A unque son los hombres los que suelen sostener un triángulo amoroso con mayor frecuencia, van sucediendo cambios, puesto que hoy, los hombres más jóvenes comienzan a pensar en sí mismos, y toman la decisión, por su propio bienestar, de terminar una relación antes de iniciar un triángulo amoroso, porque saben que una relación así suele ser fuente de estrés.
Un triángulo amoroso está generalmente conformado por una persona casada, un cónyuge y un amante. La persona que sostiene la relación con dos personas siente que de cada una de las otras dos personas, ella obtiene algo insustituible.
Pongamos el ejemplo: de la esposa, el hombre reconoce la posibilidad de tener a su familia socialmente establecida; de la amante, la posibilidad de salir de la rutina, del aburrimiento y la sensación de estar todavía vigente.
La característica principal del este tipo de hombre es la infidelidad y fabulación para sostener el engaño con ambas mujeres.
La esposa, quien puede darse cuenta, pero prefiere no indagar por su propia seguridad, es justamente la clase de mujer que un hombre infiel busca. Es decir, una mujer que niegue sus problemas de pareja, niegue el distanciamiento, y que no considere la posibilidad de que exista una situación de engaño en su matrimonio.
Por su lado, la amante, representa el "bastón del hombre”, quien le da un respiro de su vida familiar y rutinaria.
Representa también la aventura, la pasión, el secreto.
Para llegar al punto de ser amante existen múltiples factores. Algunos psicólogos sostienen que esta clase de personas que soportan ser amantes son inseguras, de baja autoestima, o bien, con características compulsivas, decididas a conseguir lo que desean a cualquier costo.
Ambos extremos son factibles aunque también existe la posibilidad de haber llegado a ser parte de un triángulo amoroso a través de engaños, de promesas incumplidas, de esperanzas sin sentido. En cualquier caso, no es una situación aconsejable.
Para él, o la, amante el costo es sin duda muy alto; no es fácil vivir en el secreto, esperando promesas que posiblemente no se cumplirán, y que si llegan a cumplirse, siempre existirá el temor de que se nos revierta aquello que hicimos, porque un hombre que tiende a formar triángulos amorosos, puede volver a hacerlo cuando vuelva a verse involucrado en otra relación, o en otra vida familiar.
Tampoco es sencillo salir de un triángulo amoroso, ya que en cualquier relación se involucran muchos sentimientos, además de conservar la tan controversial esperanza de ser un día la pareja oficial. Sin embargo, es una situación que no favorece a nadie y que de alguna manera nos hace perder el rumbo de lo que queremos.
Se trata de comenzar a pensar más en la felicidad de uno mismo, porque es evidente que un amante o una persona casada no piensan en la nuestra, sino en su propio beneficio. Por ello es tan importante buscar fuentes de distracción y mantenerse ocupado.
Si se quiere salir de un triángulo amoroso, el trabajo es una buena opción, pensar en las aspiraciones propias también lo es. Comenzar proyectos por nuestra cuenta en los que nos sintamos motivados y empezar a dejar los pensamientos circulares y obsesivos en torno a esa relación que nos daña. Invertir tiempo en nosotros siempre ayuda.
Otros especialistas aconsejan rodearse de personas de confianza, salir con amigos o familiares que nos ayuden a entender las oportunidades que nos estamos perdiendo por mantener una relación en secreto que, además, no afecta a nadie tanto como a nosotros mismos.
Es importante que seamos conscientes de que todos merecemos una pareja que no tenga por qué ocultarnos, y si esto es difícil de comprender, se debe buscar ayuda profesional. Para salir de este tipo de relaciones perjudiciales siempre es una opción recomendada.
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