La rentrée suele ser complicada. Los terapeutas de pareja sabemos que tras el verano existe una alta probabilidad de acabar con la relación o, al menos, se hacen más visibles las posibles fisuras existentes o que se hayan podido ocasionar durante el periodo estival. El porcentaje de divorcios aumenta cada año y en torno al 30% de los mismos se produce en estas fechas.
Pasar más tiempo juntos, tanto con la pareja como con los hijos, es maravilloso y muy necesario, sin embargo, el roce no sólo hace el cariño, también evidencia los desajustes. Pero esto se puede evitar. Al menos, podemos intentar poner en práctica una serie de técnicas para favorecer la restauración de esas grietas afectivas y sexuales.
Comunicación positiva
Les propongo evitar las discusiones intensas y tratar de resolver los desencuentros con sentido del humor y asertividad. No consiste en callarse o tragarse lo que uno opina para no generar conflicto, al contrario. Consistiría enexpresarse de manera adecuada, de forma que no lanzamos nuestra opinión hacia la pareja bruscamente, siendo agresivos ni, por el contrario, decidimos esconder la misma de forma sumisa para no molestar o porque creamos que no es importante, por ejemplo. Ambas fórmulas generarían conflicto, siendo igualmente tensas. En el primer caso, la violencia se proyectaría sobre el otro y, en el segundo, hacia uno mismo.
La fórmula de la asertividad postula determinados pasos a seguir para permitirnos expresar a otras personas nuestra opinión, pensamiento, sentimiento o cualquier información desde un punto intermedio entre la agresión al otro y la sumisión autoimpuesta. Ésta permitiría relacionarnos con un modelo de comunicación no violento y positivo, pues implica que la buena comunicación permita que todas las partes ganen per se, y efectivo, pues genera las condiciones óptimas para negociar.
1. Empatizar. Comenzar el turno de palabra expresando nuestra comprensión a la opinión del otro nos acerca y, a su vez, no implica que sea compartida por nosotros. Palabras clave al inicio de la frase como «te entiendo», «te comprendo» o «sé que esto es importante para ti» apaciguan a la pareja y permiten iniciar un debate sereno y el entendimiento.
2. Expresar nuestra opinión. Para conseguirlo de manera asertiva nunca utilice un «pero» pues anula lo anteriormente dicho. Decir «esto me gusta aunque...» nos activa cerebralmente como si dijéramos «no me gusta», aunque ni siquiera hayamos escuchado lo que viene detrás, y facilita que nuestra respuesta sea negativa. Sustituirlo por «sin embargo», «en cambio», no genera a nivel cerebral el mismo rechazo y lo entendemos como otro punto de vista sin que anule el nuestro, que es lo que nos suele doler.
3. Realizar nuestra argumentación. «Por lo tanto», «así que» o «entonces» serían buenos aperitivos para nuestra propuesta.
4. Utilizar palabras de poder. Como «por favor» y «gracias». Suelen amansar a las fieras si la otra parte está exaltada, y les facilitará el diálogo.
5. Actuación coherente. Por supuesto, decir unas frases sin expresar lo mismo con nuestro cuerpo y actitud, no sirven de nada. La proxemia o uso del espacio físico, de invasión o alejamiento, la prosodia o características de su voz, el volumen, timbre, la actitud y el resto de comunicación no verbal que ofrece a su interlocutor ha de ser coherente con el mensaje.
Juego en pareja
Al grito de: «¡Quedan inauguradas las jornadas de investigación sexual!», pongan en marcha el protocolo de recuperación afectiva. Todo vale, es investigación, algunas cosas gustarán y se podrán incorporar al nuevo repertorio sexual durante el calendario escolar y otras se desestimarán. Creatividad y valentía serán las claves en esta labor.
Si ahora les resulta complejo realizarlo, vayan calentando motores planificando momentos para que puedan disfrutar de más situaciones íntimas en pareja en cuanto los niños vuelvan al cole y se acuesten antes. Aunque luego no lleguen a ser realizables, fantasear con ello hará que la complicidad genere deseo en ambos. La sensación de formar parte de un proyecto común le unirá intensamente a su pareja. Recuerde que la sexualidad está en su cerebro antes que en cualquier otro lugar.
Guarde sensaciones positivas, aprovechando que septiembre es el mes ideal para iniciar colecciones de todo tipo y dirija su foco de atención hacia las cosas buenas de la relación. Coleccione esos pequeños hoyuelos que brotan cuando sonríen y guárdelos en un lugar muy especial. Coleccione las miradas insinuantes, aunque tenga que provocarlas. También las pequeñas propuestas aceptadas y los roces de piel fortuitos entre los dos. Tendemos a hacer lo contrario, pero focalizarnos en esos momentos positivos construirá nuevas, mejores y mayores colecciones.
Incorporen pequeñas sorpresas en su relación para que no sea predecible. Visitar la tienda erótica siempre será buena idea. Un clásico es el ya conocido huevo vibratorio, aunque sólo sea por las risas que arranca a los participantes, merece la pena, o mejor, la alegría. Con el mando en posesión de la pareja, podrá poner en algún pequeño aprieto a su chica. La revancha será divertida señoras.
Elijan juntos o por separado juguetes, lencería para ambos y nuevos olores y sabores originales para masajear sus cuerpos. Utilice aceite de canela nutritivo para exfoliar y dar masajes en los pies, tan castigados por las sandalias y la playa, les pondrá a tono.
Y no olvide un día de spa, aunque sea en el hogar cuando los niños estén dormidos. Utilice velas y aromas para una velada sensual. Comer sano en estas fechas es fundamental tras los excesos del verano. Quizá le guste cenar sushi sobre el cuerpo de su pareja.
Para ponerse en forma es estupendo realizar yoga, en este caso desnudos,aunque sólo sean unos saludos al sol matutinos. Estas propuestas pueden ser suficientes para encender la chispa y decir adiós a la rutina sexual que se intente instaurar al llegar septiembre. De no ser así, siga investigando.
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