Sin embargo, cabe resaltar que además de la herencia genética, que es uno de los factores que más determinan la altura del niño, hay muchos otros que contribuyen en la altura final. Según explica la endocrinóloga infantil Verónica Mérida, "en condiciones normales de desarrollo, si una pareja de padres bajos tiene un hijo, es difícil que este sea mucho más alto, pero sí se pueden tomar algunas medidas para que el niño alcance su máximo potencial de crecimiento".
Más causas. El 90% de los niños de baja estatura proviene de familias con talla baja y aproximadamente un 5% de estos se trata con la hormona del crecimiento para corregir leves trastornos esqueléticos u hormonales. En el otro 10% de los casos, los problemas de crecimiento son efecto indirecto de patologías no diagnosticadas (pulmonares, gastrointestinales o renales, etc); de trastornos hormonales (hipotiroidismo, deficiencias en la hormona del crecimiento o exceso de corticoides); de displasias esqueléticas evidentes (acondroplasia o enanismo, por ejemplo), o de restricción del crecimiento intrauterino, explica la doctora.
Crecimiento ideal. La endocrinóloga infantil precisa que "el crecimiento integra todo el bienestar biológico, psíquico y social del niño. Obviamente, si se alimenta en forma completa, duerme bien y hace deportes en forma rutinaria (3 a 5 veces por semana), favorecerá que exprese su máximo potencial de desarrollo, que en general es similar a la curva de los padres".
Pasos a seguir. En todo caso, si le preocupa por qué su hijo es muy pequeño, se pueden practicar varios exámenes para establecer el origen de la talla pequeña. " Lo primero es descartar enfermedades y, si la situación lo amerita, existe la posibilidad de iniciar tempranamente una terapia para mejorar la talla de un niño", enfatiza.
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