¿ Qué haces cuando te encuentras al desgraciao con otra? Pues mandarlo a pasear, eso lo primero, luego ponerte a llorar -pero lo justo, que el tipo no lo merece-, y después, hincharte a reír. Reír que no falte.”
Eso dice la sinopsis del libro escrito por Purificación García, una bloguera española (no tiene nada que ver con la diseñadora) que decidió escribir bajo un título muy peculiar: “Te dejo es jodete al revés”. La historia divertida de Puri, una cajera de supermercado, madre de un hijo, que encuentra una nueva vida después de sufrir un mal amor.
¿Por qué nos aferramos a alguien?
Según la sicóloga Ingrid Saavedra, nos aferramos a alguien porque necesitamos una ‘relación compensatoria’, porque somos carentes de confianza en nosotras mismas y nos sentimos solas. Pero enamorarnos en esta situación ya nos pone en desventaja. Con un vacío emocional sin superar, caemos en una dependencia enfermiza, nos convertimos en un apéndice de la persona amada, no en una verdadera compañera. Y esto, en muchos casos, nos hace incapaces de terminar con una relación nociva.
Para comenzar debemos entender, dice Saavedra, que algunas personas sufren la necesidad de tener a alguien a su lado, aunque sea una compañía espantosa, porque piensan erróneamente que es la única persona capaz de hacerlas felices. Dice la experta que la felicidad debe estar en nuestro interior, no la da o la quita alguien.
También es importante aceptar que se tiene que cambiar el pensamiento rígido, es decir, negarse mejores posibilidades y vivir anclada en una relación sin futuro.
Querer algo con todas las fuerzas no es malo, convertirlo en imprescindible, sí lo es, dice la página de autoayuda psikología.com. “Cuando no puedes dejar de tener lo que deseas, el sexo, el amor de tu pareja, la adulación o admiración de la misma, entonces no lo tienes bajo control, es adicción.” Y acá anotamos al autoengaño y el miedo a sufrir, que recalca Ingrid Saavedra, como otro de los motivos para no querer librarnos de esa persona que nos hace daño.
Decir que lo sigues amando es un pretexto, el amor no tiene nada que ver con la adicción.
Un libro con un título hilarante. Que grafica graciosamente que "hay vida después de la muerte"
No esperes a ‘desamorarte’ si ese amor te está haciendo daño, más bien comienza a:
1.- Primer paso: Cerrar ciclos. Una ruptura no tiene necesariamente que doler toda la vida. Como dice Puri: “… ponete a llorar, pero lo justo”.
2.- Segundo paso: Observar el sentimiento que subyace a la necesidad por esa persona. Analizá sinceramente si lo querés o le necesitás. Otra técnica es pensar si querés vivir lo mismo 50 años más.
3.- Tercer paso: Reforzar tu autoestima. Ponete a hacer algo que te gusta; cupcakes, yoga, pintura o abrí un blog.
4.- Cuarto paso: Evitar repetir rutinas que seguías con tu pareja: mirar películas en la sala, ir a un boliche equis, frecuentar a sus amigos. Buscá nuevas motivaciones, ahora ya tienes la oportunidad de hacer lo que realmente te gusta.
5.- Quinto paso: Dejar de lado los pensamientos que motivan a la desvalorización, como: “me moriré sin él”, si no está no seré la misma”, “sin él no sé qué hacer...”
6.- Sexto paso: Desprogramarse del sufrimiento, cambiar de chip. La misma energía que gastás en sufrir dedicala a un nuevo proyecto.
7.- Séptimo paso: Te toca correr y disfrutar una vida propia. Por fin tu tiempo es tuyo y tu vida también.
Disfruta el agradable sabor de querer comerte el mundo, apuesta por el optimismo, por seguir adelante y jamás tirar la toalla
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