El sueño de la pareja al principio del matrimonio es que su luna de miel dure para siempre, que la relación se mantenga fresca y romántica. Esta magia puede perdurar por muchos años si los cónyuges mantienen comunicación y respeto mutuo, demuestran su amor recíproco y tienen proyectos en común.
“Como todos saben la luna de miel es un escape de la realidad, un momento mágico y feliz, donde solo cuentan tu pareja y tú, el disfrutar de la felicidad que significa el estar juntos, el acompañarse y del amor recíproco que ambos se demuestran”, explicó la psicóloga Mónica Pabón.
Según la experta, el reto está en aprender a vivir juntos que no será sencillo, pero que si existe compromiso personal será exitoso. Es bien sabido que en un viaje en avión, el mayor riesgo está en dos momentos muy concretos: el despegue y el aterrizaje, pues bien esto también se aplica en la vida conyugal.
“Para comenzar, cada uno de los miembros de la pareja necesita enfrentar el hecho de que ha dejado de ser hijo o hija de familia. Ahora es compañero y compañera de una persona con la que ha asumido un compromiso. Cada uno de ellos será un adulto independiente de su familia de origen y necesita aprender una nueva forma de relacionar con la familia que acaba de formar”, afirmó Pabón.
La psicóloga aseguró que la convivencia es el comienzo de la rutina con el hecho de tener un nuevo horario para levantarse, para salir de casa, para llegar y compartir los quehaceres del hogar, que muchas veces están ligados a cambios de humor, mientras dure el proceso de adaptación al nuevo estilo de vida, en el que se deben rescatar dos aspectos esenciales, la comunicación y el respeto mutuo.
“El respeto no solo es hablar bonito, sino que significa no maltratar, ser considerado con los tiempos del otro. Pareciera que a veces en la vida de pareja solo uno se cansa con las labores de casa y que el trabajo de uno es más importante que del otro. Hay que respetar las exigencias, demandas y deseos del cónyuge”, señaló la psicóloga.
Pabón destacó que otro aspecto esencial en esta etapa inicial es la comunicación en función a todo lo que se vaya hacer, el hecho de despertar con la pareja, darle los buenos días y desearle una buena jornada son cosas que ayudan a mantener vivo el romance, esto hace que la persona se sienta querida y respetada.
MATRIMONIO Y NOVIAZGO
El matrimonio se diferencia del noviazgo por la vida en común. Los esposos se deben uno al otro en esa vida compartida, porque los cónyuges no se manejan en forma independiente, sino de manera conjunta; viviendo los fines del matrimonio. Por esta razón muchas decisiones deben ser compartidas por ejemplo: en qué gastar, cuántos hijos tener y cómo educar.
“Con la llegada de los hijos muchas mujeres se avocan solamente a ellos, olvidándose de su pareja que requiere un espacio para ellos. Será necesario buscar algunas alternativas para salir y compartir un tiempo con la pareja, dejar al bebé con un familiar o en otros casos, cuando los niños son más grandes, optar por tener una segunda luna de miel para avivar la vida en pareja”, acotó Pabón.
En muchas ocasiones, sucede que en la etapa del noviazgo todos somos mejores, porque el enamoramiento hace que disfracemos nuestros defectos y no es que en el matrimonio se cambie, sino que la situación se hace evidente, si la persona es impuntual ahora se conoce las razones, se levanta tarde y demora en arreglarse.
“Aquí no se trata de suprimir las diferencias, sino de hacer un esfuerzo para armonizarlas y hacerlas compatibles, así los cónyuges se enriquecerán como personas y como pareja. Esto irá de la mano de la comunicación personal y ayudará a conocerse mejor, quererse con hechos y crecer en virtudes (comprensión, respeto y paciencia)”, expresó la psicóloga.
La especialista dijo que el desgaste de una pareja es la rutina y la falta de comunicación, por esta razón es muy importante el realizar algún viaje al exterior si se tiene la oportunidad de hacerlo, una cena en un lugar nuevo, el compartir un momento no para hablar de los hijos ni la vida cotidiana, sino de los proyectos que se tienen en común, así como cuando enamoraban o planeaban su boda.
“Los regalos sorpresa son detalles que nunca pierden el encanto, no importa la edad que se tenga, el obsequio de cumpleaños que tal vez ya no sean flores o joyas, sino que cambian de tono por alguno de uso cotidiano. Que no se pierdan los detalles, porque son parte de una demostración de cariño y de interés hacia la otra persona”, recalcó la psicóloga.
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