martes, 27 de diciembre de 2011

China enseña cómo luchar contra las amantes

En China se han abierto escuelas | que enseñan a las esposas a luchar contra las amantes.

Ante la moda de los hombres chinos de tener amantes para demostrar su éxito económico, las mujeres chinas pueden acudir a una escuela especial diseñada para enseñarles a enfrentar a las “otras”, sin tener que romper sus matrimonios. Las chinas pueden aprender cómo deshacerse de una tercera en discordia, utilizando sutiles armas femeninas que re-enamoren al esposo.

Sin embargo eso no quiere decir que no haya muchas jóvenes dispuestas en convertirse en amantes, más aún si el elegido es un hombre rico.

A lo largo de la historia dinástica de China, el mantenimiento de amantes no solo fue tolerado sino que en realidad contaba con el sello oficial de aprobación de los hombres del poder. Los emperadores del país mantuvieron harenes legendarios de concubinas, al igual que los nobles, los ricos, los comerciantes y cualquier persona que quisiera mejorar su estatus social. De hecho, la novela clásica más famosa, “Sueño del pabellón rojo”, relata la historia de una concubina imperial de la dinastía Qing que es sustento de toda su familia, incluyendo de sus numerosas concubinas propias, gracias al patrocinio del emperador. Ese contexto histórico ha perpetuado la idea de que tener una amante equivale a tener status y poder. Ahora en la China hambrienta por status, mantener una amante, está de moda. En algunas ciudades han surgido pequeños verdaderos ecosistemas para apoyar la industria ernai (que es cómo se denomina a las amantes).

Un reciente estudio online reveló que una agencia de ernai en Shangai proporcionaba un menú de estudiantes universitarias como potencial amantes para los hombres dispuestos a pagar. Las tasas anuales de mantenimiento van desde sólo US$ 3.000 para las estudiantes de escuelas de menos renombre a cerca de US$ 26.000 para las estudiantes de los mejores campus universitarios.

Que estas jóvenes mujeres de alta educación estén dispuestas a renunciar a sus carreras para convertirse en ernais es, según algunos, un ejemplo de los peores excesos del nuevo estatus de la fijación de China con los símbolos de la riqueza. La tendencia también socava el compromiso de los países socialistas a garantizar que las mujeres y los hombres reciben el mismo trato en los lugares de trabajo. Al mismo tiempo, el auge económico significa que muchos hombres tienen ahora el poder financiero e ingreso disponible suficiente para mantener otra amante. El crecimiento económico ha hecho a algunas personas ricas, por lo que pueden darse el lujo de gastar dinero en más mujeres -especialmente porque tienen la idea tradicional de que tener más mujeres equivale a tener más éxito.

Y con más y más mujeres dispuestas a jugar el juego, las costumbres sociales están cambiando. Si bien a lo largo de los siglos los hombres que mantenían amantes siempre han sido considerados como exitosos, las actitudes hacia las mujeres que sirven a esos hombres se han vuelto notablemente más favorables en los últimos años.

En la China actual, la búsqueda de un “socio de vida” no es a menudo inspirada por el amor sino más bien conducida por un marcado cálculo financiero. “Yo prefiero llorar en el asiento trasero de un BMW que sonreír en la parte posterior de una bicicleta”, es la actitud común de un cierto segmento de las niñas en búsqueda de socios ricos. En los sitios locales de citas más populares en internet, las mujeres no pueden buscar potenciales intereses comunes o aficiones de sus compañeros, pero sí pueden seleccionar si requieren que sus posibles socios tengan casa y coche, así como fijar el nivel de salario mínimo que encontrarían aceptable.

Enfrentando a la “otra”
Ante esto, en Beijing (China), el llamado "Instituto de las Esposas" está a cargo de Fei Yang, responsable de esta singular institución privada, quien explica que lo más importante para combatir a una "tercera persona" es descubrir si las amenazas "son verdaderas o falsas", es decir, si pueden o no destruir el matrimonio y la familia. "Las falsas no tienen tanto poder sobre el esposo. Las buscan en paralelo a la vida familiar y solamente por el sexo. No son verdaderamente peligrosas", aseguró Fei al diario Pan Dao.

Según Yang, si se descubre una infidelidad y se trata de forma correcta no sería necesario que ésta terminara con la ruptura total del matrimonio, eso sí, gracias a su sistema: "Si las mujeres tienen suficiente fuerza y conocimientos pueden reforzar su relación de pareja sin acudir a medidas extremas".

Una de las asignaturas que se imparten se llama "Cómo Combatir a la Tercera Persona". Esta materia se refuerza con la práctica, que consiste en unas clases que se imparten en una serie de villas privadas durante dos semanas, en las que se reproducen circunstancias familiares.

Fei opina que muchas mujeres "víctimas de infidelidades" toman medidas muy extremas o, incluso, rompen el matrimonio. Esto, según el director, no resulta óptimo para ninguno de los tres, ya que él rara vez se casa con la amante, que sólo tenía un rol cuando el matrimonio existía. En la pareja, dice, las mujeres son más fuertes y controlan el manejo de los sentimientos, de ahí que el objetivo del instituto sea reforzarlas para que luchen contra "la tercera persona".

Aún cuando el costo de este programa es superior a los 16.000 dólares, está teniendo una buena aceptación principalmente entre las clases altas. Aún así, ya hay voces que se han alzado en su contra por ser considerado en cierta forma machista, ya que se centra sólo en mujeres que tienen que "lidiar" con las amantes, y no en los maridos y las posibles infidelidades femeninas.

Yo, sola

En el otro lado de la moneda están las niñas del sur de la provincia china de Guangdong, quienes deberán aprender una nueva asignatura en la escuela: cómo evitar convertirse en una amante (entiéndase como “la otra” a una relación conyugal y no como sinónimo de apasionada, entusiasta, etc.).

Aunque el Presidente Mao mantuviese un harén de mujeres a su disposición, los pecadillos extramaritales eran mal vistos durante los años más fervientemente socialistas de China. Pero a medida que las reformas económicas han ayudado a Guangdong a convertirse en una de de las regiones más ricas de la nación, la provincia se ha visto afectada por una inundación de “ernai”, literalmente “segundo pecho“, como son conocidas comúnmente las amantes en China.

En 2007, Guangdong aprobó una ley que prohibía mantener amantes, pero no fue capaz de hacerla cumplir. La nueva solución del gobierno provincial es un pionero “programa de educación de la mujer” a través de las escuelas primarias y secundarias que tiene como objetivo enseñar a las niñas a depender de sí mismas -y no de sus “machos”- para su futuro. “La educación se centrará en la autoestima, en la confianza en sí mismas, amor propio y la auto-mejora“, dijo Lei Yulan, vice gobernador de Guangdong en un simposio cuando la iniciativa fue anunciada en marzo pasado.

Pero Li Yinhe, una investigadora del Instituto de Sociología de la Academia China de Ciencias Sociales (CASS), dice que la educación por sí sola no va a ser la respuesta a un problema tan profundamente arraigado en la cultura china. “Esta es una costumbre social, y es bien sabido que las costumbres sociales son las más difíciles de cambiar“, dice Li. “En la sociedad tradicional, la gente creía que cuantas más esposas tenía un hombre, más exitoso era. Ahora esta tradición ha encontrado sitio para crecer de nuevo“. (www.urgente24.com, Lyfestile, The China Daily).




• 1. En China tener amantes es un símbolo de estatus
• 2. Se enseña ahora cómo luchar contra la amante
• 3. A través del tiempo, los hombres chinos conservan la idea de tener amantes como símbolo de éxito • 4. Para muchas chinas, ser amante de un rico es la condición ideal

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