jueves, 9 de abril de 2015

El miedo al amor existe...



Si creías que temerle al amor era cosa de locos, debes saber que sucede. La filofobia es el miedo irracional e injustificado a enamorarse o sentir amor hacia alguien. Padecerla no es obstáculo para tener una relación de pareja, dice la psicóloga Vanessa García; su colega Alejandra Porcel, en cambio, asegura que puede traer mucho sufrimiento.

Esta condición surge del temor al sufrimiento. “Las causas que pueden llevar a la filofobia son varias: traumas infantiles relacionados con la familia o el entorno afectivo, relaciones de pareja pasadas que concluyeron en desengaños, rupturas traumáticas, penosas historias de amor transmitidas u otras experiencias malas relacionadas con el amor”, describe Porcel.

“Estas personas por lo general buscan relaciones a distancia, irreales, que no impliquen compromiso; o amores imposibles y platónicos, como (el querer a los) artistas, para no enfrentarse a la realidad de dejarse amar o tener que tener una relación sentimental de entrega mutua”, agrega.

Una persona filofóbica siempre activará el mecanismo de defensa de la negación. Le encontrará defectos a su pareja, tratará de convencerse a sí misma de que no está enamorada o de que es algo pasajero. Los filofóbicos usan pensamientos contradictorios a sus sentimientos y justifican mentalmente los defectos de su pareja para negarse lo que sienten y, en muchos casos, son personas a las que les cuesta comprometerse y evitarán hacerlo, explica García.En criterio de Pórcel es muy difícil tener una relación sana con una persona filofóbica, ya que ésta siempre buscará mecanismos de defensa, lo que puede causar sufrimiento a ambas partes; al estar encapsulado en su temor, un filofóbico no amará realmente a su pareja.

García asegura que el riesgo en estos casos es el de caer en una dependencia negativa: jugar al juego de “yo sí te puedo conquistar, enamorar”, o bien generar una relación disfuncional con poca retroalimentación (“no me dice que me ama, no demuestra lo que siente”), mientras que para la persona que tiene este miedo el riesgo es el aislamiento, sentirse frustrado, poco entendido.

Cuando alguien tiene esta condición se requiere trabajar aspectos de merecimiento en recibir y dar amor, y eso lleva a tratar temas relacionales de familia.

“Esto se puede hacer solo si la persona está dispuesta a tomar las riendas de su vida y de su problema; la pareja apoya, coadyuva. Es muy importante acudir a un especialista que ayude a los enamorados a ver con objetividad el problema. Construir una sana relación es tarea de ambos”, concluye García.

Síntomas

Es fácil saber cuándo la padeces, ya que por tu mente comienzan a pasar un montón de imágenes negativas respecto a las relaciones y te llenas de temor al querer expresar tus emociones.

Fuentes: Las psicólogas Vanessa García (vane_vggv@hotmail.com) y Alejandra Porcel (alejandra.porcel@gmail.com)
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