ES UN TRASTORNO PSICOLÓGICO FRECUENTES EN EDAD INFANTIL | INTERFIERE EN EL DESARROLLO ÓPTIMO DEL NIÑO. ES FUNDAMENTAL EL DIAGNÓTICO ACERTADO DE UN PROFESIONAL ASÍ COMO EL APOYO DEL MAESTRO EN AULA.
Isabel Chávez Cumplido, licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona y representante de la Fundación Adana en España, entidad que tiene la finalidad de mejorar la calidad de vida de las personas con TDAH (Trastorno por déficit de atención), llegó a Bolivia en días pasados, invitada por la empresa O2 Bolivia, para dar capacitaciones sobre la importancia de la detección y las estrategias de intervención en el TDAH.
OH! conversó con la especialista sobre varios aspectos fundamentales para entender este trastorno que ha cobrado gran interés en los últimos años.
SOBRE EL TDAH
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad es un trastorno de origen neurobiológico que se caracteriza por la presencia de tres síntomas típicos: déficit de atención, impulsividad e hiperactividad motora y/o vocal.
“Se identifica como un trastorno cuando estos síntomas o los comportamientos que se deriven se observen con mucha mayor frecuencia e intensidad que en los niños/adolescentes de igual edad e interfieran en la vida cotidiana en casa, la escuela y su entorno en general llegando a provocar un severo impedimento en su evolución como persona”, explica Isabel Chávez.
El diagnóstico debe ser establecido por un profesional que necesariamente debe recabar información de los padres y maestros sobre el comportamien¬to y rendimiento del niño y compararlo con el de otros de su misma edad.
“Es habitual que el profesional haga uno o más cuestionarios (con preguntas sobre el niño) a los padres, maestro/a (tutor) y al mismo pequeño. También se puede acudir a otros tests para obtener más información, sobre todo para poder descartar que los problemas de rendimiento escolar o de comportamiento no se deban a otras cuestiones. Generalmente tendrá que realizar un test de inteligencia y responder a otros cuestionarios para valorar el rendimiento”, dice la especialista.
EL DIAGNÓSTICO
Según explica la especialista consultada, el procedimiento idóneo para establecer el diagnóstico comprende:
• Valoración psicológica para establecer capacidades y limitaciones.
• Valoración médica para descartar o confirmar enfermedades médicas que pudieran explicar los síntomas que presenta el niño.
• Valoración psicopedagógica sobre la presencia o no de fracaso escolar.
El psicólogo y/o el médico especialista también tendrán que valorar la presencia o no de otros trastornos asociados.
Si sospecha que su hijo padece de este trastorno no darlo por hecho, sino contar con una evaluación profesional, ya que en el último tiempo, en muchos de los colegios de nuestro país, profesores y demás plantel docente se dan a la tarea de etiquetar a todo niño que esté distraído o alborotando la clase, asegurando que padece de este trastorno. Sin embargo, en cierta forma son los maestros antes que los padres inclusive quienes verdaderamente desempeñan un papel primordial en la detección de las primeras señales del trastorno.
“De alguna manera, el contexto de la clase se asemeja a una prueba neuropsicológica, ya que los alumnos deben mantener la atención de forma sostenida, porque requiere constancia y organización, autocontrol de los impulsos y permanecer quietos por periodos amplios; es decir, poner en práctica aspectos cognitivos que en el caso del TDAH se hayan alterado.
Por tanto, el maestro podrá observar los síntomas y características que definen al trastorno e informar a los padres de la necesidad de una evaluación especializada”, dice Chávez.
El diagnóstico final lo establecerá un profesional conocedor del tema, bien desde el campo de la medicina (psiquiatra, neurólogo y neuropediatra) o de la Psicología (psicólogo clínico o neuropsicólogo), en general en función de su dedicación al tema. El pediatra, como conocedor privilegiado del niño y su entorno, se constituye, cada vez con una mayor implicación, en un pilar fundamental en la detección y diagnóstico precoz del TDAH.
TRATAMIENTO Y MEDICACIÓN
El tratamiento que ha demostrado mayor efectividad (Multimodal Treatment of Children with ADHD, MTA [EE.UU., 1999]) es el que combina los siguientes componentes (por esta razón se llama multimodal): tratamiento psicológico dirigido a padres, profesores y niños, tratamiento psicopedagógico y tratamiento farmacológico (medicación).
Según la especialista, el objetivo de la medicación es hacer remitir los síntomas básicos del trastorno. Entre los medicamentos más eficazmente utilizados están los estimulantes. Su eficacia y seguridad han sido ampliamente estudiados durante décadas. En la mayoría de los casos suelen ser tratamientos de larga duración (años) y facilitan tanto el correcto desarrollo intelectual, social y familiar como la eficacia de otras terapias psicopedagógicas, de manejo de conducta, de comunicación social, etc.
“Lo fundamental en el tema de la medicación es que los profesionales deben ser muy cautos en la administración ya que según las recomendaciones de todas las Guías de Práctica Clínica, se debería dar a aquellos niños con TDAH que, por manifestar unos síntomas severos del trastorno, la necesitan”, asegura la especialista.
Se debe tomar en cuenta que también algunos individuos que muestran características de déficit de atención y/o impulsividad/hiperactividad, no necesariamente presentan ningún tipo de dificultad o impedimento en su vida social, académica, familiar y personal. Es decir, que se trata de personas que han aprendido estrategias para manejarse y no requieren tratamiento, pues están perfectamente adaptados a su entorno.
EL ROL DEL MAESTRO
Dado que el maestro del alumno con TDAH es un pilar fundamental en la intervención del trastorno, es importante que esté informado y que sepa trabajar con estrategias específicas aplicables en el aula. También debe conocer y creer en las posibilidades de sus alumnos, buscar alternativas para adaptarse a sus necesidades específicas y colaborar así en el desarrollo de su máximo potencial.
“Un ambiente estructurado, con rutinas, organizado y motivador ayudará al niño con TDAH a mejorar su autocontrol. El maestro es un modelo para el alumno y sus compañeros. Mostrando una actitud tolerante, flexible y paciente, y comprendiendo las características propias del TDAH (por ejemplo, no castigarle porque se mueve en exceso ya que no puede evitarlo), conseguirá un mejor rendimiento y comportamiento de parte del alumno”, asegura la especialista.
Para garantizar mayor éxito terapéutico se debe establecer una alianza entre el médico, el niño y la familia en colaboración con el personal de la escuela y se debe evaluar periódicamente el tratamiento y cómo ha evolucionado el alumno en base a las acciones tomadas.
1. SÍNTOMAS
El niño predominantemente inatento es un niño que parece no escuchar cuando se le habla directamente, que parece que sueña despierto, que le cuesta ponerse en marcha y que, a menudo, olvida o pierde cosas.
• Acostumbra a distraerse y a valorar cualquier ruido o estímulo irrelevante, pudiéndose dispersar también en actividades de juego o atractivas para él.
• En el aula generalmente se muestra pasivo, pasa desapercibido y no aprende al ritmo esperado.
• No anota los deberes en la agenda, por lo que olvida entregar tareas y trabajos o lo hace con retraso, y cuando los entrega suelen estar incompletos.
• Evita, le disgusta o se resiste a realizar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido. La presentación de los trabajos es descuidada, olvida poner el nombre y la fecha y tiene dificultades para planificar los ejercicios.
• En los exámenes, sus respuestas son desorganizadas u ocupan espacios equivocados.
2. El niño predominantemente hiperactivo-impulsivo se mueve de un lugar a otro en momentos inapropiados, mueve manos y pies en exceso, se balancea y se levanta a menudo de su silla.
• Acostumbra a interrumpir conversaciones y actividades, y suele inmiscuirse en los juegos de los otros.
• Responde de forma precipitada, incluso antes de que se le acabe de formular la pregunta.
• Tiene dificultades para dedicarse a tareas o juegos tranquilos y habla en exceso.
• El comportamiento de este niño resulta molesto y, a menudo, preocupa mucho por las manifestaciones de agresividad tanto en el aula como dentro del marco familiar. Este comportamiento disruptivo hace que la familia busque ayuda profesional.
• Se debe tener en cuenta que no todos los niños con este trastorno manifiestan los mismos síntomas y con la misma intensidad. Se pueden encontrar casos de niños con dificultades relacionadas con la atención, pero que no presentan un mayor grado de movimiento o mayores respuestas impulsivas que los niños de su misma edad.
CONSECUENCIAS
CUANDO NO SE TRATA
Si no se trata adecuadamente, el niño con TDAH no sólo continuará teniendo dificultades para atender y controlar sus impulsos, sino que llegará a rechazarse a sí mismo, en la escuela, con los compañeros o amigos e incluso en el entorno familiar, mostrándose desmotivado para superar sus dificultades.
“Estudios científicos indican que el TDAH en los adultos es una patología frecuente y que, debido a su inicio en la infancia, es de vital importancia la detección precoz, sin esperar a que se produzca un fracaso escolar o una fractura de la convivencia familiar, con la frecuente afectación de la autoestima del niño. El correcto diagnóstico y tratamiento en la infancia van a aportar, sin duda alguna, a una mejor evolución en la edad adulta”, concluye.
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