Eloy Mamani nunca había abrazado a su hija Ana, porque él, cuando era niño, no recibió ningún tipo de afecto. “La verdad no soy muy comunicativo, ni expresivo. Pensé que para eso estaba mi esposa, porque la mujer es más cariñosa”, dice emocionado y después abraza y besa en la mejilla a su pequeña hija.
El Centro de Educación, Planificación y Desarrollo Integral - CEPDI, Escuela de Padres, lleva adelante talleres de capacitación denominados “Incentivando los afectos”, en los que se realizan dinámicas para alentar y afianzar los lazos de amor en las familias.
Pasaron 12 años desde que un grupo de amigos, varones todos ellos, enfrentaba problemas familiares y decidió apoyarse en profesionales para sobrellevar sus conflictos, problemas y experiencias e intentar de este modo salvar sus relaciones de pareja y de familia.
“Empezamos a compartir experiencias y decidimos conformar una escuela de padres, inclusive como una escuela de defensa de varones porque siempre el hombre es visto como el agresor”, dice Gustavo Mejía, director general del CEPDI.
Aunque los primeros integrantes de esta escuela fueron varones, casi de inmediato se sumaron madres de familia, porque también necesitaban ayuda para la crianza y la educación de sus hijos e hijas. Así se formó una red que funciona en Cochabamba, Santa Cruz y La Paz.
“¿Quién nos enseñó a ser padres? No me dieron un manual para ser papá. ¿Qué es lo que haría mi madre en estos casos para resolver este problema?”, son las preguntas más frecuentes que se hacen los padres y madres de familia en lo referido a la educación, a cómo hablar de sexualidad con los hijos o a un problema con su pareja que no saben cómo enfrentar o manejar.
Todas estas inquietudes no podían ser respondidas hasta que se iniciaron capacitaciones mediante talleres, seminarios y charlas a niños, adolescentes, jóvenes y a padres de familia, con quienes se debate cómo ser papá y ser mamá.
Según el Observatorio Nacional de la Familia, el 74% de las parejas que se casó o mantiene una unión de hecho está en proceso de divorcio o separación porque no pudo resolver sus diferencias mediante el diálogo y la comunicación.
Dentro de cada familia surgen conflictos entre padres e hijos y éstos pueden llegar a agravarse, en la mayoría de los casos por la falta de comunicación.
“Alguien se acercó y nos pidió que capacitáramos en las escuelas y así iniciamos una serie de talleres y charlas, sin imaginar que otras unidades educativas nos invitarían a replicar estas mismas charlas”, explica Miriam García, coordinadora de proyectos de la Escuela de Padres, que desde que inició sus actividades difundió sus valores en más de 150 unidades educativas del país.
“Nuestros hijos cambian mucho su comportamiento y por eso pedimos a la Escuela de Padres que nos ayude a comprenderlos”, comenta preocupada una madre que tiene que apoyar y sobrellevar el embarazo de su hija adolescente.
Esta escuela cuenta con 36 capacitadores especialistas en familia, entre psicólogos y otros, quienes se interrelacionan con padres, que conforman grupos de hasta un centenar en las unidades educativas.
Aplican técnicas de medición de violencia tanto en las familias como en las unidades pedagógicas, que permiten diseñar las dinámicas y acciones que deberá seguir cada persona o familia.
Página Siete participó en un taller realizado en El Alto, en el cual los especialistas hablaron sobre los valores de la familia y, además, se compartieron experiencias mediante diálogos participativos.
Fue una experiencia muy motivadora, en la cual padres e hijos intercambiaron opiniones y se comunicaron. La Escuela de Padres espera llegar a más familias para afianzar uniones y promover la comunicación.
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