Si llueve se molestan si sale el sol también. Si le invitaron de mala gana se enoja, si lo hacen amablemente se fastidia. El punto es que la persona "quejosa" debe encontrar un motivo para pensar que el mundo está en su contra y que nadie es capaz de entenderlos. La psicóloga María Elena López asegura que a estas personas hay que saber llevarlas. "Lo primero es identificar qué tipo de actitudes nos hacen sentir agredidos o manipulados y actuar ante ellos de manera asertiva", explica.
¿Qué hacer?. Todo lo que el "quejoso" vea y comente como algo negativo, hay que convertirlo en un comentario positivo. No se deje influenciar cuando las observaciones pesimistas se hacen evidentes. Las palabras pueden contaminar tanto el cuerpo como la mente hasta terminar enfermándose. Hay que hacer el ejercicio de aislarse del comentario y no darle valor. Lo que no se puede hacer es quedar absorbido por esa mala energía”, aconseja la profesional.
Alcanzar metas. Por su parte, la psicóloga Asunción Carreras en el sitio enplenitud.com, explica que está ampliamente demostrado que una persona con buena energía que enfoca las experiencias por más frustrantes que sean desde una visión positiva tiene más posibilidades de alcanzar sus metas que una persona que vive quejándose y que ve todo negro.
Terapias en pareja. Hay terapias que se centran justamente en la manera de enfocar los problemas. “Si la comunicación en la pareja no es suficiente para cambiar la manera de ver la vida, lo conveniente es comenzar una terapia conjunta ya que hay que partir de la base de que a nadie le puede gustar pasarse el día entero recriminando y quejándose por todo”, opina Carreras. La queja por si misma no sirve. Si hay algo que no gusta hay que cambiarlo. Aquel que se queja debe poner en marcha un plan de acción para modificar aquello que ve mal. Si no lo hace, se trata de una adicción y manera de vivir absolutamente nociva tanto para la propia persona como para quien tiene a su lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario