Cuando una relación se termina, con ella se terminan muchas cosas, pero el fin de una relación amorosa no significa que el amor haya terminado, es el fin de una larga costumbre con una persona que un día dijo querernos y a la cual también dijimos que la queríamos y tal vez lo sigamos haciendo, porque nadie olvida a su muerto después de haberlo enterrado, pero por mucho que le lloremos el que está muerto, muerto está y ni con mil ruegos a la vida volverá.
Cuanto más larga haya sido una relación, habrá más cosas que recordar cada día y más difícil se nos hará olvidarlas, cuando te rompen el corazón, es la cosa más dolorosa de la vida, porque al irse la persona amada ésta sale abruptamente de tu corazón produciendo una herida profunda para cuyo dolor no encuentras consolación, hasta consideras imposible dejar de llorar todo el tiempo.
Pero a decir verdad, no es la persona que se va la que nos duele perder, sino todo lo que le dimos, nuestro amor, nuestro tiempo y dedicación, nuestra confianza puesta en el o en ella y todo lo demás que hicimos para que se sienta feliz con nosotros, duele quedarnos vacíos porque aún no sabes cómo enfrentar tus actividades diarias pensando: ¿dónde estará? y ¿qué estará haciendo?
De pronto nos damos cuenta que nuestra vida estaba condicionada por su existencia, sus mensajes, sus llamadas, sus visitas, su forma de ser con nosotros, las historias que nos contaba, los lugares que recorrimos juntos, los momentos de placer y ahora que ya se fue, decimos con lágrimas en los ojos: "no lo puedo creer".
Pero cuando esto sucede y la felicidad se nos acaba, no todo está perdido por culpa de aquel o aquella que se haya ido dejándonos sin nada. Sé que tal vez sueñas con la reconciliación porque te niegas a aceptar lo inaceptable, porque no es fácil desprenderse de lo que tanto se ama, pero como pedirle que se quede al que está de paso en nuestra vida, aferrarnos al pasado, haciéndonos perder el tiempo.
La vida dejó de ser lo que planeabas y el futuro que con él o ella se vislumbraba, también se disipó quedando todo en la nada.
Esta experiencia por la que has pasado tal vez llorando sin parar, porque te han dejado con el corazón destrozado es lo mejor que te ha podido pasar, porque aunque con lágrimas en los ojos, sin dudar has podido amar a esa persona con todo el corazón y por eso deberías estar agradecid@ por saber lo que se siente al haberlo dado todo por la persona amada.
Sé que terminar duele, porque uno se siente traicionado al haberlo dado todo y que la persona que un día amamos no lo haya valorado, pero cobra ánimo y ya no llores por lo que se fue, alégrate por lo bueno que puede venir, tal vez esa persona que te dejó, no era la indicada para ti pero fue gracias a ella que descubriste esa enorme capacidad tuya para amar.
Lo peor que puedes hacer es querer olvidar todo lo que viviste con él o ella, porque aprendiste un montón de cosas que tal vez nunca las vuelvas a repetir con nadie más.
De cada fracaso debemos sacar una lección para prepararnos mejor para el éxito, no lo veamos todo desde un punto de vista negativo, porque el tiempo vivido con esa persona, no ha sido tiempo perdido.
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