En una relación de pareja, especialmente cuando es nueva, el deseo de amarnos es tan intenso que a veces no encontramos la manera de expresar nuestro amor por la persona amada; y aunque cada uno de nosotros se expresa de una manera diferente, pero ninguna de esas formas es única ni suficiente para hacer que nuestra pareja se sienta del todo feliz con nosotros, porque el amor es infinito y para hacer feliz a nuestra pareja, muchas veces es necesario hacer infinidad de cosas.
Podemos expresar nuestro amor con palabras dulces, elegantes y tiernas, cargadas de un profundo sentimiento de amor las cuales van directo al corazón, porque las palabras tiernas, llevan consigo el dulce néctar del amor.
El amor expresado en palabras, es como el azúcar porque sirve para endulzar a la persona, hacerla reír, cargarla de emoción, llenarla de entusiasmo y despejar muchas de sus dudas con respecto al amor que sentimos por ella. Pero por muy dulces y tiernas que sean nuestras palabras, éstas nunca serán suficientes para demostrar el amor que sentimos por la persona amada, pues, es necesario que esas palabras vayan acompañadas por acciones de amor, cargadas de significado para nuestra pareja.
Todas las palabras deben tener una traducción o al menos una interpretación valedera, un te amo es tan sencillo de expresar, pero es muy amplio para demostrarlo en hechos de verdad.
Para muchos, un te amo se reduce sólo a unos abrazos, besos y caricias; para otros, es sinónimo del acto sexual en la cama; y para muchos, te amo significa satisfacer materialmente los gustos de su pareja, bien es cierto que todas estas cosas son manifestaciones de amor, pero no son suficientes para demostrar que realmente amamos a nuestra pareja, porque el amor no sólo son besos, caricias, sexo, abrazos, gustos y gastos; amar es reconocimiento de los valores, costumbres y creencias de nuestra pareja, es aceptación de sus diferencias, de su carácter, de sus virtudes y defectos, y de respeto a sus espacios personales, a los cuales ambos tienen derecho de disfrutar, ya sea solos y en silencio, o en compañía.
Amar a nuestra pareja es también tener la capacidad de aceptar sus defectos, de comprender que es un ser humano imperfecto, capaz de cometer errores, de expresar sus sentimientos de una manera muy distinta a la nuestra, que puede o no gustarnos.
Amar es también apoyar sus decisiones personales y ambiciones de superación, en lo profesional, laboral y social.
Es preocuparnos por ella, por lo que piensa, por lo que siente y cómo se siente, y servirle de motivación para animarla a seguir adelante cuando se sienta débil.
Es dedicarle tiempo para conocerla mejor cada día, ya que los seres humanos a diario experimentamos cosas nuevas, como pensamientos y sentimientos que invaden nuestro ser y afectan positiva o negativamente nuestro comportamiento.
Asimismo, debemos demostrarle que siempre estamos presentes en su vida, esté o no en esos momentos a nuestro lado, una llamada, un mensaje para preguntarle cómo está o para aprovechar la ocasión y decirle cuánto la amamos, así se lo hayamos dicho horas antes, porque no basta con esta presencia física, sino que es muy necesario que nuestra pareja nos tenga en su pensamiento y en su corazón.
Amar a nuestra pareja es ayudarla a encontrar una solución a sus problemas y despejar sus dudas, en vez de complicarle la vida con falsas acusaciones.
Es encontrar siempre un motivo para hacer que ella se sienta amada y valorada por, con cada detalle y sorpresa tuya.
Es hacerla sentirse amada cada día, con todo lo bello que le decimos y lo bueno y agradable que hacemos por ella, para que se sienta feliz y amada por nosotros.
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