Enamorarse de la persona equivocada puede traernos muchos quebraderos de cabeza. Este tipo de relaciones, en las que una o dos personas sufren constantemente, se denominan relaciones tóxicas.
Como explica la psicóloga emocional, Ciara Molina: "Los miembros se ven sometidos a un gran desgaste emocional con el objetivo de convencerse a ellos mismos que pueden salvar esta unión".
Pero... ¿cómo saber si estás atrapad@ en una relación en la que solamente pasas malos momentos? Hay que quitarse la venda de los ojos y ser sincero con uno mismo para saber si realmente nos compensa estar en pareja.
Para empezar estaría bien poner en una balanza lo bueno y lo malo. El resultado debería ser positivo, claro está. Si por el contrario, hay más cosas negativas y los momentos de felicidad son más bien escasos, algo anda mal.
La pregunta que deberías hacerte para salir de dudas es si sufres mucho más de lo que experimentas dicha y placer al estar juntos. No tiene sentido seguir si la relación te provoca más tristeza e insatisfacción que felicidad.
También es importante descubrir hasta que punto te sacrificas por la otra persona. ¿No te reconoces a ti mismo? Si has cambiado tu manera de proceder, si sueles ceder siempre tú, si te callas para no discutir, si pasas por alto cualquier afrenta...
Todo lo que implique renunciar a tu identidad y a tu dignidad es síntoma de que la relación podría estar viciada y desequilibrada. Recuerda que el respeto y el amor a uno mismo debe estar por encima de todo lo demás.
El sentimiento de culpa es otro indicio de que algo anda mal. Como la burla y el sarcasmo, mecanismos que se usan para manipular a la otra persona, minando su autoestima y su capacidad de decisión.
Si has adoptado el papel de víctima o si el miedo a estar solo te mantiene atrapado en una relación tóxica, deberías recapacitar y buscar ayuda profesional.
"El amor no es malestar, ni dependencia, ni miedo, es libertad y satisfacción. Si no sentimos eso, entonces no es amor", concluye la especialista en Gestión Emocional.
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