¿Amistad o interés?

Debido a su amplia experiencia en el comercio de cuerinas, a Sandra le iba muy bien, tanto económicamente como en las relaciones con sus amistades. Ayudó a muchos, guiándolos paso a paso, a iniciarce en el negocio. Sin embargo, al pasar el tiempo, una mala jugada la dejó en quiebra y fuera de competencia. Al instante todos sus amigos dejaron de buscarla hasta desaparecer. Ahora, dice sentirse utilizada lo que le provoca un sentimiento de angustia y frustración.

Interés no es querer. Para la psicóloga Magdalena Rivas, la amistad por interés es bastante habitual entre familiares y colegas. Indica que los que se quieren por interés no se quieren por sí mismos sino por los beneficios y ventajas que pueden obtener. El darse cuenta de que se vivió una amistad por interés, lleva un efecto mucho más doloroso si la acción la realiza una persona que se cree bastante cerca, considerándolo como una traición. Esto no tiene el mismo efecto si determinada persona es todavía considerada más lejana.

La conducta se aprende. Una persona interesada no suele tener una aceptación positiva frente a los demás. Es por ello que los padres deben estar atentos a la conducta de sus hijos y la de ellos mismos. “Sucede que esta conducta de interés se aprende desde pequeño", aclaró la psicóloga. Si no se lo corrige, ya en adulto espera siempre a depender de los demás, en el trabajo y en la vida emocional y afectiva. En otras palabras, a estas personas se les hace imposible que den algo, porque están acostumbrados solo a recibir constantemente.

Como darse cuenta. Para evitar este tipo de "amistades", o estar preparados ante una posible decepción por parte de algunos seudoamigos que se acercan por interés es mejor estar preparados y tratar de reconocerlos. Por ejemplo, es típico que solo llamen cuando necesitan algo. Por el contrario, nunca están disponibles cuando uno es el que tiene el problema o necesidad, nunca pueden hacer un favor. También pueden desaparecer por una larga temporada sin dar señales de vida. Son envidiosos, codiciosos, tienen malos modales que se transforman en buenos cuando quieren conseguir algo. Si aparece en la casa, nunca colabora ni se interesa por los demás, porque está buscando algo de su interés.