sábado, 6 de septiembre de 2014

La diferencia entre deseo y amor duradero está en los ojos

Hay una canción de Mecano que dice “Lía con tus besos/la parte de mis sesos/que manda en mi corazón”. En realidad, más que los besos, la clave para saber si lo que la pareja siente es deseo o amor está en la mirada, según un nuevo estudio realizado por la Universidad de Chicago.

Concretamente, las miradas de la persona con la que está saliendo muestran si se trata de amor o deseo. El nuevo estudio encontró que el patrón de movimiento de los ojos se centra en la cara de un desconocido si se mira a esa persona como un compañero potencial para el amor romántico, pero las miradas se centran en el cuerpo de la otra persona si se siente deseo sexual.

Este juzgamiento automático puede ocurrir en tan solo medio segundo; en ese tiempo se producen diferentes patrones de mirada. "Aunque poco se sabe actualmente sobre la ciencia del amor a primera vista o cómo la gente se enamora, estos patrones de respuesta proporcionan las primeras pistas sobre la forma en que los procesos de atención automáticos, como la mirada, pueden diferenciar los sentimientos de amor de los sentimientos de deseo hacia desconocidos", destaca el autor principal del trabajo, Stephanie Cacioppo, director del Laboratorio de Neuroimagenología de la Universidad de Chicago.

Se activan zonas distintas

Investigaciones previas realizadas por Cacioppo han demostrado que hay diferentes redes de las regiones del cerebro que se activan por amor o deseo sexual. En este estudio, el equipo realizó dos experimentos para probar patrones visuales con el fin de evaluar dos estados emocionales y cognitivos diferentes que a menudo son difíciles de separar el uno del otro: el amor romántico y el deseo sexual (o lujuria). Los estudiantes masculinos y femeninos de la Universidad de Ginebra vieron una serie de fotografías en blanco y negro de personas que nunca habían conocido.

En la primera parte del estudio, los participantes vieron las fotos de parejas jóvenes heterosexuales que se miraban o interactuaban. En la segunda parte, los participantes vieron fotografías de personas atractivas del sexo opuesto que estaban mirando directamente a la cámara o al espectador. En ambos experimentos, los participantes se colocaron frente a una computadora y se les pidió que miraran diferentes bloques de fotografías y decidieran con la mayor rapidez y precisión posible si percibían que cada fotografía les provocaba deseo sexual o amor romántico. Ninguna de las fotos contenía desnudos o imágenes eróticas

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