Los ancianos están solos. "Deberíamos reflexionar muy seriamente sobre nuestras relaciones sociales", argumenta el geriatra Rafael Sánchez-Ostiz. "Estamos haciendo una sociedad cada vez más insolidaria, donde la gente envejece cada vez más sola; y esto es algo muy grave". El especialista Navarro, director general de la empresa Innovación y Desarrollo Asistencial (IDEA), gestora y promotora de servicios. "Simplemente, una llamada de teléfono a un padre o una madre que viven solos o a 500 kilómetros de distancia es suficiente para romper el aislamiento y la barrera de la soledad", reflexiona el experto. El simple acto de telefonear con asiduidad sirve para mejorar su calidad de vida. La desesperanza, la idea de que la vida carece ya de sentido, son pensamientos que aplacan transmitiendo a los ancianos una mayor cercanía. "Hay que favorecer la creación de redes de soporte, solidaridad y apoyo mutuo", reflexionó el experto.
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