jueves, 1 de mayo de 2014

Deja tu adicción a la pareja



Si no puedes separarte de tu pareja porque sientes ansiedad, como si la mitad de ti te faltara; si pese a la necesidad de hacer cosas por separado —como ir al trabajo, a la universidad o dormir cada quien en su casa— te enloquece; tienes un problema. La dependencia extrema es algo que debe ser tratado con un especialista, en caso de que no se pueda resolver en pareja.

El dependiente emocional pone su relación amorosa por encima de todo, incluyéndose a sí mismo, a su trabajo y hasta a sus hijos, si los tiene. No permite que nada ni nadie se interponga entre ambos o que algo pueda dificultar el deseado contacto y, aunque trata de que todo se maneje dentro de lo normal, siempre encuentra el pretexto perfecto para estar colado a la otra persona.

Si poco a poco dejas de lado tus aficiones y presionas para pasar todo el tiempo con tu pareja, tienes serios problemas de dependencia, que a la larga podrían afectar tu relación.

Para la psicóloga Pilar Manrríquez, esta conducta es propia de alguien que ha recibido este ejemplo en su vida o es falto de amor. “Son patrones que están relacionados muchas veces con la carencia de afecto, atención y amor por parte de los padres o por haber tenido una madre sumisa que solo seguía los pasos de su padre. Esto puede haber influido en esta persona que ahora, de adulta, demuestra dependencia afectiva”.

Esta situación hace que muchas veces un dependiente busque una pareja con las mismas características. “Cuando dos personas empiezan una relación, el querer estar juntos todo el día les parece normal y hasta se sienten a gusto. Es más, hasta suelen reclamar cuando alguno de los dos falta en determinado momento”, describe.

La psicóloga Marynés Salazar hace referencia a la cita bíblica que dice: Ama a tu prójimo como a ti mismo. “Esto significa que está bien querer a alguien, pero para esto, debes amarte y valorarte, antes, a ti mismo. Te ayudará a comprender que no necesitas a nadie a tu lado para vivir conforme con lo que eres y haces”.

Por lo general, las personas que tienen dependencia de otra creen que el amor es sinónimo de sacrificio y anulación, por lo que dejan que su pareja sea feliz y crezca a costa de su propia infelicidad, mostrando solo su resignación. Por ejemplo, pueden dejar de asistir a clases o de ver a su familia y amistades.

Son capaces incluso de renunciar a su trabajo con tal de estar todo el día con su amor.

A partir de esto y con definiciones erradas sobre lo que es el amor, se generan o refuerzan relaciones dependientes, utilizando frases fáciles de identificar, como: “Yo sin ti no soy nada”, “si no estás me muero”, “no soy yo si no estás conmigo”, “después de ti ya no necesito más nada”’ y otras.

Tanto Salazar como Manrríquez sugieren construir momentos independientes, así como respetar y delimitar espacios sin dañar ni incomodar a nadie. Ambos deben aprender a sus mantener procesos personales (familiares, sociales, amistosos o laborales) y apoyar a la pareja para que haga lo mismo.

Independencia

Una persona independiente, sin que signifique incurrir en faltas o indiferencia, podrá decidir por sí misma cómo, cuándo y de qué forma contactarse con su pareja.

Tecnología

La tecnología ayuda a mantenerse en contacto, pero no debes abusar porque podría causar que tu pareja se sienta incómoda y acosada o provocarle problemas en el trabajo.

Habla

Si te molesta la dependencia de tu pareja, reclama tu espacio y recrimina este tipo de comportamiento. Solo si te sientes feliz podrás hacer feliz al otro sin condiciones.

Límites

Si sientes que te controlan, exprésalo. Un: ‘Por favor, no me llames tanto’, ‘necesito mi espacio’, ‘no me agobies’ o ‘quiero hacer esto sola (o)’, a tiempo, será efectivo.

Fuente: Marynés Salazar y Pilar Manrríquez Psicólogas. Con datos de: www.dependenciaemocional.org/características.html.


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