En el fangoso terreno del amor, las redes sociales presentan un doble filo. Por un lado, los espacios virtuales se han convertido en “la gran celestina del nuevo siglo”, de hecho son cientos y miles los casos de personas que han conocido el amor gracias a la intermediación de internet. Ahora bien, al momento de una separación, la consulta de perfiles de los ex en sitios como Facebook puede traducirse en heridas que no terminan de cicatrizar. ¿Son pocos los que caen en la tentación? Pues no: evidencias indican que cerca de dos tercios de los usuarios buscan algún contacto con sus ex parejas a través de Facebook.
Partiendo de esta premisa, una investigación llevada a cabo por el Departamento de Psicología de Brunel University de Londres confirma científicamente lo arriba indicado: husmear el perfil de un ex conduce a dificultades para elaborar el duelo sentimental. El estudio realizado en base a las respuestas de 464 participantes y divulgado por Live Science, arrojó los siguientes datos:
El 54 por ciento de los consultados indicó que sigue siendo ”amigo” de su ex en Facebook sin mantener contacto frecuente; el 25 por ciento dice que borró a su ex de la lista de contactos; mientras que el 12 por ciento encontró que su ex les había borrado a ellos. El estudio concluyó que aquellos que más asiduamente frecuentan el perfil de sus ex parejas en la red social experimentan emociones negativas alejándose de la posible recuperación emocional, pues en las imágenes, mensajes y demás contenido publicado ”el otro siempre parece estar mejor que uno”.
¡A borrar!
Aún así, la investigadora a cargo del estudio no recomienda borrar a la ex pareja de la lista de contactos personal. La especialista se basa en la siguiente premisa: No mantener ningún tipo de contacto con el amor que se ha ido, les envuelve a ellos en una mística que termina por resultar atractiva. Lo mejor, al parecer, es alcanzar la recuperación sin caer en la tentación de la consulta obsesiva de la vida del otro y, a su vez, poder superar el trance sin la necesidad de convertirse en verdaderos extraños, incluso en el ámbito virtual.
Lo cierto es que el cosmos online se postula como un actor infaltable en las relaciones sociales contemporáneas y que, estudios científicos como el indicado (con mayor o menor peso y relevancia) dan cuenta de esta afirmación. /
¿CULPA DEL ‘FACE’?
Hace unos años, cuando apareció la red social de Facebook aparecieron muchas noticias en las que se afirmaba que por culpa de esta red social muchas parejas habían acabado en millones de divorcios en todo el mundo. Ahora, cada vez tenemos a nuestra disposición mayor número de redes sociales por lo que ¿todavía hay más probabilidad de que las relaciones de pareja finalicen?
En marzo del año pasado, la revista Cyber Psychology and Behaviour Journal publicó un estudio en el que mostraba cómo Facebook había sido la causante de 28 millones de rupturas de pareja en el mundo; pero no ha sido la única en mostrar este tipo de datos, ya que la Asociación Norteamericana de Abogados Matrimoniales, informó de que en 2011 el 20% de los divorcios en Estados Unidos eran provocados por el uso de esta red social.
Se debe tener en cuenta el aspecto positivo de las redes sociales, que es que nos permiten aumentar nuestras relaciones sociales con las personas sin importar la distancia ni las horas, también tiene la otra cara de la moneda, ante los primeros problemas en la relación de pareja muchos se sumergen en las redes en busca de consuelo.
La frase “hay muchos peces en el mar” se ha convertido en una certeza y ante los problemas cotidianos en la relación de pareja, las redes sociales se convierten en el bálsamo que nos recuerda que hay muchas personas atractivas e interesantes esperando a ser descubiertas, siempre se puede empezar de nuevo y dejarse llevar por la imaginación de lo que podría ser estar con alguien diferente sin pensar en lo que dejamos atrás.
CONTROL ENFERMIZO
Por otra parte, las redes sociales nos permiten mantener un mayor control sobre cómo se relaciona nuestra pareja con los demás y eso hace que se despierten todos los miedos e inseguridades. Uno puede estar pendiente de a qué hora se ha conectado en el Whatssapp, a qué le ha dado me gusta en las apps e incluso, hacer “investigaciones” sobre quiénes son los amigos que tiene o a quién le manda mensajes.
Esto implica que muchas de las relaciones de pareja actuales tienen como ingredientes la desconfianza, el miedo y la inseguridad. Aspectos que tenemos que tener en cuenta a la hora de estar con nuestra pareja, porque no hay nada como la comunicación y el respeto para poder ir paliando estos temores.
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