. Que es como se denominaba a los follamigos a.d.F. (antes de Franco). Esta sociedad examinó a 191 personas con follamigo y observó que, un año después de firmar ese "contrato" sólo el 26% seguía siéndolo. El 15% se había convertido en pareja, el 28% había decidido ser sólo amigos y el 31% había roto cualquier tipo de contacto.
Según los expertos (los sexólogos y los que hemos visto las seis temporadas de 'Sexo en Nueva York'), este tipo de relaciones abiertas obedecen a una transformación sociológica. Por un lado, el sexo ya no tiene como objetivo la reproducción -que alguien se lo diga a Paquirrín- Por otro, nos hemos creído que comprometernos con algo significa ser menos libres (salvo cuando votamos, ¿verdad?), así que le tenemos miedo a toda relación que dure más de una semana. Y, por eso, después del séptimo día, cambiamos nuestro estado civil en Facebook por un dramático y sin embargo misterioso: "es complicado".
Otro estado civil aún no aceptado en Facebook es el denominado: "Me gustas tú", con banda sonora de Manu Chao. Síntomas: le das de manera compulsiva al botón de "me gusta" cada vez que el chico que te gusta publica una foto de su gato, un vídeo de 'Juego de Tronos' o un panegírico de Ancelotti. No eres tú, son tus hormonas. Una solución rápida e indolora es Bang with Friends, una aplicación que te permite saber qué amigos de Facebook quieren acostarse contigo. Si a ti también te apetece, salta la chispa -perdón, la notificación- y te puedes poner manos a la cama. Esta aplicación, demasiado explícita, tal vez (los pasos para registrarse imitan los que hay que seguir con un preservativo) tuvo que cambiarse de nombre -ahora se llama Down- para que no la retiraran del mercado.
Pero antes de que internet trajera el caos a nuestra vida sentimental existía el poliamor que es tener más de una relación amorosa y duradera. Es decir, el amor libre de los años 70, el de 'Soñadores' y 'Jules et Jim', también el de Sartre y Simone de Beauvoir. Está todo inventado ya. Aunque muchos no entiendan cómo se puede querer a dos mujeres (u hombres) a la vez, y no estar loco, sus practicantes, como Golfos con Principios, defienden que la base de todo es la confianza. Cualquier conducta sexual es válida, siempre que cuente con el consenso de sus participantes.
Otra cosa son los flexisexuales. Al buscar el término en Internet aparecen Britney Spears y Madonna besándose con bastante cantidad de saliva y Selena Gómez y Cara Delevigne en la ducha. Y, sorprendentemente, ningún colchón. Debería aparecer un colchón. El término se refiere a mujeres heterosexuales (por lo que se ve, celebrities) que tontean con chicas.
Pero no todo van a ser historias de unión. Porque la vida sin una pizca de tragedia no tiene sentido y porque, amor, con amor se paga, existen los pagafantas.Tu la quieres, ella te quiere como amigo. Y una vez que la zona de amistad se establece, la conquista es imposible. Esto se lo explicaba Joey aRoss -enamorado hasta las trancas de su" media langosta", Rachel- en 'Friends'. "No es que estés en la zona de amistad, es que eres el presidente". La palabra "pagafantas" se popularizó en España en 2007 gracias a Alberto y su amiga. Estaban borrachos y llevaban una cámara. Malísima mezcla. A él la red lo bautizó como pagafantasporque no la tocó y, según la tradición española "comodiosmanda", los hombres de verdad deberían tocar a las mujeres con poca ropa. El caso es que dos años después, Borja Cobeaga firmó 'Pagafantas', la historia definitiva sobre un perdedor con serias dificultades para ligar.
Y mientras van apareciendo múltiples aplicaciones para ligar como sea, con quién sea y con el grado de dignidad que uno quiera, algunos deciden estar solos. No son 'singles', están "forever alone" y pueden comerse el postre entero, dejarse crecer el pelo en cualquier parte del cuerpo, dormir en posición horizontal y, sobre todo, enamorarse, por lo menos, 10 veces al día.
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