Muchas parejas pierden el apetito sexual después de la entrada en escena de los retoños, fruto de la desatada y caducada pasión. Atrás quedó ya la recurrente excusa del dolor de cabeza. Ahora lo que pasa es que, ante la creciente igualdad de condiciones laborales entre sexos, el cansancio se lleva todas las culpas de la estampida de la libido.
Las mujeres se siguen ocupando, por norma general, de las labores hogareñas y del cuidado de los niños, y todo ello, sumado a la actividad profesional fuera de casa, acaba por dinamitar al final del día cualquier apetito –por muy sexual que sea. ¿Y ellos? Ellos se desesperan e interiorizan que de ese momento en adelante su cotidianeidad estará marcada por la sequía carnal sin que puedan hacer nada para remediarlo.
Pues bien, un nuevo estudio revela que si los hombres invirtiesen más tiempo en el cuidado de los niños, tendrían una relación y vida sexual más satisfactorias. La investigación fue presentada el pasado 23 de agosto en la reunión anual de la Asociación Americana de Sociología.
El sociólogo Daniel L. Carlson, en un trabajo conjunto con dos estudiantes de postgrado –Sara Hanson y Andrea Fitzroy– utilizó los datos obtenidos de las respuestas a una prueba realizada a más de 900 parejas heterosexuales, y encontró que cuando las mujeres se hacían cargo de la mayoría de los cuidados de los niños, ambas partes aseguraban tener relaciones de más baja calidad, tanto afectivas como sexuales.
«Lo que se extrae de los estudios es que la madre es, en gran parte, la responsable de esta labor, y de todo lo demás», afirma Carlson.
Tanto las parejas que se repartían las tareas, como aquellas en las que era el padre quien asumía el mando del cuidado de los pequeños, dijeron sentirse muy satisfechos con su vida sexual. «Lo que encontramos es que, por lo general, los hombres no tienen ningún inconveniente en ocuparse del cuidado infantil, de hecho, ser un padre involucrado es algo importante para ellos, o mejor dicho, para ambos».
Sin embargo, hay un punto sobre el que conviene detenerse: cuando son los hombres los que se ocupan de los niños, sus parejas muestran una satisfacción más alta con su vida sexual, pero ellos no.
La investigación presenta algunas limitaciones. La primera, que solo incluye a parejas heterosexuales y no a aquellas del mismo sexo. Por otro lado, la mayor parte de las cinco variables medidas tenía que ver con tareas no físicas. «Solo examinamos una tarea física, y se centraba en jugar con el niño, pero no en quién le alimenta o le baña. Y estas tareas, las puramente físicas, son las que han sido tradicionalmente responsabilidad de las mujeres».
Este grupo de investigadores seguirán escarbando en las causas de por qué las parejas que se reparten equitativamente el cargo de los retoños dicen estar más contentos con su actividad sexual.
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