Mito 1: El hombre necesita más sexo que la mujer
No es así. Biológicamente la mujer está capacitada para vivir con plenitud todas las etapas de la relación sexual (deseos, placer, orgasmo) en forma equivalente, si no similar, al hombre.
Mito 2: El himen se rompe al perder la virginidad
Muchos hombres y mujeres lo imaginan como un tabique continuo y cerrado, infranqueable sin violencia. En realidad, es elástico y tiene un orificio que permite, por ejemplo, a las mujeres vírgenes usar tampones. ¿Qué pasa en la “primera vez”? El orificio del himen se agranda.
Mito 3: El punto G es difícil de encontrar
Casi siempre se constata que la zona es fácil de estimular, en especial, con los dedos del compañero. ¿Cómo encontrarlo? Deslizar el dedo dentro del conducto vaginal y efectuar una leve presión hacia arriba. Se siente como una pequeña rigurosidad o montañita.
Mito 4: Todo el clítoris está a la vista
Pensar eso es un error. El clítoris está formado por un tronco y una zona más abultada, el glande, que es lo único visible bajo los labios menores. La estimulación tanto del tronco como del glande provoca su erección y aumento del volumen.
Mito 5: Todo pasa en el mismo orificio
Muchas personas confunden la uretra con la vagina. En realidad, hay dos orificios, uno que permite la evacuación de la orina (el meato uretral) y otro que comunica la vagina con el exterior (el orificio vaginal o himeneal), por donde se evacua la sangre menstrual, se realiza el parto y penetra el pene en la relación coital.
Mito 6: El placer pasa por los genitales
El clítoris y los labios menores producen placer al estimularse. Aclaración importante: en la mujer otras partes del cuerpo son erógenas: la cara interna de los muslos, los pezones, la boca, las orejas, el cuello, etc. No las olvidemos.
Mito 7: Las mujeres con senos pequeños son frías
Aunque leído así se note que es una tontería, varones y mujeres tendemos a asociar los grandes pechos (y en general la figura voluptuosa) con un temperamento apasionado. Lo cual no es correcto.
Mito 8: Hay penes que no se adaptan a la vagina
Solo es cierto en casos aberrantes, como hombres mayores con niñas pequeñas. Entre adultos no existe tal incompatibilidad.
Mito 9: Hay vaginas muy cortas
A veces una molestia durante el coito o durante el examen ginecológico lleva a pensar en una vagina corta o no desarrollada. Pero, en realidad, lo que puede ocurrir es una contracción espasmódica de algún músculo o que se trate de un vaginismo. De ninguna manera está indicada la cirugía.
Mito 10: Fuimos creadas para reproducir
No es así. Los genitales poseen, tanto en hombres como en mujeres, la doble función de reproducción y placer sexual. Los ovarios segregan dos hormonas: los estrógenos y la progesterona, que determinan los caracteres sexuales secundarios femeninos.
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