La sexualidad está afectada negativamente por los mandatos y represiones sociales y culturales.
El sueño erótico es una actividad psíquica que tiene lugar durante el período en el que una persona duerme, y que consiste en un conjunto de imágenes, vivencias o sensaciones de contenido sexual.
Diferentes estudios sobre el contenido de los sueños revela que casi el 70 por ciento de ellos están relacionados con sentimientos de ansiedad, enojo o tristeza, en tanto que aquellos de contenido agradable apenas alcanzan el 20 por ciento y sólo el 1 por ciento de los sueños tiene carácter erótico o poseen algún tipo de vivencia sexual.
En algunos casos, el contenido del sueño podría evaluar el grado de represión o negación afectiva y sexual que una persona no puede canalizar en su vida social, mientras que en otros, el significado del sueño expresará la amplia gama de posibilidades sexuales que puede disfrutar la persona.
Así, es bastante probable que nuestros sueños eróticos se ocupen de gran parte de las aprobaciones que en la vida diurna no nos otorgamos. Pero, para entender este concepto en su real dimensión, analicemos primero sus dos términos por separado:
* Los sueños se desarrollan en aquel espacio y tiempo donde el inconsciente retoza como un niño realizando nuestros caprichos. Y los realiza, nos sumerge en escenas de dimensiones inimaginables en la vida real. Los sueños nos embriagan con su capacidad de alojar las aspiraciones íntimamente acunadas, sólidamente cobijadas.
Los sueños habilitan nuestros permisos, nos permiten jugar con lo posible en uno, con lo lograble, con lo factible.
Éstos hablan de una verdad más profunda y la persona deja en manos de lo onírico aquello que alberga en su fantasía.
* Lo erótico alude siempre al deseo convertido en placer. Es el lugar donde los sentidos se expanden y nos comunican sus hallazgos.
Nos ofrece la conexión con lo más profundo de nuestro interior, lo mejor y lo más honesto. Es pulsión de vida, expresión del espíritu.
Erotismo proviene del término “eros”, amor. En él, la imaginación es terreno propicio, es el lenguaje de las sensaciones y emociones y por ello es un lugar de libertad y permisos. Decimos de él que nos permite oír lo inaudito y ver lo imperceptible y nos revela otro mundo que expande nuestras fronteras. Este erotismo habla maravillas de nosotros, es un hecho existencial que se desarrolla en el territorio de nuestro cuerpo psíquico, físico y energético. El erotismo es poética corporal, ceremonia, representación, rito y metáfora. Nos permite ampliar toda forma de nuestro deseo de la mano de la imaginación, agente primario en la comunicación erótica.
Así, si “sueño” es un término tan bello y “erotismo” lo es también, ¿qué podemos decir de los sueños eróticos? Dice el psicoanálisis que los sueños son realizaciones de deseos, se desarrollan en nuestro inconsciente y se manifiestan a través de su simbología.
Se dice del erotismo que es la celebración del deseo, que se mueve en la metáfora y que su lenguaje es la imaginación y la fantasía. A través de los sueños se puede desplegar y expandir los límites, así como se puede realizar desde las fantasías sexuales sin que esto indique que lo que soñamos o imaginamos tengamos que realizarlo en la vigilia o que si no lo realizamos es porque no nos atrevemos, porque lo reprimimos en la acción.
Soberano mal entendido. Los sueños eróticos tienen vida propia y valen por sí mismos, nos ofrecen el terreno necesario para que juguemos, rompamos, nos perdamos en lo sorprendente y no anticipable. Este espacio del sueño permite explorar las posibilidades menos pensadas. Es en el sueño donde el inconsciente, la imaginación y las fantasías se despliegan a sus anchas.
El soñar siempre remite a deseo. “Tener un sueño”, “perseguir un sueño”, “concretar un sueño”, son términos asociados al logro de algo fuertemente ansiado que implica un cierto estiramiento de lo “esperable” y hace cierta la ilusión.
Todo sueño es verdad, ya que toda información de la imaginación y del inconsciente lo es y se transforma en real cuando lo integramos y lo hacemos propio.
La mayoría de las mujeres tienen los sueños eróticos (SE) al menos ocasionalmente.
El ya antiguo informe Kinsey reveló en la encuesta de ocho mil mujeres que cerca del 70 por ciento había tenido sueños eróticos en algún momento de su vida. Un porcentaje substancial incluso había tenido un orgasmo durante un sueño erótico. Este informe también demostró que los SE tienden a aumentar antes de la menstruación y la ovulación y durante el embarazo. La doctora Verónica Tonay de la Universidad de California ha estudiado durante los últimos años más de 2.500 SE. En un grupo de 167 mujeres de edades comprendidas entre ente los 18 y los 45 años ha constatado que el 4 por ciento de sus sueños se refieren a temas sexuales que van desde la excitación al coito. El contenido sexual de los sueños es más frecuente cuanta menos actividad sexual existe en la vida real, aunque el contenido de los SE difiere de lo expresado en el informe Kinsey: gran parte de los SE son aterradores, dolorosos y frustrantes.
Estas características son expresión de la sociedad estadounidense que en los últimos años manifiesta la violencia latente y real existente y la generada por la frustración provocada por el estilo de vida.
Los SE del varón suelen ser con mujeres fogosas y desinhibidas, con mujeres que los desean con pasión y que están dispuestas a cumplir las fantasías eróticas masculinas. Gayle Delaney, autora del libro "Sueños eróticos" sostiene que es más frecuente que los hombres tengan SE de conquista, dominación o placer.
¿Por qué son diferentes los sueños eróticos del varón y de la mujer? Mientras que las mujeres tienen SE con alguien conocido, los hombres suelen soñar con mujeres anónimas. Se admite que la relación personal es un aspecto muy valorado por la psicología femenina.
La educación de las mujeres (y de los varones), el sexismo existente en el subconsciente colectivo y el transmitido con reiteración en los medios de comunicación, hace que las mujeres se sientan más vulnerables durante los sueños y esto es así aunque se trate de mujeres fuertes y decididas en la vida diaria.
Algunos SE desagradables de las mujeres tienen relación con algún episodio de abuso sexual o acoso sexual. Siguiendo la línea de análisis de Freud, en todo sueño anida un deseo reprimido o un temor, ansiedad y necesidades.
Estos temores y necesidades se reprimen en la vida cotidiana por ser situaciones amenazadoras o por falta de tiempo para encarar el problema.
El sueño erótico es algo muy íntimo. Si desea compartirlo con alguien para sentirse menos ansioso/a, puede hacerlo. Eso sí, escoja cuidadosamente a quien decírselo.
Símbolos eróticos
Algunos elementos aparentemente inofensivos tienen una interpretación, como mínimo, curiosa:
Volar: Moverte libremente por el aire refleja la sensación asociada al clímax, por lo que no es raro que esa sensación aparezca en tu mente después de un orgasmo.
Subirte en un ascensor arriba y abajo y nunca llegar a tu destino: Tienes una ansiedad que no puedes satisfacer. Esto ocurre, por ejemplo, cuando estás empezando a salir con un chico pero aún no te has acostado con él.
Una serpiente deslizándose por tu cama o enrollándose en ti: Un encuentro con esta criatura fálica y peligrosa puede significar que quieres estar con alguien, pero te preocupa perder el control.
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