La disfunción sexual femenina afecta a muchas mujeres (40 por ciento de la población femenina adulta en el mundo) e impide que disfruten de las sensaciones físicas y psicológicas que provienen del sexo.
Los principales factores que acarrean disfunción sexual femenina son los conflictos con la pareja, estrés o depresión. De hecho, la tensión nerviosa generada por las preocupaciones reduce el deseo sexual. Asimismo, las mujeres que han sufrido acoso o abuso sexual suelen presentar intensos dolores en sus relaciones sexuales. Por otro lado, los problemas de salud que afectan a los órganos genitales (infección urinaria, enfermedad de transmisión sexual, vestibulitis vulvar o endometriosis, por ejemplo) y las patologías crónicas (artritis, cáncer, dolores crónicos, entre otras) ocasionan dificultades sexuales. Además, la toma de ciertos medicamentos (píldoras anticonceptivas, antihistamínicos, antidepresivos y fármacos para regular la presión arterial) puede perturbar el bienestar en la relación sexual.
Es importante destacar que durante el embarazo, el deseo sexual suele disminuir en el primer trimestre de gestación, debido a los molestosos síntomas (náuseas, vómitos y dolores). Además, el parto reduce la tonicidad de los músculos vaginales, lo que dificulta la capacidad para tener orgasmos durante unas semanas. Finalmente, la menor producción de hormonas en la menopausia favorece la sequedad vaginal y la atenuación del libido.
6 TIPOS COMUNES DE DIFICULTADES
Anorgasmia
La anorgasmia designa la dificultad para tener un orgasmo durante la estimulación sexual, aunque la mujer no presente problemas de libido. Generalmente, suele sentir placer durante la relación sexual, pero no logra alcanzar el orgasmo. Se recomienda tomar tiempo para realizar juegos preliminares intensos. Asimismo, intenta relajarte y evacuar las tensiones. Si el problema persiste, acude a un sexólogo o psicólogo.
DESEO
El deseo sexual fluctúa durante la vida, debido a que es un fenómeno muy complejo. Sin embargo, una falta prolongada de libido tiene repercusiones importantes en la relación conyugal y en el bienestar psicológico de la mujer. Es necesario hablar con el cónyuge o consultar a un sexólogo para encontrar una solución, ya que cuando este problema es severo, se observa una ausencia de deseo por cualquier tipo de actividad sexual.
VAGINISMO
El vaginismo es una contracción involuntaria de los músculos que rodean la vagina, lo que impide la penetración vaginal. La mujer afectada debe realizar una serie de tratamientos con su ginecólogo para reducir los intensos dolores.
DOLORES
Algunas mujeres presentan dolores en la vagina, clítoris o labios. Este tipo de disfunción sexual femenina se llama dispareunia. Es necesario diferenciarla del vaginismo, el cual suele aparecer desde el inicio de la vida sexual, mientras que la dispareunia es generalmente secundaria a un trauma o reacción a algún causante. Se sugiere acudir al ginecólogo para tratar una eventual causa orgánica.
SENSACIONES
Luego del parto, el perineo (región anatómica que corresponde al suelo de la pelvis) puede sufrir un relajamiento, es decir pierde su tonicidad. De esta manera, las contracciones durante la relación sexual suelen ser débiles y arrítmicas, lo que acarrea dificultades en la mujer para sentir placer. Efectúa el diagnóstico con un ginecólogo y realiza sesiones de fisioterapia para mejorar la tonicidad del perineo.
SEQUEDAD
La falta de lubricación en las mujeres provoca dolores intensos durante la penetración. Debes aumentar la duración de los juegos preliminares y utilizar lubricantes naturales o ir a un sexólogo para solucionar este tipo de disfunción femenina.
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