Esta antipatía puede convertirse en un problema serio cuando el niño comience activamente a sabotear tu relación. Berrinches, mentiras y otras “malacrianzas” son los instrumentos que tiene el menor para darle a conocer al mundo su desagrado.
El psicólogo Carlos Velásquez advierte que, en realidad, lo que se manifiesta no es el odio o el rechazo, sino la inseguridad del menor respecto del cariño de sus padres.
“El odio es un sentimiento de adulto, no aplicable a los niños y se presenta cuando alguien más interfiere en la relación”, explica.
El tercero en discordia
Katalina nunca logró establecer una relación con la hija de su pareja. Durante meses, él presentaba excusas y no a la niña. Una de las causas fue el rechazo de su exesposa a que su retoño conozca a la “nueva”.
“La niña me trataba mal y su madre me enviaba mensajes negativos e insultantes y él no hacía nada”. Al poco tiempo, la relación terminó con conflictos y malentendidos.
Katalina considera que gran parte del problema es que ella no conoció en sus términos a la hija de su novio. Esta opinión es compartida por Velásquez, quien advierte que cuando el padre no actúa de forma decisiva, abre la posibilidad de que su ex interfiera.
Esto se agrava cuando la separación de los progenitores es reciente o fue brusca y con agresión.
El niño aún está procesando el divorcio, el hecho de que sus padres ya no van a estar juntos. En esa delicada situación, el nuevo romance puede causar dudas en el niño sobre el amor de su padre.
“Él (el hijo) está inseguro, teme que la novia le quite el amor de su papá y éste lo abandone. Es responsabilidad del procreador el asegurarle al niño que eso no va a pasar”, evalúa la psicóloga Mónica Quitón.
El padre es el único que tiene la autoridad y la confianza para tratar el tema con su hijo y garantizarle que no lo dejará. Asimismo, debe dejar bien en claro que la nueva relación está para quedarse.
En criterio del psicoterapeuta Javier Elías, este paso es vital para que la pareja pueda prosperar. La situación tiene que estar bien explicada para que no haya malentendidos y el niño acepte que la nueva mujer hace feliz a su papá y que es algo natural.
Se debe evitar caer en la tentación, por ambos lados, de mimar al retoño en compensación. Lo único que se logra satisfaciendo todos los caprichos del niño o niña es que la pareja, y principalmente el progenitor, sean esclavos del nene.
Esto ocurrió con Nicole, quien terminó su relación resintiendo la cantidad de tiempo que su pareja dedicaba a su hija. “Y ni me daba un beso frente a la niña para no molestarla”, lamenta la afectada.
Uno de los mayores peligros es que el niño activamente busque sabotear la relación con berrinches, mentiras y una continua agresión verbal hacia “la intrusa”.
El pequeño enemigo
“Pese a que tiene 11 años, el hijo de mi novio actúa como si tuviera tres. Hace berrinches, impide que él y yo nos besemos o abracemos y, me duele decirlo, está provocando mi rechazo”, lamenta Marta.
Elías asegura que, en este punto, es el padre el único que puede hacer algo. Esta medida es la de castigar las acciones del niño, pero evitando una reprimenda que pueda agravar la situación por resentimiento.
Por su parte, Velásquez advierte sobre que este sistema es peligroso, ya que el menor se encuentra en un estado delicado y puede asumir el castigo como una señal de que el progenitor está del lado de su novia. “La mejor técnica consiste en hablarle con calma, conversar sobre sus miedos y eliminarlos, pero indicando la importancia de respetar a la pareja de papá”.
Cuando las reglas son claras desde el principio y se instala en el niño el respeto hacia la otra persona, las cosas van viento en popa y la relación entre padre, pareja e hijo es fructífera y satisface.
Es lo que le pasó a Carla. Desde el principio su novio habló con su retoño de la importancia de respetar a los mayores y, por su parte, ella se introdujo en su vida poco a poco. Así, Carla llegó al altar sin conflicto.
Tu papel
Aunque gran parte de la responsabilidad es de tu pareja, tú también tienes que aportar. Debes tener en cuenta que el niño o niña es importante para él y no resentir el tiempo que le dedica ni presionarlo.
La exmujer
Nadie pide que seas su mejor amiga, pero el tratar cordialmente a la ex también ayudará a la relación.
Modelo: Pedro Soriano, Gemma Candela y Erick Ortega.
Fuentes: Carlos Velásquez, Mónica Quitón y Javier Elías, psicólogos.
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