El chantaje emocional es una patología que se caracteriza por el abuso psicológico de una persona sobre otra. Es común en las parejas, pero no es exclusivo de éstas. Hay casos que se presentan dentro de la familia, cuando uno de los miembros llora, hace berrinches, etc., para causar lástima o pena, y así lograr sus objetivos.
La mayoría de los chantajistas utilizan este recurso como una estrategia para que prevalezca su voluntad sobre las otras personas.
En las relaciones de pareja, el chantaje emocional se genera mediante manipulaciones, amenazas, maltrato e insultos. Esto se realiza con el expreso propósito de castigar al “otro” si no se consigue lo que se desea. Muchas personas acceden al chantaje y aceptan cualquier tipo de condición por temor a ser abandonados.
En algún momento de la vida todos hemos sido la víctima perfecta de un chantajista. No es que siempre seamos presas fáciles, sino que, como explica Susan Forward, autora del libro Chantaje emocional, Editorial Grijalbo:
Prácticamente impiden que veamos cómo nos manipulan, ya que esparcen una espesa niebla que encubre sus actos… Esta niebla sintetiza el miedo, la obligación y la culpa: los instrumentos que utilizan”.
RADIOGRAFÍA DE UN CHANTAJISTA
Un chantajista tiene a su disposición información muy valiosa, que incluye el saber el valor que puede tener para uno la relación que se mantiene con él, y por si fuera poco, también conoce los puntos débiles que posees y que puede utilizar para conseguir lo que quiere de ti, lo cual cabe aclarar, no está condicionado a cuánto te aprecie, lo hará tantas veces como sea necesario para sus fines.
Pocas veces se puede discutir si se está con un apersona chantajista, por ello te damos las siguientes señales:
1. Amenaza con volverte difícil la vida o abandonar la relación, si no haces lo que quiere.
2. Te dice claramente o te sugiere que se hará daño o se pondrá triste, si no cedes a su petición.
3. Siempre espera que des mucho más de lo que ya das.
4. Con frecuencia da por hecho que cederás ante lo que te pida.
5. Ignora o no atiende a tus sentimientos y aspiraciones.
6. Te hacen promesas valiosas, las cuales están condicionadas a tu comportamiento, y además, rara vez cumple.
7. Te cataloga como egoísta insensible o interesado cuando no cedes.
8. Te alaba cuando cumples con sus
expectativas y lo retira si te mantienes firme.
9. Utiliza el dinero como una herramienta de poder sobre ti.
Si te identificas aunque sea con una de estas opciones, estás frente a un chantajista emocional.
Al respecto la autora explica que: El chantaje no arraiga sin nuestra ayuda. Recuerda que para el chantaje hacen falta dos, y el paso siguiente consiste en ver cómo colaboramos en tanto blanco de chantaje”.
MANOS A LA OBRA
Susan Fordward sugiere que cuando lo detectes, analices el origen de la demanda, si hay algo en ella que te incomoda y descubrir de qué se trata. También deberás encontrar qué es lo que te parece inaceptable y si lo que solicita ocasionará algún daño, ya sea a ti o a un tercero.
Otro punto a considerar se refiere al hecho de qué representa para ti ceder, qué tanto estás de acuerdo con la situación y qué tan benéfica resulta para ambas partes.
Desde luego, se trata de un cambio de proceder que no se logra de un día a otro, pero en la medida en que estés consciente de su repercusión y de que poner manos a la obra es la mejor manera de mantener una relación sana, reconocerás los beneficios y te será más sencillo vigilarte a ti mismo y no volver a caer en un chantaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario