jueves, 16 de abril de 2015

Objetivo: Lubricación

Antiguamente nuestras madres escondían el tarro de vaselina lo mejor posible ya que recurrir a ella significaba que su libido disminuía. El hecho de tener que utilizar habitualmente lubricantes para mantener relaciones sexuales es signo de no estar en nuestro mejor momento. Pero los lubricantes han pasado a ser complementos imprescindibles en la mesita de noche, al igual que los preservativos, y no solo para las mujeres maduras, sino para todas las edades, gracias a la industria del juguete erótico que añadiéndole sabores, olores y propiedades afrodisíacas los ha convertido en gadgets sexuales divertidos.

“Con el tiempo se superó la sensación de que comprar un lubricante estaba asociado a un problema sexual o algo negativo”, aclara Patricio Gómez Di Leva, sexólogo del departamento de educación sexual de Prime Argentina. “Tener un lubricante es parte de los preparativos para una noche especial. Una de sus funciones es la de facilitar la penetración, pero también se pueden utilizar para jugar en pareja, hacer masajes o para experimentar nuevas sensaciones de placer”, agrega.

¿Falta de lubricación?

La sequedad vaginal y la incapacidad para humedecerse cuando la situación lo requiere, se califica en sexología como trastorno excitatorio femenino, el equivalente a la disfunción eréctil en el hombre. La versión femenina consiste en estar seca y conlleva la disfunción eréctil clitoriana, el clítoris no sale, con lo que se siente menos. Pero las consecuencias de esto son mucho menos traumáticas para las mujeres, gracias a los lubricantes.

Las causas de que la lubricación natural no ocurra pueden ser muy variadas. Hay que descartar las propias de la edad; las orgánicas, producidas por una determinada patología, o las farmacológicas (los antidepresivos, ansiolíticos, o algunos anticonceptivos de baja dosis, que pueden disminuir la producción de estrógenos, entre otros).

Descartados estos supuestos, entramos al misterioso mundo de la psicología, que nos puede aportar mil y una razones por la que no lubricamos como deberíamos (entre ellas la ansiedad, ignorancia, prejuicios y mitos) y la sexualidad que comparte la pareja.

Y es que un buen prólogo debe ir antes que la introducción, pero además es posible que el estrés nos esté jugando una mala pasada, nos impida desconectar y ponernos en modo disfrute. Aunque otra razón por la que persiste la ‘sequía’ puede que sea que no nos sentimos excitadas por nuestra pareja, aunque nuestra cabeza así lo crea.

“Se denomina Trastorno Excitatorio Femenino cuando la disfunción es persistente y recurrente, lo que hace el coito doloroso (dispareunia) o impide el mismo. Una de las causas más frecuentes de la escasa lubricación es el apuro masculino por penetrar, cuestión que impide que la mujer logre buenos niveles de excitación. El tiempo que necesita cada mujer para lubricarse es variable: depende de la edad, el nivel de deseo, la etapa vital por la que transita y, fundamentalmente, la conexión con su propio cuerpo y las sensaciones erógenas”, explica el Dr. Walter Ghedin, Médico Psiquiatra y Sexólogo.

La excitación, toda una contradicción

En sexología se habla de dos tipos de excitación: la genital y la subjetiva y lo complicado del asunto es que no siempre van juntas. Según Francisca Molero, sexóloga, ginecóloga y directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, “los estudios de Meredith Chievers pusieron de manifiesto esto y desterraron muchos tópicos sobre la forma en que las mujeres se excitan sexualmente y sus preferencias. Esta psicóloga norteamericana realizó experimentos en los que enseñaba diversas imágenes, eróticas y no eróticas, a hombres y mujeres con diversas orientaciones sexuales, y donde se medían sus respuestas fisiológicas –en los hombres se utilizaba la pletismografía peneana, para ver el aumento del diámetro del pene, y en la mujer la fotopletismografía vaginal, que mide el nivel de vasocongestión en el epitelio vaginal– al mismo tiempo que se les hacía un test para saber si se habían sentido excitados o no. Los resultados en las mujeres eran bastante confusos y a menudo no parecían pertenecer a la misma persona porque no había una concordancia entre lo que decían y lo que marcaba el medidor. Por ejemplo, muchas confesaban no excitarse con imágenes de lesbianas haciendo el amor, pero el aparato indicaba que sí. Y al contrario, otras reconocían en el test sentirse predispuestas al sexo, pero sus medidores genitales no confirmaban esta sensación”.

Cuida tu sistema de riego

Mientras la ciencia encuentra un puente para unir el mundo genital y mental para comprender a los humanos, existen practicas para mantener ‘un buen sistema de riego’ y estimular la lubricación natural. Los ejercicios de Kegel y las bolas chinas son las más recomendables. De hecho, éstas últimas, según la leyenda, fueron diseñadas por un emperador japonés con muchas ganas de sexo y poco tiempo o espíritu para centrarse en los preliminares. Las bolas hacían el trabajo por él, e introducidas en las vaginas de sus concubinas las preparaban para tener relaciones. Según Molero, “ambas prácticas son complementarias. Los ejercicios de Kegel, al tener que movilizar los músculos, ayudan a coger una mayor conciencia genital pero las bolas chinas, al moverse entre las paredes de la vagina, ayudan a sensibilizarla. Lo ideal es combinar ambos”.

Últimamente existen lo que se llaman hidratantes vaginales y vulvares, como los de Isdin, que nada tienen que ver con los lubricantes. “No tienen hormonas y los vaginales hidratan las paredes y retienen la humedad en la vagina; mientras que los segundos, de uso externo, son muy recomendables cuando hay sequedad, incomodidad o picor, que puede estar producidos por depilaciones, rozaduras de ropa, geles o detergentes”, comenta esta sexóloga. Beber mucha agua y evitar las dietas demasiado estrictas, ya que las muy bajas en grasas carecen de colesterol, un ingrediente esencial para la producción de estrógenos, sustancias implicadas en el proceso de lubricación, son buenas prácticas para ayudar a este proceso.

No hace mucho que se habla de Foria, el primer pre lubricante hecho a base de cannabis y diseñado para mejorar el placer femenino. Se rocían unas gotas, una hora antes de tener relaciones, y las que lo han probado aseguran que sus orgasmos son más intensos, algunos de hasta 15 minutos, además de amplificar la experiencia sexual. El producto ha sido desarrollado por Mathew Gerson, del Aphrodite Group, un colectivo formado por pacientes con tratamientos a base de marihuana con fines medicinales y especialistas. Aún no ha salido al mercado y de momento solo está disponible para los californianos que tengan una receta que les de acceso al cannabis medicinal, aunque se espera que pronto pueda comprarse en Colorado y Washington, donde la planta ya es legal.





LA ELECCIÓN DEL LUBRICANTE

El uso de lubricantes puede ayudar a muchas mujeres a hacer el sexo más placentero, con más acción, sin molestias, agregando al juego erótico un recurso más que eficiente. Los hombres también se entusiasman con su uso: brinda más libertad al movimiento de la pelvis y permite optar por distintas poses. También el sexo anal (el ano es una región que no se lubrica) se beneficia con el uso de los geles.

Para tener en cuenta

Que sea al agua o siliconado. Los más usados en nuestro medio son a base de agua. Se absorben por piel y no dejan ninguna capa aceitosa. Pueden rebajarse con el agregado de agua.
Que no altere el PH vaginal ni predisponga a infecciones.
Que no irrite ni manche.
Que no sea derivado de hidrocarburos: aceites, vaselina, cremas cosméticas, lanolina, etc. Estos lubricantes abren los poros de látex de los profilácticos y predisponen a infecciones.
Lo ideal es incluirlos en la relación como un recurso más para disfrutar.
Puedes usarlos para hacer caricias en otras zonas corporales. La estimulación suave de los pezones, o del glande previamente lubricado, es súper excitante.



MÁS PLACER

Un estudio reciente de la Universidad de Indiana investigó, en una muestra de 2400 mujeres, la satisfacción y la intensidad del placer sexual con y sin uso de lubricantes (al agua y con siliconas), en prácticas autoeróticas y con partenaire sexual. A las participantes se les pidió que evaluaran sus experiencias sexuales durante dos semanas. Las mujeres reportaron mayor placer y vivencia de satisfacción cuando usaban lubricantes (70 % de ellas informaron sensaciones más enérgicas cuando usaban el gel con un compañero sexual y un 60% de satisfacción cuando lo hacían solas).



QUICKIE

Si usas juguetes sexuales recuerda usar lubricantes al agua, no siliconados, ya que los últimos degradan la silicona del juguete.



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