Desde la experiencia de un amigo, pasando por la trama de una telenovela y terminando en nuestra experiencia propia, es muy posible que hayamos sentido alguna vez que amamos a dos personas a la vez. Si bien los psicólogos no cierran las puertas a esta posibilidad, éstos resaltan que hay que saber diferenciar entre un sentimiento real que requiere de compromiso y un enamoramiento que surge de la pasión y deseo.
Según un estudio del psiquiatra y psicoanalista Pedro Horvat, de la Asociación Psiconoalítica Argentina (APA), “sí es posible amar dos personas a la vez, lo difícil es sostenerlo en el tiempo”. Quien se enamora de una segunda persona puede ver en ésta aspectos que la primera no llena, de ahí que sienta sensaciones especiales por ambas.
Si bien los sentimientos por más de una persona son posibles, en una sociedad monogámica como en la que vivimos la elección de una pareja implica la renuncia de otra, dice la sicóloga Scherezada Exeni.
Pasión o compromiso
Hay que distinguir el amor del enamoramiento. El aparente doble amor a veces sólo se trata de una química o atracción que surge de manera transitoria. En algunas ocasiones se puede tener una visión utilitaria de una pareja como objeto que satisface las necesidades personales o afectivas cuando se experimentan malos momentos.
Exeni explica que el enamoramiento es diferente del verdadero amor, ya que es la primera etapa de ciclo o relación entre una pareja y se caracteriza por la pasión al iniciar algo nuevo.
En esta etapa, por lo general, no se logra ver los defectos en la otra persona, sólo las virtudes. Además se siente que no hay problemas y que todo se puede solucionar, por tanto los obstáculos para ambos miembros no cuentan. En síntesis, se pierde el contacto con la realidad, importando sólo el estar con la otra persona. De hecho, asegura Exeni, se tiene un componente clínico que es igual al de un adicto.
El enamoramiento es una etapa muy necesaria para iniciar una relación, pero no dura mucho porque es intensa y químicamente puede producir hasta desequilibrios en la persona.
En cambio, el verdadero amor aparece cuando sientes que quieres seguir con la misma persona luego de que se terminó el enamoramiento y descubres que, pese a sus defectos, no quieres dejarla ir.
“Puede que ocurra lo contrario y que la persona después de ver a la persona tal cual es, prefiera seguir su camino sola y terminar con esa relación porque no está preparada para asumir compromisos”, describe Exeni. Por eso, la terapeuta familiar afirma que no es posible sentir que se ama a dos personas a la vez. En todo caso se trata más de una confusión de sentimientos.
Amor maduro
Cuando alguien está casado y el amor es maduro y fuerte, es normal que no sienta tanta pasión como al principio de la relación y que la aparición de un tercero pueda generar una emoción interna que le haga creer que está enamorada de alguien más, explica la sicóloga Mónica Soliz.
Pero si el individuo en el que surge esta duda está seguro de lo que siente por su pareja actual y desea mantener una relación madura y seria, no la dejará fácilmente, pues se trata de la persona que eligió para hacer una vida. Ésta es una reacción racional y emocional.
Cuando una persona no puede tomar decisiones para definir una sola pareja, puede estar revelando una falta de habilidades para una relación permanente, la falta de compromiso y el respeto por lo que siente el otro o la ausencia de un amor genuino.
“Muchas personas terminan dejando a sus cónyuges, pensando que aman a la otra persona, pero cuando descubren que en realidad no es así, generalmente vuelven arrepentidos”, dice Soliz.
Se ama a uno a la vez
Para muchos psicólogos, es posible amar a una persona y sentirse atraído por otra, lo que es muy distinto. Una persona racional que valora realmente lo que es una relación no la pondrá en riesgo.
Las cosas claras
Cuando una persona siente que el enamoramiento está yendo muy lejos y tiene otra pareja estable, por lo general tiende a alejarse dejando las cosas muy claras para evitar mayores contratiempos y problemas graves.Dejar cicatricesLa infidelidad deja cicatrices difíciles de curar, pero no siempre para mal. A veces el desliz o la aventura dan pie para construir una relación más sincera. En vez de dejar el tema sin hablar, hay que sacarlo a relucir para recuperar la intimidad.
Acaba el embrujo
Pocas personas que dejan a sus parejas por otras, continúa indefinidamente con la segunda. Cuando se acaba el embrujo de lo prohibido y se instala la rutina, se suelen reproducir los mismos roces.
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