Las primeras palabras que emite el bebé son música para el oído de sus papás. Pero un buen día, para desconcierto de propios y extraños, el pequeño suelta, ¡su primera palabrota!. No se sabe dónde o a quién se la ha oído, pero sí hay que tener claro lo que se debe hacer.
Muchos padres se enrojecen, otros se ríen, algunos se enfadan y la mayoría se queda totalmente desconcertada. Sin embargo, es importante resaltar que las palabrotas, forman parte natural del aprendizaje del niño y es normal que las digan en un momento u otro. Pero evitar que formen parte habitual de su vocabulario es obligación de los padres, señalan los expertos.
Primeras palabras. "El pronunciar malas palabras va según la edad", dice la psicopedagoga del centro Formamos y Educa 2000, Nadia Rocabado. "Hay niños que comienzan a hablar con una palabrota, esto se da porque el medio en el que esta es algo usual y también va con la casualidad que la mayoría empiezan con 'p' y son más fáciles de pronunciar para los pequeños. En este caso lo importante es corregir el entorno, cuidarnos de no hablar delante de ellos", dice la experta. Ahora bien, si el bebé comienza malhablando, lo ideal es no repetir esas palabras y al cabo de unas semanas o días él se olvida porque ya no hay quién lo refuerce.
De un rato para otro. Ahora, cuando el niño está entre los 2 a 4 años de edad y de un día a otro comienza a decir palabrotas, Rocabado recomienda: "Primero no asustarse o espantarse, más bien hay que explicarle el significado de esa palabra, hacerle entender que se oye feo, que molesta o que incluso papá o mamá se pone triste cuando la escucha, eso ayuda a ir reflexionando al niño".
4 años y en la adolescencia. ¿Qué hacer cuando el menor ya está por encima de los cuatro años y saben que a pesar de que está mal decir una mala palabra insiste en hacerlo? "En este caso se aconseja castigar al pequeño, puede quitarle algo que le guste, su juguete, una comida, etc. Algo que corte esa situación", señala la psicopedagoga. También hay niños que comienzan a pronunciar cierta palabrotas a partir de los 10 años cuando ya están entrando a la adolescencia". Aquí es más difícil corregir porque a veces ellos hablan así con sus amigos. Sin embargo, no es imposible, en este caso hay que ponerle reglas y normas dentro de la casa, por ejemplo decirles: hablas así con tus amigos pero con tu hermano no lo hagas" .
¿Influencia externa?. "Hay que tomar en cuenta que si bien en la casa nos podemos cuidar; pero en el colegio, en la guardería, con los amigos se va a dar esa situación", recuerda Nadia, al momento de sugerir que se analice la situación. " Si es más pequeño explicarle que lo que su amigo está haciendo se ve mal. Pero en cuando otro niño está hablando palabrotas y esto está agrediendo a nuestros hijos o trae problemas en la casa, lo mejor es conversar con el padre de ese niño, siempre tomando en cuenta el contexto en que se produce esta situación", enfatiza Rocabado. Por último, recuerda que se debe distinguir que unas son malas palabras y otras son palabras obscenas y que es mejor no llegar a las malas palabras y mucho menos a las obscenidades.
Consejos
1 Evite reírse. No es bueno reírse porque si lo hace quiere decir que el niño tiene su aceptación y después cuando quiera corregirlo va a confundir al niño.
2 Naturalidad. Si quiere que esta etapa sea pasajera y no se afiance, hay que procurar que la mala palabra pierda su fuerza expresiva. Si no se escandaliza, seguramente la palabra pasará desapercibida y no se consolidará en el repertorio del niño.
3 No lo incite. No le impulse a que diga tal o cual palabra a otras personas, porque luego no se extrañe que se lo diga a sus propios padres y seguramente no le gustará que esto pase.
4 Ser ejemplo. Debemos procurar que el lenguaje que escuchen sus hijos sea el adecuado, ya que estos lo almacenan todo, así que tome en cuenta cómo habla usted mismo.
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