jueves, 23 de octubre de 2014

UNA ENFERMEDAD GRAVE PUEDE DESESTABILIZAR A LA PAREJA, TRANSMITIMOS ALGUNOS CONSEJOS PARA SUPERAR ESTE TIPO DE ADVERSIDAD.

“Que nuestra pareja sufra una enfermedad grave o una dolencia crónica es una de las situaciones más difíciles para cualquiera, y a la vez una de las ocasiones en las que se puede demostrar al otro el amor verdadero”, ha explicado la psicóloga Silvia Sanz, y directora del centro Psytel a la revista especializada Psicología Práctica.

Según Sanz, “cuando se padece una enfermedad, se necesita sentir el amor y la comprensión de los que nos rodean, y sobre todo de la pareja”.

“Hay que afrontar la enfermedad como una prueba de fuego de la que saldremos airosos, reforzados física y psicológicamente. Si la dolencia persiste, debemos aprender a convivir con ella y a fortalecer otros aspectos de la relación que estaban descuidados”, aconseja la experta.

Un diagnóstico de cáncer de mama, por ejemplo, pone a prueba hasta la relación de pareja más sólida.

Tras un estudio dirigido por Marc Chamberlain, del programa neuro-oncológico de la Seattle Cancer Care Alliance, se llegó a la conclusión de que cuando una mujer es diagnosticada con una enfermedad grave, como el cáncer, es seis veces más propensa a que su pareja la deje.

Mientras que en el caso de enfermedades graves en el hombre, es poco probable que la mujer lo abandone y el divorcio es casi exclusivo en el caso de las pacientes mujeres.

Lados distintos

El problema principal es que los dos actores de la relación enfrentan de forma diferente el reto.

Durante una situación así, la mujer pierde salud, autoestima, confianza y quizás, una parte de su cuerpo, y los hombres no siempre saben cómo encarar el evento.

Al estar los dos en diferentes canales, es más difícil entablar un diálogo y la convivencia se vuelve complicada: ella tiene que atender su salud, lo que la vuelve un poco hostil y distante, dice la sexóloga clínica y psicoterapeuta sexual, María Antonieta García Ramos.

“El rol que debe asumir la pareja es el de acompañante; lo que significa no sobreprotegerla, ni victimizarla, sino escuchar lo que ella necesita”, comenta.

Durante esta etapa es fundamental que el hombre asuma que las preocupaciones de su pareja han cambiado. Hay que tener paciencia, no perder la comunicación y ponerse, en la medida de lo posible, en “los zapatos del otro”.

Asistir al cónyuge enfermo pude alargar la vida de cuidador, según estudio de la Universidad de Michigan, UM, en Estados Unidos, según el cual las personas de edad avanzada que pasan por lo menos 14 horas por semana cuidando de un cónyuge incapacitado viven más que otras.

¿Reactivar la vida erótica?

Primero, hay que vivir todos los duelos para volver a entrar en el placer. Este punto se aprende a manejar cuando ambos acuden a terapia.

El diálogo nunca se debe perder. Enfrentar el proceso tomando decisiones juntos es un gran paso para salir adelante más rápido; no hay lugar para secretos ni dudas.

Hay que aprender a “resignificar” el cuerpo, es decir, aceptar que el placer tiene que ver con el juego erótico y el vínculo amoroso, “más allá del busto y el derrière”. Por lo general, los senos se cosifican al verse como un símbolo sexual, y cuando se tienen que quitar, pareciera que se cierra la puerta de entrada en el placer.

Los hombres no deberían convertirse en “tiranos del encuentro sexual”. No hay que exigir más de la cuenta; deben aceptar que ellas no están preparadas para la intimidad, lo que no significa un rechazo. Más pronto de lo que se imaginan, las cosas volverán a la normalidad.

Diagnóstico

Tanto física como psicológicamente, el diagnóstico supone un cambio importante y un duro golpe a la pareja. Padecer una patología grave y que conlleva un proceso de recuperación largo es siempre un proceso duro que afecta tanto física como anímicamente a la persona.

Apoyo

En el caso de los pacientes oncológicos que tienen pareja en el momento en que les es detectado el cáncer, la otra persona juega un papel fundamental, tanto en el proceso de afrontar y asumir la enfermedad como durante la curación de la misma. Además, finalizado el tratamiento, pueden encontrarse con un problema añadido: dificultades a la hora de tener descendencia en el caso de que no hayan formado aún la familia.

Escucha

En ocasiones, la otra persona no pregunta al afectado cómo se siente o cuáles son sus miedos y preocupaciones intentando no recordarle el tema, y suele ser contraproducente, ya que el paciente requiere normalmente expresar sus emociones y desahogarse con quien tiene más cerca.

Zona erógena

Según la sexóloga Alessandra Rampolla, es muy frecuente que una mujer con cáncer de mama, experimente mucha negatividad en cuanto a su imagen corporal, sobre todo si existe pérdida o alteración del seno. El rol que juegan los senos en la actividad sexual puede cambiar. Algunas mujeres se sienten muy incómodas mostrándose ante sus parejas, mientras que otras no tanto. Por otra parte, muchas mujeres prefieren enfocar el erotismo físico en otras partes del cuerpo y prefieren minimizar sus senos como zona erógena.

Factor emocional

Las mujeres con pareja tienen un mejor pronóstico y mayor supervivencia en los casos de cáncer de mama, independientemente de las características del tumor, según un estudio internacional en el que ha participado el Hospital Vall d'Hebron y que revela la importancia del factor emocional en esta enfermedad

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