En la clase o círculo social, siempre existen preadolescentes que son el centro de atención, que parecen tener un imán que atrae al resto. Qué sucede con ellos ¿Será que todo es color de rosa? Les puede ayudar a tener una alta autoestima, como también tener una actividad sexual más premeditada, señala la psicóloga Yohasir Áñez, que consultada al respecto señala que por un lado los preadolescentes, por la misma etapa, les cuesta manejar de manera adecuada esta situación. “La autoestima alta los puede convertir en ególatras y a tener problemas de superioridad", dice.
Enseñarles humildad. La profesional señala que para contrarrestar, los malos resultados del éxito con su entorno, los padres tienen que enseñar a los niños de humildad y respeto. Asimismo, después de señalar las ventajas, también menciona la desventaja; como el riesgo de tener su primera experiencia sexual a una edad más temprana. “Por el mismo hecho de ser más frecuentados están constantemente rodeados de sus amigos, entonces ello lleva a que esta situación sea más posible”, dice Áñez y ante ello alerta que los padres deben estar conscientes y guiar a sus hijos.
La importancia de la popularidad. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Illinois, los niños a esta edad ya tienen en la cabeza el dilema de ser populares o de bajo perfil. También a esta edad se imponen metas sociales para demostrar o mejorar su estatus social. Y para lograrlo recurren a algunas tácticas que muchas veces predicen su éxito a final de año. El estudio también hace hincapié en las tres orientaciones sociales que motivan a los niños de 9 años a ser populares: desarrollarse socialmente; evitar el bajo perfil y ser conocido en el colegio completo. “Ello surge porque al relacionarse con otros se vuelven conscientes de que hay una estructura de estatus y que necesitan establecer cuál es su lugar dentro de ella”, indica Phil Rodkin, uno de los autores de la investigación.
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