martes, 31 de enero de 2012

¿Usted es de los que habla en dormido?

Puede ser su pareja, un amigo, su hijo o usted mismo; en fin son muchas las personas que, mientras están dormidas, en lugar de descansar plácidamente, hablan, es decir, sufren somniloquia, uno de los muchos trastornos del sueño.

“El caso es que mi esposa se ha despertado en alguna ocasión y me ha oído hablar de mujeres. No suelo recordar lo que he soñado o hablado ni con quién. Pero mi mujer, sí y cuando pasa esto suele dejar de hablarme durante 24 horas”, cuenta Ernesto, un abogado de 42 años que sufre de este problema del cual hablamos hoy.

Solo en sueño. La gente que presenta esta parasomnia (fenómenos episódicos e inoportunos que ocurren durante el sueño) puede emitir gritos, llantos y risas, que duran algunos segundos y pueden repetirse varias veces a lo largo de la noche.

Según el Dr. Reyes Haro Valencia, director de la Clínica del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las personas que tienen este padecimiento no pueden establecer un diálogo con alguien que esté despierto, debido a que sus funciones cerebrales no están activadas.

“Hay quienes nos dicen que sí contestan, pero no tienen ninguna relación. Es una respuesta a un estímulo que no está bajo un estado de conciencia. Así que no teman que nadie va a decir dormido lo que no quiere decir despierto”, explica Haro Valencia.

Más en niños. La mayor incidencia de este trastorno se registra en los menores de 10 años; sin embargo, es común que se detecte en la adolescencia, persiste en la juventud y declina en la adultez, pero puede prolongarse en el tiempo. La somniloquia no es considerada una enfermedad. Pese de que ha sido poco estudiada, se han observado antecedentes hereditarios en algunas de las personas, también puede estar condicionada al consumo de sustancias psicoactivas, la fiebre, la sobrexcitación y el estrés emocional.

Lo despierto o no. Muchas personas suelen preguntarse si es conveniente o no despertar a una persona con somniloquia. La recomendación general es dejarla dormir para evitar que al despertar se sienta demasiado confundida, pues es común que no recuerde que alguien le habló y menos lo que conversó. Los especialistas dicen que lo mejor que puede hacerse por el paciente es observarlo y llevar un registro de su comportamiento, lo cual será útil no solo para confirmar el diagnóstico, sino también para seleccionar el tratamiento adecuado.

Por otra parte es importante mantener un descanso adecuado, tenga horarios fijos para ir a la cama y levantarse, evite la comida en exceso, fármacos, que su niño mire programas violentos y trate de hacer actividad física.

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