viernes, 11 de mayo de 2012

Los laberintos del sadomasoquismo

La cantante Madonna cargó de sensualidad la estética sadomasoquista en el video de su canción “Erótica” al principio de los años 90. El año pasado otra sexy artista estadounidense, Rihana confesó en la revista “Rolling Stone”, que le gusta que le azoten y que le aten las manos. Aunque suene a enfermedad, trastorno y perversión, es importante aclarar que hay una perspectiva erótica y sexual en el sadomasoquismo, que se engloba dentro de una simple preferencia, explica el psiquiatra y psicólogo Franz Siles.

Pero además, hay otra dimensión del asunto, que implica la actitud sádica de impartir dolor al otro y sin escrúpulos. Hablamos de dos escenarios muy diferentes, uno el campo erótico que es una opción de cada individuo sin considerarse como una aberración. Pero se convierte en una patología cuando a partir de esa tendencia sexual, haya sufrimiento y angustia, además de problemas de adaptación. En esos casos se necesita un tratamiento psicológico, explica Siles.

MÁS ALLÁ. En el escenario en que el gusto está en dañar a los otros, totalmente fuera del placer sexual, se complica el panorama. Esto implica que no se pueda controlar la agresividad, esto se llama trastorno sociopático, que implica todo un trasfondo y una estructura psicológica que si se detecta debe ser tratada. Desde ahí hasta el deseo consciente de hacer daño, nos movemos a un tercer escenario, en el que el impulso ya no es patológico, sino criminal. Siles explica el sadismo a través de estos tres lugares que están muy juntos, pero que hay que saber diferenciar.

El psicólogo estadounidense Josef Rattner define el masoquismo sexual, como la necesidad de sufrimiento o humillación de una persona para desenvolver su goce. “El masoquista ama a quien le tortura y su propio orgasmo está ligado a un sufrimiento mayor o menor proporcionado por otro”, afirma Rattner en su libro “Psicología y Psicopatología de la Vida Amorosa”. Pero, este psicólogo hace una relación entre los azotes recibidos en la niñez y el gusto por los azotes en la alcoba. Afirma que los golpes recibidos en la niñez, como forma de castigo, pueden relacionarse con el placer sexual en la vida adulta.

MÚLTIPLES MIRADAS. Anthony Storr, en su libro titulado “Sobre la violencia”, explica que el sadomasoquismo no es un fenómeno contemporáneo y que goza de mucho atractivo en la cultura occidental. Desde la literatura hasta el cine se ha explorado esta forma de erotismo, que se practica desde la era victoriana.

Storr dice que las fantasías sadomasoquistas son perfectamente comunes en personas consideradas completamente respetables.

DOMINAR. Dentro la perspectiva erótica hay un ejercicio de poder y dominio. En un primer análisis superficial, la persona que infringe el dolor, sería la dominante.

“Pero hay lecturas psicoanalíticas, que plantean que quien domina en el fondo es la persona que recibe el dolor, que incluso controlaría a la otra persona a partir de su deseo de ocupar ese rol”, explica Siles.

Dentro de lo sexual hay un peligro potencial de cruzar la línea de lo erótico y dañar físicamente a la otra persona, pero hay límites y códigos implícitos o explícitos, como se configura en la vida sexual de cada pareja para establecer límites, aclara Franz Siles.

Este tipo de prácticas también pueden tomarse como una forma de reavivar la vida sexual, y experimentar con un cierto riesgo que libera a la pareja a explorar su sexualidad, concluye el psicólogo.

Algunos datos

Mal visto

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, conocido como DSM IV, de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés), considera al sadismo y al masoquismo como trastornos de la sexualidad.

Riesgos

El sexólogo mexicano Francisco Delfín dice que las prácticas conocidas como BDSM (Bondage: esclavitud, cautiverio; Discipline: disciplina, Dominance: dominación; Submission: obediencia; Sadism: sadismo y Masochism: masoquismo), son simuladas.

Agrega que la dominación puede ser también psicológica y no tan sólo física.

Alerta

Debe haber un mutuo acuerdo, conocimiento de las prácticas e incluso una palabra clave que alerte al que está infringiendo el dolor o el castigo de detenerse, comentan los especialistas y practicantes de sadomasoquismo.

Comunidades

El sadomasoquismo se practica en nuestro país, sin embargo, no se conoce una cifra o un número que indique a cuántas personas les gusta. Actualmente las redes sociales funcionan como espacios de convocatoria para las personas con la misma opción.

1 comentario:

  1. Hace años que los que nos gusta el Sadomasoquismo , nos reuníamos y disfrutábamos mucho . Antes cuando no teníamos Internet ni Facebook ni redes sociales como se llama Teniamos Revistas y tenemos haun de Contactos como Tacones Altos o Revista Clima . Dios cuantas personas y mujeres he llegado a conocer durante estos años gracias a estas revistas Puedes escribir y contar tu experiencia publicar fotografías Es muy discreto esta muy bien . SIN INTERNET También hay vida aunque no lo paresca je je

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