Vivir un episodio de aquellas películas apasionadas con el hombre ideal esperándote en la tina o la piscina es una de las fantasías más anheladas de las mujeres; aunque a la hora de llevarlo a la práctica puede ser más complicado y riesgoso de lo que parece.
Según la sexóloga Carolina Rivero Elder, realizar las fantasías sexuales bajo el agua no tiene nada de malo, siempre y cuando se tomen los cuidados necesarios. Un encuentro íntimo de este tipo puede resultar dañino para tu salud si no tomás las medidas adecuadas.
Te presentamos algunas recomendaciones para hacer de este el ritual perfecto:
Complicado pero no imposible de realizar
No necesitás escenarios complicados para tener una gran noche de placer, ya que la simple tina llena de agua puede ser el lecho erótico. Muchas parejas tienen esa fantasía, y el hecho de ejecutarla tiene su gustito particular.
Facilita los movimientos corporales durante la relación sexual
En el agua los seres humanos nos encontramos a gusto y sobre todo relajados, los movimientos son más lentos, nos da la sensación de mayor libertad, hasta los músculos se encuentran menos tensos, logrando un mayor disfrute del momento.
Ojo, en sitios públicos jamás tengás un encuentro
Al estar con tu pareja en el agua, en lugares públicos o donde otras personas estuvieron, es mejor que el encuentro no pase de las caricias, es decir, que no haya penetración. Esto evitará que ingrese agua contaminada a la vagina.
Lo ideal es que la penetración se lleve a cabo fuera del espacio acuático.
Que sea en tu casa para evitar infecciones
Si querés vivir una experiencia sexual bajo el agua asegurate de evitar lugares públicos porque podés contraer hongos o bacterias. Lo ideal es llevar a cabo ese ritual romántico en tu propia tina o yacuzi, donde tengás la seguridad de que no contraerás ninguna enfermedad y donde podrás dar rienda suelta a tus deseos, sin pecar de exhibicionista.
El agua dificulta la lubricación natural de la vagina durante el sexo
La composición del trasudado que se da cuando una mujer se excita es diferente al agua de la piscina, que contiene generalmente mucho cloro, y el agua del mar, que tiene mucha sal. Esto hace que la vagina se reseque, lo que al mismo tiempo volverá doloroso el encuentro íntimo.
Es necesaria una lubricación por parte de la vagina para que la penetración del pene sea placentera y no provoque dolor.
Condón y agua, una mala combinación
Lo ideal es colocar el condón antes de entrar en el agua, lo que lo hace también un poco incomodo ya que, como sabemos, se debe colocar con el pene en erección. Eso ya es un punto en contra. Y si por el entusiasmo del sexo acuático nos olvidamos de colocarlo estamos corriendo riesgos innecesarios. Además, si tiene mucho cloro o sal como el agua de piscina o mar, el roce con el preservativo hace que este sea más fácil de romper.
El uso frecuente de lubricantes no afecta a la lubricación natural
No significa que después de usarlos, no vas a poder lubricar por vos misma. El problema está en que te acostumbrés siempre a emplearlos y cuando ya no lo hagás, bloqueés tu respuesta sexual por la ansiedad de no saber si vas a poder o no sin su ayuda. Lo ideal es usarlos si querés experimentar, jugar, investigar, explorar nuevas formas de intercambio sexual. Salvo razón médica, no se puede decir que no es recomendable emplear lubricante.
Ideales para el encuentro íntimo
Lubricantes de base acuosa son los mejores, porque es lo más similar a la lubricación propia de la vagina. Son más naturales e irritan menos la mucosa. La menopausia, reducción de estrógenos, infección, efectos secundarios de algunos medicamentos pueden ser los causantes de la sequedad vaginal.
El lubricante no es un anticonceptivo
Si deseás tener relaciones sin temor a quedar embarazada no confíes en tu lubricante, porque su función es sustituir la lubricación natural para hacer placentero el sexo y menos dolorosa la penetración. Luego disfrutá de tu fantasía bajo el agua
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