Los padres no deben obligar a los hijos a dejar el pañal. Es un proceso que se presenta solo. Si después de los seis años el infante continúa mojando la cama, es necesario consultar con el pediatra para conocer las causas
Santiago (nombre ficticio) tiene 10 años y no ha podido dejar de orinarse en la cama. Todas las noches su mamá, María, tiene que levantarse dos y hasta tres veces para llevarlo al baño. “Es algo con lo que vengo lidiando desde que mi hijo estaba pequeñito. Él dejó los pañales a los 10 meses, pero tres meses después enfermó de diarrea y volvió a usarlos y desde entonces no pudo controlar sus esfínteres”, relata.
Cuenta que hace un año que dejó de usar los pañales y que si no se levanta en la noche, amanece mojado y el niño se pone triste, porque dice que no lo siente. Incluso si hace siesta, a veces se despierta orinado. Actualmente, Santiago se encuentra en tratamiento médico y psicológico para determinar cuáles son las causas para que no consiga controlar la orina.
María relata que en su familia varios varones también padecieron este problema, entre ellos su suegro, su cuñado y el enamorado de su hija, que hasta los 12 años, e incluso uno de ellos hasta los 15, continuaban mojando la cama en las noches.
Es clave la enseñanza
Contrariamente al caso de Santiago, Maritza Soliz cuenta que sus hijos, que ahora tienen ocho y diez años, abandonaron los pañales antes de cumplir dos años de edad y nunca más volvieron a usarlos. Ella cuenta que desde que sus pequeños tenían un año comenzó a ponerles calzoncillos durante el día y a enseñarles a utilizar el inodoro con un asiento que se adaptaba a su edad y durante las noches evitaba que tomen mucho líquido y los hacía orinar antes de dormir. Fue así que consiguió que los niños tengan control sobre sus esfínteres a muy temprana edad. “Creo que es clave la presencia de la mamá para enseñar a sus hijos a controlar su orina y evitarse complicaciones. Además, hay que ser constante y perseverantes y premiar a nuestros hijos cuando logran un buen objetivo”, remarca.
Más hombres que mujeres
Según algunas investigaciones, aproximadamente un 15% de los niños mayores de tres años se orina en la cama mientras duerme. Y son los varones, más que las mujercitas, los que se encuentran en esta situación.
La psicóloga Ana Rosario Calvo asegura que la mayoría de los niños consigue el control diurno entre los dos y tres años; el nocturno puede tardar bastante más, uno de cada diez no lo logra antes de los seis años de edad. A partir de esta edad, si el niño sigue orinando en la cama, es necesario buscar orientación médica.
Cabe hacer notar, dice la psicóloga, que la madre primero debe llevar al niño a su pediatra para un chequeo general, especialmente de las vías urinarias, para comprobar que no exista ninguna infección o alteración y que será el mismo profesional el encargado de derivarlo para un seguimiento psicológico.
Algunos clínicos refieren que se da en chicos cuyos padres también la padecieron, o sea que pueden haber factores genéticos.
¿Qué es la enuresis?
La enuresis infantil es la emisión repetida de orina en la cama o en la ropa, de forma involuntaria o intencionada. La conducta es clínicamente significativa y se manifiesta con una frecuencia de dos veces por semana durante un periodo de tres meses consecutivos.
La edad a partir de la que se considera que la enuresis es un problema está entre los cuatro y cinco años, en el caso de las niñas, y de seis, en el de los hombrecitos, indica Ana Rosario. Sin embargo, agrega que son edades aproximadas, puesto que se considera que la madurez orgánica para el control de esfínteres es alrededor de los tres años.
Causas
Los niños no se orinan en la cama a propósito. La enuresis puede tener un sinnúmero de causas que pueden estar relacionadas con un desorden del dormir, con un desarrollo más lento que lo normal del control de la vejiga, o con el resultado de emociones y tensiones que requieren atención. Raramente significa que el niño tiene un problema de los riñones o de la vejiga.
Las causas emocionales son muchas. Cuando un niño comienza otra vez a orinarse en la cama después de meses o años de no hacerlo, se sospecha de que estos síntomas son causados por nuevos temores o inseguridades. Esto puede suceder luego que el niño presencie algunos cambios en su vida. Por ejemplo, el traslado a un nuevo ambiente, la pérdida de un ser querido, el abandono de parte de alguno de los papás, la llegada de un nuevo bebé a la familia, el cambio de escuela, etc.
Otros motivos. La enuresis puede estar relacionada con algún conflicto psicológico y afectivo del niño, con la necesidad del niño de llamar la atención. También se produce por cansancio o estrés emocional. Otra posible causa puede estar en el ambiente familiar en que vive el niño, si lo sobreprotegen o le dan poco cariño.
Madurez neurológica
El pediatra neonatólogo Ricardo Carazas dice que normalmente a los dos años el niño ya tiene la madurez neurológica para dejar los pañales. Al año y medio incluso ya avisan si quieren ir al baño. No obstante, considera que no hay que forzarlos, aunque sí se les debe ir enseñando para que aprendan y asimilen el control de sus esfínteres.
“Cuando los niños no logran controlar su orina, no hay que torturarlos ni avergonzarlos y menos castigarlos, sino más bien intentar darles premios por las noches que no mojan la cama, así responderán de mejor forma”, recomienda el especialista.
Asimismo, es importante evitar que los niños ingieran mucho líquido en las noches, porque eso aumenta el ritmo diurético y si no tienen control seguro que van a mojar la cama, afirma Ricardo Carazas.
En criterio de la pediatra Teresa Flores, el niño está preparado para controlar sus esfínteres a los dos años. Sin embargo, todo depende de la educación y de los hábitos que se le enseñe. “El infante ya puede avisar desde que aprende a hablar”, resalta. Hay que tomar en cuenta, añade, que el niño estará listo para iniciar el proceso si tiene estos comportamientos:
• Dura seco por lo menos unas dos horas. • Diferencia entre mojado y seco.
• Puede subirse y bajarse los pantalones. • Es capaz de seguir instrucciones simples. • Avisa cuando está a punto de hacer deposiciones. • Muestra interés en aprender a ir al baño.
¡Llegó el momento!
Cabe hacer notar, dice la psicóloga Zulma Jerez, que por el ahorro del tiempo, de dinero, de preocupaciones, y por mayor comodidad y conveniencia de los papás, es común ver que cada vez retiran el pañal de los niños a edades más tempranas.
Cuando llega el verano, hace calor y para la mayoría de los padres es el momento ideal para retirar el pañal. “Se puede ver una persecución incansable preguntándole a los niños si tienen ganas de hacer ‘pis’, tocándole las ropas y sentándoles en el inodoro a la más mínima señal. Muchos intentos presentan resultados positivos, pero otros dan marcha atrás cuando el chico vuelve a la escuela”, dice Ana Rosario.
Si el niño aún no estaba lo suficientemente preparado, emocionalmente hablando, para la retirada del pañal, al vivir una situación de separación, de exigencias, el proceso de control de esfínteres, puede retroceder. En este sentido aconseja que los padres no esperen el verano y no tengan prisa para quitarles el pañal, sino que esperen porque su hijo les dirá cuándo está listo para usar el inodoro, independientemente de que haga frío o calor.
Teresa señala que cuando la mamá ve que ya ha llegado el momento de retirar el pañal, ella debe estar presente ayudando en el proceso. Si trabaja, es importante que pida vacaciones para estar con su niño permanentemente.
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