La falta de comunicación entre padres y hijos, la carencia de información y de acceso a métodos anticonceptivos son las principales razones para que los adolescentes y jóvenes de El Alto decidan iniciar su vida sexual a temprana edad. Así, a menudo se convierten en padres precoces.
A propósito de lo primero, que es fundamental para evitar embarazos precoces, el responsable de la unidad de Salud Sexual y Reproductiva del Servicio Regional de Salud (SERES) de El Alto, Adolfo Ramírez, afirma: “Para muchos padres es muy difícil comprender y hablar de sexo con sus hijos”.
En la misma línea, la responsable de Servicios Educativos del Centro de Orientación Sexual y Reproductiva (CIES), Mary Vera, apunta que las relaciones sexuales tempranas son un problema de educación, información y comunicación entre padres, hijos y también profesores.
En los diferentes centros de salud de El Alto, con frecuencia se observa a gestantes adolescentes; algunas van acompañadas de sus parejas o sus familiares, pero hay algunas que están solas.
Pero la falta de prevención del embarazo pasa también por el temor que los adolescentes sienten al momento de adquirir la píldora del día después o algún método anticonceptivo, como el condón, así lo confirman algunas adolescentes consultadas por Página Siete.
Delia L. M. es una bachiller de 18 años, se embarazó a los 17, cuando tuvo su primera relación sexual. Ella admite que no utilizó ningún método de prevención de embarazo por temor “al qué dirán” .
“Sí, tengo conocimiento de los métodos anticonceptivos, pero no los utilicé, ni siquiera mi pareja; no pensé que algo así me iba a ocurrir a mí”, dice, mientras sostiene a su recién nacida.
La joven cuenta que nunca habló de su relación en pareja con sus padres. Es más, sus progenitores se enteraron de su embarazo cuando ella tenía cuatro meses de gestación. A pesar de que ellos se desilusionaron, decidieron apoyarla para que concluya sus estudios. Quien no la apoyó es el padre de su bebé. Éste huyó tras conocer el embarazo.
Como Delia, hay jovencitas que cuentan con la comprensión de sus padres, pero otras no; ellas deben salir adelante solas y renunciando a sus estudios.
Olga A., de 16 años, lleva en su vientre a un bebé de siete meses. Su primera relación sexual fue a los 15 años; su pareja era dos años mayor que ella. No utilizó ningún método anticonceptivo por miedo, según dice.
La adolescente aguarda para enero próximo el nacimiento de su bebé. Al momento dejó sus estudios, pero dice que los continuará. Ahora ayuda a su madre a vender comida en el mercado 16 de Julio de la urbe alteña.
Las mejillas de Mariana C. enrojecen cuando admite que a insistencia de su pareja tuvo relaciones sexuales sin protección: “Es muy difícil ser madre, ahora es tarde para lamentarse ”.
La situación es similar en muchos padres adolescentes que por falta de información o comunicación o simplemente por imprudencia, decidieron asumir la responsabilidad que conlleva traer a un nuevo ser al mundo.
En la Dirección Distrital de Educación de El Alto indican que las estudiantes en situación de embarazo tienen ayuda para concluir el bachillerato, empero, para emprender estudios superiores, ellas tendrán que hacerlo solas o con ayuda de sus padres.
Mary Vera
rESPONSABLE DE EDUCACIÓN DEL CIESSon diversos los factores que inducen a los adolescente a tener relaciones sexuales a temprana edad. Uno de ellos es la falta de comunicación entre padres e hijos. Aunque el tema de sexualidad y los métodos anticonceptivos ya no son considerados como algo prohibido, el problema del embarazo adolescente es el temor o la vergüenza que todavía existe para hablar sobre sexo.
Esto tienen mucha relación con la cultura de la población alteña y de la población que vive en Oruro, Potosí y La Paz.
Para los padres es difícil comprender y explicar a sus hijos o hijas cómo deben cuidarse para que después no carguen con una responsabilidad a temprana edad, que es la de traer un niño al mundo.
Hablar de sexo es muy íntimo; los jóvenes no lo discuten con sus padres, ellos prefieren hacerlo con sus amigos.
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