Los hombres y mujeres siempre hemos estado ocupados en esa búsqueda incesante por encontrar al amor de nuestras vidas, pero ha sido casi siempre infructuosa, porque hemos buscado en lugares equivocados. El amor de nuestra vida no está en las discotecas, boliches y bares, no está en un campo de fútbol, ni la universidad, no está el Facebook ni en otra página social.
El amor de nuestra vida está en el aire al igual que toda la información que circula por la internet, la cual es atrapada en un aparato receptor llamado ordenador (computadora), o un smartphone (teléfono celular inteligente); el cual para tenerlo tenemos que atraerlo a nuestra vida, y nuestro corazón será el receptor donde podamos atraparlo, para verlo y disfrutarlo cada día.
Si quieres encontrar al amor de tu vida, no tienes que salir a buscarlo en lugares equivocados, porque si lo buscas en los bares, ten por seguro que ahí sólo encontrarás a un borracho o borracha que te amargue la vida, si lo buscas en un campo deportivo, encontrarás a un buen deportista cuya pasión será su deporte y no tú. Si lo buscas en la universidad probablemente encuentres a un gran estudiante preparándose para ser un buen profesional, pero no para ser un gran y buen esposo, si lo buscas en las redes sociales, encontrarás a muchos que hablan con otros donde tú serás un@ más del montón.
Porque en estos sitios nadie busca la felicidad, sino diversión, con alguna que otra excepción. Si quieres encontrar al amor de tu vida; no lo busques en la vanidad de tu fantasiosa imaginación, la cual navega por los abismos de tu vana ilusión. Búscalo en el universo, en la soledad de tu habitación, en ese contacto directo con Dios a través de la oración.
Porque Jesús dijo: "Pedid y se os dará, pero si pedís y no recibís, es porque no pedís bien". Si quieres encontrar al amor de tu vida, primero examina tu propia vida a la luz de la razón para que no pidas cosas absurdas, guiada sólo por la emoción.
Piensa en el hombre o la mujer que quieres tener a tu lado y no en la persona que no quieres tener, si eres mujer, nunca digas; yo no quiero un hombre borracho o un hombre vicioso, ni vago, ni holgazán. No digas yo no quiero un hombre malo, mentiroso e infiel; porque es exactamente eso lo que estarás atrayendo a tu vida. Porque uno atrae lo que piensa.
En vez de perder el tiempo pensando en las cosas que no queremos tener, por qué no aprovechar ese tiempo para atraer las cosas o la persona que realmente queremos tener, piensa siempre en positivo y tus resultados serán también positivos.
Dibuja en tu mente el tipo de hombre o mujer que quieres tener y luego imprímelo en tu corazón, porque una vez que eres consciente de tu necesidad, podrás pedir con fe a Dios sabiendo que te lo dará. Es muy importante que nuestro pedido, sea bien detallado, para no recibir el producto equivocado.
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