La importancia del atractivo físico en la relación amorosa es y seguirá siendo un factor de unión. El primer vínculo que se establece es con la propia imagen corporal, pero ésta cambia con el paso de los años y cuando disminuye ¿qué se debe hacer?
Algunos estudios revelaron que las mujeres lesbianas y los hombres homosexuales están más insatisfechos con sus cuerpos que los varones y las mujeres heterosexuales. Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que los varones y mujeres heterosexuales también muestran grados de insatisfacción corporal en lo que respecta la altura y musculatura, llegando incluso a padecer dismorfia corporal (preocupación centrada en el tamaño de los músculos).
Los patrones físicos que más preocupan a las mujeres están centrados en el tamaño de los pechos, caderas y muslos, y además refieren que estas zonas son las preferidas por los hombres, atribuyéndoles entonces un valor especial en la atracción.
Respecto a cuáles son los indicadores masculinos que las atraen, responden que la altura y la personalidad es lo más importante. Es interesante destacar que estas mujeres consultadas en el estudio revelan que los otros atributos físicos, ejemplo: ojos, sonrisa, musculatura, se convierten en seductores cuando entran en acción, es decir, por la intención u emoción que transmiten.
La influencia de los patrones sociales y de los medios de comunicación en la construcción de ideales de género es indiscutible. Se cree que la importancia de la altura (hombre más alto que la mujer) se debe a cuestiones asociadas con el “poder o dominación” masculina por sobre la femenina.
En el ámbito de la conquista amorosa se juegan indicadores físicos que sirven de guía o de conexión para que se desarrollen otros aspectos, quizá más sólidos y duraderos. ¿Pero qué pasa cuando la fuente de atracción corporal se agota? Ya dijimos que para las mujeres no importa tanto el cuerpo masculino, en tanto físico, si no cómo el hombre “usa” o pone en acción sus atributos corporales.
Existe una conexión íntima entre el mundo emocional y la expresión del cuerpo. Por lo tanto la pérdida del atractivo físico del compañero es posible que aluda a la pérdida del componente emocional: alegría, ternura, comprensión, pasión, deseo, enojo, motivación, reciprocidad, etc.
Es probable que cuando se llega a ese estado de las cosas, el hombre haya perdido para sí mismo su propio atractivo.
Y esto no compete solo a los hombres, aunque es posible que ellos sean más proclives al descuido personal que las mujeres. Volver hacia uno mismo no debería depender de cuestiones sociales, ni económicas; ni estar mediado por patrones culturales de género.
Debería ser un compromiso con nuestra existencia. Más allá de otros problemas vinculares, las parejas se quejan de apatía, falta de emoción, falta de dinamismo, comodidad nociva, exceso de responsabilidades laborales, pérdida de imaginación, de espontaneidad. La vida se volvió gris. Y así los cuerpos agotan sus posibilidades de resurgimiento.
Tips para mejorar
la atracción corporal
• El cuerpo expresa tu mundo interno. Toda la belleza se vuelve inerte si no hay gracia, frescura, emoción, espontaneidad, en tu interior.
• No debes permitir que las responsabilidades externas desplacen el cuidado personal.
• No te guíes por patrones que homogenizan la belleza. La esencia de cada uno será siempre irremplazable.
• No caigas bajo la premisa: “ya no me atrae”. Intenta acercarte, acariciarlo, recuperar el contacto perdido.
• Abran espacios para comunicar lo que ocurre.
• Recuperen momentos de intimidad: una salida, un café, quedarse solos una noche, ayudan a romper con la rutina.
• No cedan ante la comodidad, los objetivos materiales, la precarización de la esperanza.
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