1 El evento principal
Los juegos previos son la antesala al gran evento, pero no significa que sean menos importantes. “Se divertirán más si lo conviertes en un juego sexual y se enfocan en la exploración y el placer. No sólo se trata de alcanzar el clímax”, aconseja la consejera sexual Beverly Whipple, coautora de “El punto G y otros descubrimientos de la sexualidad humana”. Y nosotras no podemos estar más de acuerdo! “Varias veces llego al orgasmo durante el juego previo, no la penetración”, dice Cecilia de 28 años. Y es que para nosotras la mayor queja es la falta de creatividad sexual y el mal uso de las manos. ¿Qué puede hacer él? Probar tres noches de pasión sin penetración. Al eliminar el mismo guión de siempre (“foreplay”, sexo y abrazo post sexo), los instintos creativos saldrán a la luz. Además, la novedad sexual recrea el comienzo mágico y excitante de la relación; esas hormonas de la “excitación” enloquecen al no poder tener lo que quieres. La clave es que, antes del sexo, él te lleve cerca al clímax usando sus manos. Esto asegurará el orgasmo durante la relación sexual. Para ello, él deberá jugar con las caricias. “Una vez me eché sobre su pecho, mirando hacia el techo, y en esa posición el me acariciaba, rozando la punta de sus dedos en mi entrepierna realizando figuras en forma de ocho... realmente fue el mejor juego previo”, admite Ceci. Tampoco debemos olvidar el factor visual; no sólo es esencial para los hombres, nosotras también lo anhelamos! “Una vez mi pareja me sedujo frente a un espejo de cuerpo entero, me decía qué parte de mi cuerpo le gustaba más. Lo mejor! Si nunca lo hizo, tienes que llevarlo a hacerlo”, aconseja Claudia.
2 Enfócate!
¿Cuál es la mejor manera de liberar los deseos sexuales de una mujer? La pasión! Según muchas de las chicas entrevistadas, esto es simple: él debe estar entregado al momento, cero distracciones. “No queremos sentir que él quisiera estar en otro lugar”, dice Claudia. La señal más poderosa que el hombre puede mandar viene de sus labios; y es que para nosotras, (casi todas) los gemidos y la respiración de nuestra pareja nos lleva al punto de ebullición. “Todo lo que salga de su boca, en especial las palabras, son lo que más me excita”, admite María. Nos gusta que él nos diga cosas lindas; no sólo alimenta nuestra confianza pero la seducción sensorial intensifica la experiencia. Por otro lado, las chicas confiesan que el contacto visual es una herramienta clave que eleva el sexo a un nivel superior. Por el contrario, está científicamente probado que las mujeres que divagan y fantasean son sexualmente más activas… y creativas. Aunque ellos se enfocan en el clímax (ya sea el nuestro o el de él), nosotras fantaseamos. Y es que para alcanzar un orgasmo, las mujeres debemos aclarar nuestra mente y dejar de pensar en las responsabilidades, el trabajo, etc., lo que es más difícil para nosotras que para ellos. A diferencia de la mujer, el hombre se concentra en una cosa a la vez, mientras que la mujer tiene una mente “multi task”, así que es mejor fantasear, ya que es una manera de desconectarnos de nuestra mente que va a mil por hora. “La fantasía se convierte en una parte importante para desactivar los miedos o temores que muchas mujeres tienen”, aclara Ian Kerner, autor de “Ella viene primero”. El hombre debe incentivarnos a fantasear y de ahí, juntos construir una fantasía erótica antes de que comience el acto sexual.
3 Suave… por favor!
Esta palabra es el código que las mujeres damos a nuestra pareja para que esté más atento (y sensible) a nuestras señales. Mientras más poderoso sea el punto erógeno en nuestro cuerpo, más suave debe ser la caricia por su parte. El contacto clitorial, en particular, se siente brusco sin un “calentamiento” adecuado. Si nosotras inhalamos o saltamos en lugar de gemir cuando su mano está en esa zona, entonces él está yendo por el camino equivocado. “No hay nada peor que tu pareja sea torpe y directo cuando te toca ahí. Duele y es súper incómodo, y ellos no saben eso porque ellos quieren lo contrario”, dice María. Es esencial que él estimule la zona erógena de manera indirecta. Mientras lo hace, debe prestar atención y guiarse por las señales que la mujer da. Para que sea la caricia perfecta, él debe acariciar alrededor de la zona erógena y no ir directo al clítoris como si fuera un timbre. La anticipación y el contacto indirecto son la mejor combinación!
4 Llegar no es la única meta
Su desesperación por alcanzar el clímax echa a la borda nuestro deseo sexual. Un estudio demostró que el estrés por el desempeño sexual afecta la excitación femenina. Cuando el hombre pregunta, ¿estás cerca? O, ¿ya llegaste? Nos distraemos y sentimos una presión totalmente innecesaria. Si él está esperando que alcancemos el orgasmo a través de la penetración, quizá es mejor que él termine primero y no se aguante media hora más. Las mujeres no tenemos orgasmos cada vez que tenemos un encuentro sexual, sabemos que no es culpa de nuestra pareja… y nos sigue encantando el sexo, sin orgasmo en el menú. Si tu no llegas, él puede usar sus manos o labios para darte placer.
5 ¿Sólo para miembros?
“Sólo una en cinco mujeres tiene un orgasmo a través de la penetración. Las mujeres más jóvenes quieren que sus parejas vayan más lento y usen más sus manos y labios”, explica Juliet Richters, investigadora sexual que entrevistó más de 19,000 personas para su libro, Doing It Down Under. En su encuesta, más de 90 por ciento de las mujeres eran capaces de alcanzar el orgasmo cuando sus parejas realizaban estimulación manual u oral. Sin embargo, 52 por ciento de las mujeres entrevistadas admitieron que alguna vez detuvieron a su pareja porque temían que ellas tardarían demasiado en llegar. Si no quieres que él esté media hora “ahí abajo”, dile que no vaya tan rápido… de esa manera nunca alcanzarás el gran “O”. En lugar de acelerarse, él debe disminuir la velocidad. “Mientras más gentil, lento y consistente sea mi pareja, más rápido llego”, cuenta María.
6 Desacelera el paso
Un consejo para él: Aléjate cuando estamos cerca al clímax para luego resumir la actividad sexual. Este truquito puede mejorar nuestro orgasmo de manera sorprendente! Y es que el suspenso aumenta el nivel de excitación a nivel psicológico. Cuando estamos cerca a la cima del placer, dile que se aleje por unos minutos, pero que siga besándote y acariciándote en distintas partes del cuerpo. Que repita esta acción varias veces, hasta llevarte al punto máximo… no te arrepentirás! Recuerda que la mitad de las mujeres no llegan al orgasmo a través de la penetración. Con esta pequeña y excitante provocación asegurarás un sexo extraordinario y un orgasmo intenso.
7 Puntos HOT… encuéntralos!
Los hombres van directo al objetivo: el orgasmo. Lo que está bien. Pero no olvidemos que el punto G y el clítoris no son las únicas zonas claves. Una investigación reciente sobre la anatomía humana, sugiere que el clítoris, la vagina y la uretra están interconectados. Para un resultado explosivo él deberá acariciar distintos puntos y saber leer tus señales y apreciar los resultados. Invítalo a explorar todas las zonas especiales de tu cuerpo. “Cuando me besan o rosan el cuello ya estoy lista para todo”, admite María.
Y muchas estamos de acuerdo con ella, pues es una zona hipersensible para nosotras. Tampoco olvidemos el brazo interior, los pies y los labios, zonas sumamente excitantes para nosotras. En promedio, las mujeres queremos una sesión de besos dos veces más larga que ellos! Y también nos gustaría un masaje en la espalda; un recurso sexy que además de aliviar el estrés, nos permite alcanzar el orgasmo más fácilmente… pues estar libre de estrés, mejora la calidad de la vida sexual.
La base de la espina dorsal es el centro de las sensaciones. Que él gentilmente toque y bese tu estómago, cerca de tu “zona sur”. El sexo debe ser una exploración, no un destino. ¿Quién dijo que las zonas erógenas son predecibles?
8 Contémplanos
La palabra más sexy que un hombre nos puede decir es simple: “tu”. Esta palaba, junto a los cumplidos aumentan nuestra confianza y seguridad sexual… lo que lleva a mejor sexo. “Una pareja con confianza, es una pareja sexual aventurera”, expresa Cecilia. Antes, durante y después, las palabras bonitas siempre son bienvenidas. Queremos que nuestra pareja exprese lo que siente, lo que le gustó y que nos haga sentir sexies. Para nosotras, nuestro cuerpo y cómo nos sentimos en él, es trascendental para el sexo. Estudios revelaron que a nosotras nos gusta recibir halagos por nuestro trasero, ojos y pechos… en ese orden. “Mucho nos preocupamos por cómo nos vemos desnudas, y creo que muchas mujeres se distraen con facilidad durante el sexo porque están muy conscientes de cómo se ven”, admite Andrea. Por otro lado, nos encanta quedarnos con la ropa interior puesta, pues nos sentimos sexys con estas piezas coquetas. Quizá ellos no le dan mucha importancia a la lencería, pero para nosotras vestirla es “un estado mental”. Por eso, dile que te deje la lencería puesta y tengan una sesión de besos. “Hay algo sexy y excitante en tener el juego previo, incluso iniciar la relación sexual, con la lencería puesta”, dice Andrea. Pero, son pocos hombres que saben que nos encantan los besos con este pequeño fetiche sexual.
9 ¿Lista? Es relativo
Solo porque estemos lubricadas no significa que estemos listas para el sexo. El momento clave viene una vez que se alcanza una fase de excitación llamada “tentación uterina”. Es esta etapa el útero deja espacio y la vagina crece hasta un centímetro y medio.
“Experimentarás una penetración más profunda, y la vagina proveerá un apretón intenso en la cabeza del pene”; dice Barbara Keesling, profesora de sexualidad humana y autora de Men in Bed. “Los orgasmos son increíbles”, afirma.
10 Clima, crucial para el clímax
Unas sábanas de algodón egipcio y una luz tenue nunca están de más, pero no olvides el termostato de la habitación. Según un nuevo estudio, solo 50 por ciento de las mujeres alcanzaron el orgasmo mientras tenían los pies fríos. No obstante, luego de ponerse medias, el 80 por ciento de las mujeres llegó. Pero el secreto no radica en las medias, sino en el ambiente. Éste debe estar a la temperatura adecuada. Y es que si la mujer esta cómoda y relajada, es más probable que alcance el orgasmo. Pero además del clima, nosotras somos más susceptibles a las distracciones externas, como ruidos, olores u otras cosas. En cambio, ellos son capaces de alcanzar el orgasmo en cualquier lugar bajo cualquier circunstancia... recuérdalo! No es así para nosotras.
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