martes, 6 de diciembre de 2016

No dejes que te asfixie

Has encontrado al hombre ideal, y como todos, tienen sus defectos. Pero si esto se liga a un egocentrismo fuera de este mundo, llamadas de amor que acaban la batería de tu celular en menos de un día, o mensajes en tu muro de Facebook cada cuarto de hora, es hora de ponerlos en su lugar y darte el tuyo para respirar.

Por temor a herir sus sentimientos, callamos y aceptamos con resignación sus muestras de afecto, pues para muchas mujeres son cualidades a las que hay que sacarles provecho (¿un hombre sentimental? ¿Un hombre que te dedique canciones todos los días? ¿Un hombre seguro de sí mismo que se enorgullece de sus logros? ¿Un hombre que escribe cartas de amor? ¿Un hombre que hace todo lo que le digo? ¡Bienvenido!); pero todos los extremos son malos, y créelo, terminarás cansándote y odiándolo. Ellos y su intensidad necesitan una señal de “PARE”.

ELLOS ASFIXIAN BAJO ALGUNO DE ESTOS MECANISMOS:

1. El sabelotodo: No te deja terminar una oración cuando inmediatamente ya está corrigiendo tus opiniones y percepciones. Adora hacerlo frente a una multitudinaria audiencia: reuniones de amigos y familia, en una fiesta o una comida con sus compañeros de trabajo. Él sabe de su inteligencia y además que quiere demostrarla ante el mundo, eres su conejillo de indias y amateur experimental.

2. Alter ego de profesor de español: Todo lo que dices tiene algún error en cualquiera de las partes de la oración, y es él el encargado de llevarte por el camino del bien. Si haces la comida, algo le falta; si reprendes a tu hijo, no lo haces como debe ser, si arreglas la sala, él tendrá que reacomodarla, si dices algo, te corrige en público. Y ni que te atrevas a confrontarlo: alegará que eres una egoísta y que no te gusta aprender. Y de paso, sacará uno a uno todos tus defectos y lo que has dejado de hacer por la relación. También es un contador de historias nato, de esos que parecen recitarán la Biblia siendo ellos mismos los protagonistas de la Salvación del mundo.

3. El que va un paso adelante: Sus logros son tus logros…pero aquí no hay cabida para un “y viceversa”. Si tú tienes una idea brillante, te dirá que ya él había pensado en eso pero con mejoras técnicas. Si recibes un aumento de sueldo o ganas más que él, es un reto y un golpe para su autoestima; se sentirá molesto al respecto y creerá que es un mantenido, hará lo posible por sobrepasarte. Tí pudiste escalar la montaña más grande del mundo, pero él dirá que fue a la luna dos veces.

4. El “querendón” compulsivo: Es amante de las redes sociales porque puede bombardearte y estar pendiente de ti por cualquier medio. Es de aquellos que propaga en cada uno de los estados lo enamorado que está de ti y la mujer perfecta que eres con defectos y todo. Te encanta tanta coquetería y amor, pero cuando se convierte en un Romeo recargado durante los 365 días del año, crees que más que enamorado está obsesionado contigo. No hay cosa tuya que no le guste, todo lo que hagas, digas y pienses lo aprueba solemnemente. Trata de mantener sus celos en el anonimato: no querrá parecer “más- loco de remate e indisponer a su doncella. Es feliz haciéndote el desayuno…y la cama, la ropa, el pelo, el cuarto y tu vida entera. No te sorprende con uno, sino con 10 detalles 7 días a la semana, que ya no terminan siendo una sorpresa.

¿QUÉ HACER?

• Busca a un amigo cercano: Encuentra a una persona que lo vea de manera diferente, que lo tolere y que lo conozca de verdad. Ese alguien no solo podrá limar las asperezas entre ustedes dos, sino hablarle como una persona imparcial, además de escuchar las interminables historias del sabelotodo. La persona que sabe escucharlo será tu guía para que aprendas hacerlo.

• Interésate por saber más. Los que hablan y hablan sin parar, también lo hacen aunque no les presten atención. Si en vez de hacer mala cara te preocupas por preguntar más cosas, aprenderás algo, eso es seguro. Él sentirá que está dialogando con alguien, no impartiendo una clase. Con tus preguntas surgirán opiniones, pero una vez sea en una conversación de “tú a tú”, él estará más preocupado por seguir la charla que por corregirte.

• Pon tus cartas y fortalezas sobre la mesa, bájalo de su pedestal con tus logros. Aunque parezca una competencia, su mismo ego te retará a ti misma a lograr las mismas o más cosa que él, a explotar tus aptitudes y sacarle provecho a tu potencial. Es un mano a mano que debes ganar sanamente. Él mismo puede ser un potencializador y motivador de tus ideas: te puede presentar buenas opciones si trabajan en equipo para mejorar, incluso, problemas de su relación. Serían la pareja inteligente y proactiva.

• Hazle saber cómo te sientes realmente con sus muestras exageradas de afecto. La salida no es ser indiferente o comportarte de manera opuesta: lo único que producirá es que se invente películas inexistentes en su cabeza, como que está con otra persona, que te gusta alguien más o que ya no lo quieres, y eso hará que su comportamiento se potencialice a un 100% con tal de reconquistarte. Pensará que no ha dado lo suficiente y ahora sí el que sufrirá de asfixia será él cuando trates de ahorcarlo. Pídele más tiempo con sus amigos que contigo, que comparta con otras personas y que se den mutuamente tiempo de extrañarse. Que la sobredosis de cariño sea fundamentada.

• Cambia la mentalidad que tienes sobre tu pareja, obsérvalo desde sus cualidades, no desde sus defectos. Se convertirá en un miembro de tu equipo, no en un rival. Será alguien que te aporta, no que te agota y critica.

• La salida más sencilla pero más dolorosa, alejarte. Si crees que no encontrarás un hombre tan capacitado, romántico o seguro de sí mismo como él, de igual forma vas a terminar agotándote. Que la costumbre no sea la piedra en el zapato: hallarás otras formas de emplear tu tiempo. Comienza por tramos pequeños: escápate de una salida, no lo veas todos los días, pasa un fin de semana con tus amigas o familia, no lo llames tan seguido.

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