Con la llegada de los 40 se reflexiona en lo que se logró concretar de todos esos planes que se tenía a los 20 años de edad: la casa, el auto, hijos bien portados, una amante pareja y todo lo que se podía alcanzar pensándose a uno mismo como el exitoso propietario de una empresa fabulosa.
Más allá del ideal de vida que se tenía, muchos expresan satisfacción por lo que lograron aún cuando no haya sido todo lo que imaginaba, pero para muchos llegar a la mediana edad significa un gran shock sobre todo porque esos ideales no se consiguieron o porque lo que se tiene no parece tan bueno como lo que se imaginaba.
Lo cierto es que en Tarija al parecer son las mujeres las que manifiestan más esta condición de crisis ya que estas son las que más acuden a terapia en busca de consejo para superar problemas de autoestima, abrumadas porque que ya no tienen la misma talla, porque ya no despiertan el mismo interés en la pareja, porque las canas ganan espacio o porque las líneas de expresión después de todo parecen ser arrugas.
La crisis de la mediana edad se da por chiché sin embargo en las mujeres se da más allá de los 40 años de edad porque está asociado a la maternidad y al inicio de la menopausia, aclaró la psicóloga Alma Luz Forte.
“Hoy tenemos un embarazos más tarde hasta los 45 años de edad y la moratoria social se amplió para las mujeres, por tanto la adultez es un concepto que va de la mano del asumir ciertos roles, la juvenilización es algo que influye hoy por una sociedad marcada por las condiciones de juventud para ser aceptada, entonces la mujer necesita sentirse joven y ceñida a un patrón moldeado por el mercado del consumo”, dijo.
Ante este panorama realizamos ciertas consultas en personas en esta etapa de vida para constatar si es cierto que la crisis de la mediana edad afecta a un nivel emocional tan intenso que induce a la ruptura de matrimonios, desear parejas más jóvenes o simplemente asumiendo el estereotipo hollywoodense con ese pantallazo de hombres con juguete nuevo y mujeres tratando de volver a la adolescencia.
Ahora o nunca
Para Gabriela (Seudónimo), la etapa comenzó a los 48 años de edad, auditora, soltera y con buena posición económica, comenzó a pensar que nada era suficiente si no tenía una pareja para compartirlo, buscó desesperadamente apegándose a un estilo de vida moderno y vanguardista que le valió más de una crítica de la sociedad tarijeña, es por eso que eligió como marido a un cochabambino 10 años menor que ella.
Si bien el noviazgo fue apresurado el matrimonio lo fue aún más y concluyó en un sonado divorcio del que tuvo que librarse valiéndose de muchas estrategias para no ser perjudicada legalmente ante los bienes gananciales, sin embargo salió bien librada de ello.
Finalmente descubrió en un grupo de oración el camino más adecuado para conseguir sosiego, sentirse rodeada de gente que la aprecie y valorar lo que tenía, aceptar lo que no, sin inquietarse en exceso por el paso de los años.
“La crisis de los cuarenta es una etapa donde las mujeres se sienten inseguras, pierden la autoestima, les falta atención de sus parejas y esto ayuda mucho a esta pérdida de confianza”, explicó la psicóloga, Margot Zubieta.
“Muchas mujeres en Tarija se sienten más afectadas cuando sobrepasan los 45 años de edad y el problema se agudiza cuando se acercan más a los 50 porque ante el envejecimiento pierden la atención notando que esta se dirige a mujeres más jóvenes y comienzan a añorar la juventud”, dijo.
La psicóloga comentó el caso de una paciente que se siente muy amenazada por la juventud de sus hermanas, celando incluso a su propia hija que es el centro de las miradas y las adulaciones.
“Para ayudar a superar esto se trabaja en el tema de la autoestima, fijando nuevas metas y objetivos para que recuperen el aprecio por ellas mismas y de esta forma se sientan más seguras, satisfechas con lo que tienen alejando el pensamiento de que no aprovecharon su juventud lo que las mantiene en un estado de duelo por ellas mismas”, aclaró.
El dolor ante el envejecimiento al parecer no es algo que se mantiene ya que a más edad muchas mujeres vuelven a recuperar ese amor por la vida, disfrutan de sus relaciones, bailan sobre las mesas, en definitiva se reconcilian con ellas mismas.
Estragos en los varones
La crisis no es ajena a los varones aunque estos no suelen recurrir a terapia ya que no identifican siquiera que podrían estar pasando por una fuerte etapa emocional debida a la edad y muchos llegan incluso a poner en riesgo su unión de varios años de matrimonio para contagiarse de la juventud entusiasmados en una relación con una mujer mucho menor que ellos.
“Después de más de 25 años de matrimonio mi marido se enamoró de una joven 34 años menor que él”, comenta una afligida esposa.
Zubieta aseguró que con frecuencia surgen estas situaciones, cuando un hombre cambia a su pareja por una más joven en una especie de “segunda adolescencia” que los lleva a actuar sin medir consecuencias poniendo en riesgo una vida de estabilidad y trabajo que llevo años construir.
“Buscar una vida lejos del compromiso, las responsabilidades de la vida madura es como volver alcanzar la libertad que es sinónimo de juventud, pero esto es muy riesgoso porque muchas veces solo es un momento de confusión que pasará con el tiempo pero a veces puede ser ya demasiado tarde porque los daños pueden llegar a ser irreparables, sobre todo porque dejan a la familia y hasta dejan el trabajo”, explicó la psicóloga.
Vivir en el pasado
No se puede vivir en el pasado, aseguró la entendida. “La crisis de la mediana edad es muy común en mujeres y hombres, todos en algún momento llegamos a sentirnos frustrados con nuestras vidas, nuestros logros, pero dejar que esto se convierta en algo tan trascendental puede ocasionar un conflicto porque recuperar la juventud o evitar el envejecimiento es imposible”, dijo.
Esta etapa tiene que ver mucho con tomar conciencia sobre la propia mortalidad es por eso que muchas personas entran en crisis y quieren recuperar el tiempo perdido-agregó, “pero el paso del tiempo no se puede detener, menos engañar buscando otra pareja o matándose en el gimnasio, o saliendo a bailar todos los fines de semana, no se puede evitar lo inevitable”.
Se debe pensar en las ventajas ya que con los hijos crecidos se dispone de más tiempo y muchos lo viven como una etapa positiva, entrar a la mediana edad puede ser bueno si se tiene una buena interpretación de lo que es importante en la vida, sostuvo Zubieta.
“El reconocer a esa gente que nos aprecia más allá de nuestro aspecto físico es importante, porque no siempre es la edad, también está la gordura, el no responder al estereotipo de lo perfecto o no responder al nivel de éxito que nos plantea la sociedad medida en que si tienes más cosas materiales eres mejor persona, hay que saber equilibrar lo que verdaderamente nos hace feliz para que esta etapa de la edad o cualquier otra crisis de la vida sea llevada de forma positiva”, concluyó la psicóloga.
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