viernes, 4 de mayo de 2012

Cuida la salud sexual de tu hijo varón

“Mi niño de tres años fue intervenido quirúrgicamente porque uno de sus testículos no logró desarrollar al igual que el otro y el médico me dijo que podría tener consecuencias. Antes me recomendó hacerle unos masajes especiales, pero en vista de que no mejoraba, tuve que aceptar la operación”, cuenta Alejandra (32), ama de casa, que no sabe cómo detectar las diferentes anomalías en el desarrollo sexual de los varones.

Las malformaciones congénitas del aparato genitourinario (genitales del varón tanto externos como internos y tracto urinario inferior) son frecuentes. Si bien se produce durante la vida intrauterina, muchas de ellas no se manifiestan plenamente y son ignoradas hasta la vida adulta.

Se conoce de su existencia cuando por su magnitud comprometen la vida de la persona o se complican por infección, litiasis, hematuria o deterioro de la función renal. Esto puede ocurrir en cualquier etapa de la vida. Muchas de las afecciones no tienen tratamiento y sólo se busca el alivio sintomático, pero otras pueden ser corregidas si se diagnostican en el periodo antenatal, neonatal, infancia, juventud e incluso en la vida adulta.

El urólogo Wálter Montaño Chávez explica que entre las más frecuentes están: la fimosis, que es la incapacidad de retraer la piel o prepucio sobre el glande o cabeza del pene por una estrechez congénita o adquirida (inflamatoria) del mismo, y la parafimosis, que es la imposibilidad de reducir por encima del glande un prepucio retraído que produce constricción”, detalla Montaño.

“Algunos médicos y padres de familia están convencidos de que el prepucio debe ser retráctil a temprana edad, es por esto que liberan a la fuerza el prepucio del glande durante la infancia”, dice el doctor. Esta maniobra resulta muy dolorosa, ocasionando a veces sangrados y otras lesiones.

Montaño cree que esta acción es innecesaria, ya que este proceso será espontáneo con el paso del tiempo hasta que se haya producido la separación fisiológica.

¿Qué pasa si no se le da solución? Complicaciones, como la obstrucción urinaria, pueden causar alteraciones de la función renal, infección y formación de cálculos, y discapacidad sexual o esterilidad. Por ello hay que estar atentos para ver cómo se desarrolla el niño.

Ausencia de testículos

Otro problema frecuente es la alteración en el desarrollo del escroto, como en el caso de la criptorquidia, que es la ausencia de uno o ambos testículos en las bolsas escrotales. “En alrededor del 1 al 3% de los varones, el descenso de uno o ambos testículos es incompleto o insuficiente”, informa el médico.

Si bien la función hormonal suele ser normal, si no se trata, la criptorquidia puede dar lugar a una insuficiencia progresiva de la producción normal de los espermatozoides (espermatogénesis) y se asocia a una elevada incidencia de cáncer, que aparece en la adolescencia o en la vida adulta.

Por ello, y sin vergüenza, los padres deben estar pendientes del desarrollo genital de sus hijos.

Cirugía

El tratamiento suele ser quirúrgico en la mayoría de las patologías, aun cuando existen discrepancias en el manejo de alguna, como la fimosis, ya que no todos los recién nacidos deben ser circuncidados.

Beneficios

Los recién nacidos circuncidados tienen menos infecciones urinarias, raras veces desarrollan cáncer de pene, no tienen balanopostitis (inflamación de glande y prepucio), fimosis o parafimosis.

Retráctil

Al nacimiento de los niños, el prepucio es retráctil sólo en un 4%; no se retrae lo suficiente. Hasta los seis años, de manera espontánea, un tercio lo tendrá completamente retráctil y a los 17 años, el 100%.

Fuentes: Wálter Montaño, urólogo


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