‘La vida sexual en mi matrimonio se ha estancado. Llevo 14 años de casada y nuestros encuentros íntimos se han resumido a hacerlo lo más cómoda y rápidamente posible. Yo amo a mi marido y sé que él también, pero nuestra vida en la cama nos está llevando al tedio y temo que alguno de nosotros busque otra opción”, cuenta Renata, de 42 años, quien trabaja como secretaria ejecutiva y tiene dos hijos entrando a la adolescencia.
“El amor de pareja pasa por muchas etapas que van más allá del sexo”, aclara inicialmente la psicóloga Susana Cortez. “Sin embargo, es innegable que el reinventar la vida sexual da nuevos impulsos a la vida de ambos miembros de una pareja, pues no sólo estimula y refresca la relación amorosa, sino que influye favorablemente sobre la actitud con que se asume la propia realidad”. La experta además señala que la búsqueda de comodidad en el sexo, es decir, el recurrir al esfuerzo mínimo posible y a la misma rutina, repercute en un evidente anquilosamiento.
“Así como el cuerpo necesita estar en forma para practicar algún deporte y éste desarrolla más los brazos o las piernas, como seres ‘amantes’ necesitamos que nuestro cuerpo cumpla satisfactoriamente con las condiciones mínimas para un buen desempeño sexual”, señala el terapeuta sexual Alfonso Perales. “Mientras más practicamos sexo, más calorías quemamos y producimos mayor cantidad de endorfinas y feromonas. Esto, a su vez, hace que crezca la libido y, por tanto, tengamos más y mejores relaciones sexuales”.
Hay una explicación científica. Las endorfinas son hormonas que influyen en el sistema nervioso central interviniendo en la sinapsis (la reacción que enlaza las neuronas entre sí y transmite los impulsos nerviosos), originando un efecto analgésico y placentero. Mientras más endorfinas haya en la sangre, más aumentará la actividad física y se despertará más el deseo sexual.
El cuerpo desnudo
Dice el refrán: “Un cuerpo saludable es el que se ve bien desnudo”. En este sentido, si deseas disfrutar de este verano en plenitud, luciendo la ropa liviana, mostrándote sin pudores en la piscina y disfrutando de una vida íntima plena, te recomendamos algunos ejercicios que pueden ayudarte a mejorar tu calidad de vida de forma integral.
“Tanto la fortaleza física como la agilidad pueden mejorarse a toda edad”, subraya Perales. “Ejercitar el cuerpo tiene además varias ventajas. Por un lado nos ayuda con la autoestima, que de por sí es ya un poderoso estimulante sexual y, por otro lado, nos permite explorar nuevas posiciones que requieren de cierto nivel de flexibilidad y tonicidad”.
No te mates con ejercicios exhaustivos que harán que sólo quieras ver la cama para dormir. “Basta con tres veces a la semana y una media hora de entrenamiento con pesas. Esto puede ayudarte a mejorar la tonicidad muscular y la densidad mineral de tus huesos. Pon énfasis en la zona de los brazos, en la parte interna de las piernas, en el vientre y en la espalda. Potenciar tu musculatura en estas áreas te permitirá tener mayor resistencia al tener relaciones”, expone Perales.
Atención aparte merecen los músculos relacionados con el sexo. “Si se ejercitan los que están en torno a la vagina, contrayéndolos y relajándolos, se puede tener más control y lograr mayor placer, pues abre la posibilidad de presionar más al pene cuando ingresa”, agrega Perales. Los hombres pueden ejercitar haciendo presión en los músculos que están entre el ano y el escroto. “Se debe mover el pene sólo con la presión desde esa zona. Esto permitirá mayor control sobre las erecciones y relaciones sexuales más largas”, agrega.
Pregúntale a tu amigo gay
Salvador G, te ayuda con los problemas del corazón. Escríbele a mia@la-razon.com
Soy casada hace 15 años y tengo dos hijas. Mi matrimonio parecía del todo normal, con los problemas que siempre suelen presentarse, pero en estos cuatro años y más he visto que todo se ha venido abajo: mi esposo empezó a caminar con otra mujer. Él nunca lo admitió, me echó la culpa a mí y dijo que yo no lo entendía. Esto se ha ido haciendo más insoportable, pues mis hijas también se dieron cuenta porque ya son jovencitas. Hace dos meses él me pidió perdón, me dijo que iba a cambiar y, la verdad, le creí. Me demostró durante un tiempo su interés por reconciliarnos y todo marchaba bien, pero en estos últimos días ha vuelto a sus andadas. Se lo eché en cara, se molestó y se fue de la casa. Lo que me preocupa es que estoy embarazada de dos meses después de 14 años. Él lo sabe, se lo dije hace dos semanas. No sé qué hacer, me encuentro deprimida, a veces pienso que yo he tenido la culpa, no sé qué pasó. Por favor, quisiera que me aconseje qué puedo hacer.
Marlenn
‘Es él quien debe ganarse tu confianza, dándote el lugar que te corresponde y poniendo en su lugar a quien siembre desconfianza’.
Amiga mía: Antes que nada, es importante que no sientas culpa por lo que está sucediendo. A veces, ni todo nuestro amor ni toda nuestra entrega son suficientes para alterar las conductas de otros. Tú has sido fiel a tu pareja, eres una buena madre y una mujer valiente. En resumen, tú hiciste las cosas bien.
Más allá de tu bienestar psicológico, es vital que comprendas que cualquier sentimiento de culpa o depresión puede afectar tu gestación mucho más de lo que crees. Por eso, y por tu familia, necesito que tomes una actitud positiva.
En el amor que sientes hacia ella, encontrarás la fortaleza para seguir adelante.
En relación con tu esposo, corta el círculo vicioso, definiendo un plazo para que tu esposo cambie su conducta y comunícaselo. Mientras ese plazo llega, define un plan A y un plan B para tu vida.
Es posible que con la llegada del nuevo bebé y con la soga en el cuello, tu esposo reflexione y decida dejar a esa otra mujer (Plan A). Desde luego, también es posible que no, en cuyo caso debes analizar si eres capaz de seguir casada con él, conociendo el estilo de vida que él lleva (Plan B). Si concluyes que no puedes seguir con él, te sugiero buscar, primero, una separación temporal. Muchas veces, estar fuera del hogar, permite reflexionar sobre lo que perderíamos en el caso de un divorcio y esto repercute en un cambio de conducta.
Sin embargo si, pese a una separación, tu esposo no cambia, sería importante que analices la posibilidad de una separación permanente e inclusive un divorcio, en cuyo caso debes buscar asesoramiento legal, pues dado que tienes tres hijos es importante seguir un proceso que garantice que, en un futuro, cuentes con los bienes y las pensiones que te permitan llevar adelante una familia por ti sola.
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