jueves, 5 de mayo de 2011

Que tu novio no determine tu forma de vestir

Los celos y la inseguridad pueden llevar a tu pareja pedirte que cambies tu estilo de ropa que, al fin, refleja tu personalidad.

¿Sabes por qué vistes así?

“Cuando conocí al que ahora es mi esposo, él se mostraba siempre encantado conmigo y todo el tiempo destacaba mi forma de vestir y ser. Hoy, después de dos años de casada, no puedo elegir mi ropa sola, porque en seguida surge un gran problema que de a poco va arruinando nuestra relación”, confiesa Mónica R., quien trabaja en una institución pública.
Mónica aclara que ella solía vestir siempre elegante, con escotes prudentes, nada provocativos, y faldas no muy cortas. Ahora, por mandato conyugal, ni siquiera puede llevar puesto un pantalón formal con el que se delate su figura porque su esposo da el grito al cielo, cuenta.

La psicoterapeuta familiar Scherezada Exeni considera que no es malo darle gusto a la pareja sobre cómo le gustaría que vistieras, pero todo con límite. “Muchas veces, las parejas se muestran posesivas y sienten que la otra persona les pertenece y esto no es sano”, enfatiza.

Si permites que tu pareja te anule, tu relación no llegará a nada bueno. Lo que vale es que te acepten tal como eres y que no te obliguen a cambiar tu identidad. “El amor del bueno permite aceptar a la otra persona tal como es”, comenta.
Todo ser humano tiene sus propios deseos, gustos, anhelos, necesidades e inquietudes en la vida, que pueden ser diferentes a los de otra persona. Cuando se tiene una relación de pareja en la que realmente existe amor, es posible que puedas complacer en ciertas cosas a tu amado, sin dejar de lado todos aquellos elementos mencionados que, como personas, deseamos en la vida.

Por ejemplo, está el caso de que no te agrade bailar, pero a él, sí. Puedes hacerlo de vez en cuando por complacerlo, porque lo amas y eso lo hace feliz. Esto no es algo que afecta tu vida, porque son eventos pasajeros y aislados en la vida de ambos que al final también los disfrutas tú.

IMPOSICIONES QUE ACABAN EL AMOR

Sin embargo, si hablamos de cambiar tu estilo de vestir, esto no es eventual, como en el caso de bailar, así que debes tener mucho cuidado con hasta dónde puedes complacer a tu pareja. Lo ideal sería que discutan el gusto por las prendas de vestir que utilizan el uno y el otro. Claro, cuando tengas que hablar, no defiendas una ultracorta minifalda que causará peleas con tu novio y con quienes se atrevan a mirarte. Lo mismo pasará con los exagerados escotes. “En esta charla deben existir siempre opciones y nunca imposiciones”, asegura la especialista. Por eso es muy importante que antes reconozcas que no usas tu ropa como forma de provocar a tu pareja.

“Terminé con una relación de dos años porque me cansé de él. Al principio, siempre estuve pendiente de que mi novio se sintiera bien. Yo hacía lo que él quería, hasta cambié mi estilo de vestir de colores fuertes, modelos llamativos y prendas que delineaban mi figura, a tonos grises y una moda ancha, larga y seria”, resume la universitaria Katiana L.
Según Exeni, se debe tener cuidado con la actitud que se va a asumir porque si hoy, con tal de quedar bien y porque estás enamorada, aceptas todo, aunque vaya en contra de tus ideales, valores o sueños; mañana estarás cambiando de amigos o dejarás de hablar con ellos, empezarás a visitar menos a tu familia, abandonarás la música que te gusta y, sin darte cuenta, habrás dejado que él te consuma por completo.

Si caes en esta trampa, las consecuencias serán dejar que sólo uno sea feliz y éste será el complacido, por tanto, habrás convertido tu felicidad en una total dependencia, pues la misma depende de la felicidad de tu pareja y eso te llevará a desconocer la verdadera felicidad.

“Si realmente no haces lo que verdaderamente deseas en la vida y dejas de lado tus principios, gustos, anhelos y costumbres, estás actuando de manera errónea.

QUE NO CAMBIEN TU PERSONALIDAD

El poder y control que una persona ejerce sobre la otra nunca es bueno y más cuando está en medio una relación de pareja. Por consiguiente, si amas verdaderamente, lo mejor es conversar y llegar a acuerdos sobre éstos y otros aspectos relacionados con el tema. Si pese a ello escuchas decir a tu amado: “Mi vida, no necesitas vestir elegante porque eres bella y cualquier cosa te queda bien” y además te abriga con una manta larga y holgada, analiza y piensa en que está tratando de decidir por ti y que, sobre todo, tal vez no te acepta como eres.

CONSEJOS

• Análisis. La psicóloga Mariana Rojas sugiere analizar primero el porqué vestimos de una determinada forma. “Si bien la ropa que usamos depende de nuestra personalidad, muchas veces vestimos de determinada forma para llamar la atención de nuestra pareja. A veces, buscamos provocar otras miradas para demostrarle a nuestra pareja que tenemos nuestro atractivo y que, si no se esmera, puede perdernos”.

• Ejemplo. Si eres de las mujeres que anda escondiéndole al esposo o al novio la chompa colorida que le hizo su mamá o botaste sin preguntar su vieja polera del Bolívar porque estaba vieja, tendrás pocas opciones de reclamarle. El ejemplo empieza por casa, y tú también debes respetar la forma de vestir de tu pareja para que no tenga argumentos para prohibirte ponerte algún vestido que resalte tu figura.

• Atractiva. Mucha gente, tras afianzar una relación, de pronto descuida su arreglo personal y su aspecto físico, por lo que la pareja presiona para que se vea como cuando la conoció. Según Rojas, es muy importante el mostrarse auténtico y no verse bien sólo cuando se busca pareja, pues la pasión entra y se mantiene por los ojos. “Si tu novio ya no siente atracción por ti, su vida de pareja recibirá un revés, pues la llama del deseo es frágil y hay que alimentarla para que no se apague”.

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