miércoles, 6 de abril de 2011

Berrinches . Entre el chantaje y la incapacidad para controlarlos

Los expertos en conducta humana señalan que las ‘pataletas’ de los niños se debe a que ellos no pueden controlar las emociones profundas que sienten, y que a esta temprana edad no se lo debe consideradar como un síntoma de inestabilidad, puesto que forman parte del desarrollo de la personalidad de la criatura. Aconsejan a los padres actuar con mucha paciencia para que la situación no se les escape y puedan enseñar al menor a manejar sus actitudes, porque no siempre van a obtener lo que desean

“Estoy preocupada porque mi hijo se golpea la cabeza en la pared cuando le niego algo, o sino se da con la mano en la cara. Mi suegra me dice que eso es normal, porque su hijo, es decir el que hoy es mi marido tambien tenía la misma reacción cuando era chico”, escribió Flora N en una carta dirigida al Consultorio Psicológico que mensualmente publica PARA ELLAS.
Otro caso es el de Julio, un niño que se acuesta en el regazo de su madre y comienza a lloriquear para que le compre dulces en la tienda. Rosa le niega el comer tantas pastillas y enseguida el chico empieza con sus pataleos hasta conseguir lo que quiere.

Ocurre a cualquier edad
Juanita comenta que su hijo de año y ocho meses suele saltar y gritar cada vez que desea obtener algo de ella.
“Un día fuimos a la feria a comprarle una bicicleta. Vio un auto, se montó en él y no quiso bajarse por nada del mundo. Comenzó a llorar indicando que ése era el juguete que quería. Tuve que comprarle el auto”, señala.
Una situación que se enmarca en este cuadro es el de María, que tiene una niña de 10 años, que sigue utilizando el llanto, el sentimiento de culpabilidad y las pataletas para conseguir lo que quiere.
“Ayer, por ejemplo, estaba acostada y se puso a mi lado y empezó a llorar para que le comprara unas golosinas. Gritaba con fuerza hasta que consiguió lo que quería, porque solamente así la calmé”, cuenta.

Sucede siempre
“Es verdad que casi nadie puede negar que en algún instante de su existencia ha vivido o escuchado el desarrollo de esta situación: Mi hijo no me hace caso, llora a gritos, tiene unos berrinches insoportables, se enoja cuando se le niega algo... ¡No sé qué hacer!”, explica el psicólogo Tito León. En ese orden plantea la comprensión de que el berrinche siempre va dirigido a alguien, es decir, ése es su objetivo, puede ser a la mamá o al papá, el niño nunca realizará una actuación de esta naturaleza cuando está solo, lo hace cuando sabe que alguien lo está oyendo.
Una manera de expresarse
La psicóloga Tusnelda Flores dice que es común que a cierta edad los hijos experimenten cambios de conducta porque están creciendo y adquiriendo independencia.
En estos casos, agrega, los griteríos y pataleos son una forma de tener el control ante una situación y de comunicar y expresar sus emociones, ya que mientras más pequeños son más es la necesidad que tienen de llamar la atención.

Razones
Generalmente los pequeños suelen mostrar los cambios de temperamento por irritación o incomodidad, remarcan los psicólogos. Algunos de los motivos son:

- Respuesta ante la palabra no.
- Producto de un malestar físico.
- Temor al cambio de ambiente.
- Una forma de manipular la situación.
- Para llamar la atención de los padres.

Saber distinguir
Es obvio que una criatura todavía no sabe hablar y la manera que tiene de comunicar lo que desea es a través del llanto y los gritos. A medida que va creciendo, dice Tusnelda, aprende a utilizar este mecanismo para manipular a los padres y hacer lo que quieren. Es en estos casos cuando hay que saber diferenciar entre una necesidad de atención y una malcriadez.

Fijar límites
Sobre el tema, el psiquiatra Wilberth Ayala explica que es conveniente enseñarle valores a los niños desde temprana edad.
Entre ellos recomienda iniciar el proceso de aprendizaje con una buena comunicación, el manejo de la frustración e inculcarles normas y horarios, es decir, fijar límites. Desde pequeños tienen que aprender a comunicarse sobre la base del respeto y el diálogo, dice el profesional.
Asimismo, expresa, después de un berrinche, no hay que darles premios y menos concederles lo que pedía. Es importante que el chico se dé cuenta que un griterío no es una forma de pedir o negociar algo. Es preciso enseñarle formas razonables de solicitar o expresar lo que quiere.

Pautas de actuación
Hay padres que favorecen las pataletas, indican los psicólogos. Estos casos se dan cuando un niño está llorando por algo que quiere y para calmarlo la mamá le da lo que pide.
“Esta conducta es inapropiada, ya que se estáformando a una persona gritona que se valdrá de la manipulación para obtener sus deseos”, manifiesta el doctor Wilberth Ayala.
Lo ideal para la psicóloga Karina Céspedes es hablarle con tranquilidad y educación. “Se debe actuar con paciencia y cariño para que el pequeño pueda comprender lo que realmente está pasando”, agrega.
Karina dice que con frecuencia, cuando los pequeños hacen sus ‘espectáculos de caprichos’, los padres actúan de la misma forma, con castigos que implican gritos y palizas. Sostiene que este comportamiento doblega y humilla, pero que no favorece en nada al retoño.
Ayala indica que en estos casos se establece una especie de rivalidad y competencia entre padre e hijo para ver quién ejerce el control de la situación. Resalta que esto no lleva a nada positivo en la relación familiar.
Lo mejor que se puede hacer es cuidar de que el niño no se maltrate o maltrate a otros, incluso sujetándolo de sus manos o brazos si fuera necesario. No intentar dialogar, razonar ni dar explicaciones mientras ocurra el berrinche, porque serán infructuosos esos intentos; tampoco gritar o maltratar al niño. Una vez pasa el evento, recién se puede hablar con el niño.
Tusnedla Flores señala que los berrinches, aunque son habituales, no son normales.
Aquí es donde es importante saber llevar la situación. Aconseja no prestar atención a la escena que está haciendo el pequeño y desviarla hacia algo que le guste hacer.
Como ejemplos dice que se les puede poner videos musicales, bailar con ellos o jugar.
Otra idea que puede resultar divertida es distraerlos de alguna forma realizando alguna broma como hacer de payasito, dejarlo solo o llevarlo a otro lugar.

Síntesis para el control
- Es importante que los padres hablen con educación y tranquilamente para darle el ejemplo a sus hijos.
- Hay que evitar las negaciones, las cuales deben ser remplazada por alternativas que el niño pueda elegir.
- Cuando la situación se sale de control, lo mejor es agarrarlo, abrazarlo y tranquilizarlo.
-En la educación se debe mostrar firmeza, esto permitirá que el niño aprenda cuáles son sus límites y a respetarlos.
- Hay niños que al enojarse arrojan el plato de comida o algún juguete. Si tiene hambre y tira el plato se le puede decir, sin retos ni amenazas, que eso no está bien y no dárselo nuevamente, explicándole los motivos. Al cabo de algunas veces si quiere comer no volverá a tirarlo.
- Siempre primero la palabra de cariño antes que el reto. Los chicos comprenden el aquí y ahora y las actitudes concretas de uno.

¿Y si no reacciona?
Aunque resulte paradójico, de acuerdo a las explicaciones de los expertos, es necesario entender que la rebeldía, la desobediencia, las rabietas, los berrinches, son elementos positivos y formas expresivas de una personalidad en formación. Generalmente se presentan a partir de los dos años.
Si uno de esta edad no da muestras de oposición, no protesta, obedece, entrega sus juguetes, estará mostrando problemas en la expresión de sus emociones y por tanto habrá que considerar estas conductas como signos de preocupación, son elementos que muestran a un niño con miedo a expresarse.



Las pataletas, rabias y lloriqueos son más frecuentes en las criaturas de dos a cuatro años que buscan llamar la atención de alguna forma, pues ya se sienten seguras de sí mismas, pero como no saben todavía expresar calmadamente sus deseos, acuden al lloriqueo como única vía para obtener lo que quieren

Si la actitud se sale del control, lo mejor es acudir a un especialista, pues se puede tratar de un problema de conducta que requiere ser canalizado a través de una persona capacitada en este tipo de alteraciones

No hay comentarios:

Publicar un comentario